Limpiar y desinfectar el hogar

La limpieza y desinfección del hogar es determinante ante el riesgo de infecciones.

Nunca está de más aprender algunas recomendaciones para limpiar y desinfectar el hogar. Además, cuando un miembro de la familia cae enfermo, es conveniente hacer un esfuerzo extra en la limpieza del hogar para reducir el riesgo de infección y propagación.

En ocasiones, el contagio se da a través de gotitas que proceden de la nariz o la boca de una persona infectada. Dicho goteo puede caer sobre superficies y objetos cercanos, lo que también supone riesgo de infección.

En estos casos, si la persona tiene contacto con los mismos y luego se toca los ojos, la nariz o la boca, puede infectarse. Por eso, una adecuada limpieza general también es importante. ¿Qué deberíamos tener en cuenta?

¿Cómo limpiar y desinfectar el hogar?

Las estrategias para limpiar y desinfectar el hogar tienen como objetivo limitar la supervivencia de los virus y bacterias que pueden residir en su interior. Son pautas que pueden ayudar a prevenir muchos procesos infecciosos.

Y es que, en general, una adecuada limpieza de los espacios del hogar es sinónimo de bienestar. Esta permite acabar con los gérmenes, la suciedad y todo tipo de impurezas que pueden facilitar la transmisión de infecciones. Además, combinada con productos de desinfección, ayuda a matar gérmenes presentes en las superficies. Veamos en detalle.

Limpieza y desinfección de rutina en el hogar

Limpiar hogar
La limpieza y desinfección del hogar debe empezar por todas esas superficies con las que tenemos contacto continuamente.

Con frecuencia, a lo largo del día, tenemos un continuo contacto con determinadas superficies del hogar. Ya sean las mesas, los pomos de las puertas, interruptores de luz, inodoros, grifos, etcétera, es importante asegurar su adecuada desinfección. Y decimos desinfección porque su limpieza superficial no basta.

Respecto a esto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejan emplear limpiadores domésticos y desinfectantes que estén respaldados por la EPA, y que sean apropiados para la superficie. Así, lo idóneo será tomar unos minutos para leer la información de la etiqueta. Esto, entre otras cosas, es determinante para darles un uso adecuado.

Hogares con personas con enfermedades infecciosas: ¿qué tener en cuenta?

Para los hogares en los que residan personas con enfermedades infecciosas, los CDC hacen recomendaciones más rigurosas en cuanto a la limpieza.

Además, a través de las instrucciones de cuidado en el hogar, recuerdan que la persona debería permanecer alejada, en la medida posible, de otros miembros de la familia. En general, en estos casos, cuidadores y enfermos deben atender a lo siguiente:

  • Limpiar y desinfectar a diario las superficies de contacto continuo, como las mencionadas en el apartado anterior.
  • Lavar con más regularidad el baño y los artículos de uso personal de todos los miembros de la familia, especialmente de la persona enferma. Aquí van incluidas toallas, ropa de cama, prendas de vestir, etcétera.
  • A menos que se trate de un niño, personas discapacitadas o que no pueden tener contacto con desinfectantes, el cuidador puede proporcionar los productos de limpieza personal para la persona infectada.
  • Si en el hogar solo hay un baño, debe limpiarse y desinfectarse después de cada uso por persona.

Recomendaciones finales para la limpieza y desinfección

Limpieza y desinfección del hogar
Todos los elementos que estén en contacto con una persona enferma, o sospechosa de enfermedad, deben ser desinfectados con productos adecuados.

Hay otras medidas preventivas que podemos poner en práctica durante el proceso de limpieza y desinfección del hogar. Las mismas deben aplicarse tanto en caso de sospecha de infección, como siempre que haya riesgo de infecciones de cualquier tipo.

  • Emplear guantes desechables al limpiar y desinfectar superficies. Estos deben tener un solo uso.
  • Al retirar los guantes, hay que lavar bien las manos, durante al menos 20 segundos, con agua y jabón.
  • Para limpiar algunos tipos se superficies se puede emplear una solución diluida de lejía doméstica, pero siguiendo las instrucciones de ventilación y uso. La solución se prepara mezclando 5 cucharadas de cloro por galón de agua.
  • Toda superficie blanda o porosa, como alfombras y tapetes, debe ser limpiada de manera regular con los limpiadores apropiados. Además, es conveniente lavar estos artículos usando agua caliente.
  • Los guantes también se deben al manipular ropa sucia de una persona enferma. Estas prendas no deben agitarse y, en la medida posible, hay que lavarlas con agua más cálida.

Finalmente, cabe recordar la importancia de asegurar una óptima higiene de las manos. Lavarlas con agua y jabón, varias veces al día, es clave para reducir todo tipo de riesgos de infección y propagación. El lavado debe reforzarse si hay enfermos en el hogar.

Además, debe repetirse al estar en contacto con mascotas, al preparar alimentos, antes de comer, después de entrar al baño, después de sonarse la nariz, toser o estornudar, entre otras situaciones de consideración.

Fuente: mejorconsalud.com

¿Cómo vivir sin contacto físico?

Necesitamos tocarnos, abrazarnos, besarnos. Estamos familiarizados con el contacto físico con las otras personas. De hecho, el tacto se considera el primer sentido que adquirimos y la piel nuestro órganos sensorial más grande. Un simple abrazo puede llegar a satisfacer una amplia gama de necesidades emocionales y físicas de las que muchas veces no somos conscientes.

El tacto nos ayuda a relajar cuerpo y mente porque cuando nos tocamos producimos más serotonina (aumenta el estado de ánimo) y menos cortisol (la hormona del estrés) y nuestro ritmo cardíaco y nuestra presión sanguínea disminuyen. La necesidad del contacto humano físico, lo que se denomina también «hambre de piel» o «hambre de contacto», nos hacer sentir conectados con nuestros seres queridos. Y las formas de satisfacer esta necesidad pueden variar desde dar una palmadita en la espalda, a saludar con un abrazo o acurrucarse con un alguien muy cercano.

Abrazos que nos ha robado el coronavirus Pero ahora, con la aparición del nuevo coronavirus, los epidemiólogos no dejan de insistir en que es mejor limitar el contacto físico para ayudar a prevenir la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfoca sus directrices a reducir tanto como se pueda el contacto físico con otras personas y a mantenernos al menos a un metro de distancia entre nosotros.

Un nuevo estudio sobre la dinámica de la transmisión y la aplicación de futuras estrategias de distanciamiento social publicado en Science dice ahora que es posible que se necesiten repetidas medidas de distanciamiento social para controlar los niveles de contagios, hospitalizaciones y muertes por Covid-19. Este distanciamiento físico, por tanto, nos ha llevado a modificar nuestros hábitos de relacionarnos.

Pero echamos de menos los abrazos con familiares y amigos, ahora que ya nos podemos ver. ¿Cómo les explicamos a los niños, por ejemplo, que no pueden abrazar a los abuelos cuando hace días que no los han visto y es lo primero que les apetece hacer? Y no sabemos hasta cuándo durará. ¿Cómo podemos sobrellevarlo sin que nos pase una factura emocional?

10 consejos para vivir sin besos ni abrazos Las pantallas han sido estos días nuestra única forma de comunicarnos. Videollamadas, fotos o vídeos han sustituido todo lo demás. Pero conectarse con alguien por Skype o Zoom no es nada comparable con un buen abrazo. Tenemos que aprender una nueva forma de expresar nuestros sentimientos. Los psicólogos de ifeel nos dan algunas claves para enfrentarnos a esta nueva realidad:

Ser conscientes de que es una situación temporal: aunque no sabemos con exactitud cuánto durará todo esto, lo que sí es cierto es que con el tiempo poco a poco nos iremos relajando y las muestras de afecto irán reapareciendo poco a poco sin que ello suponga un riesgo.

Tener capacidad de restringir las muestras de afecto a través del tacto: esta pandemia nos ha enseñado que somos capaces de restringir el afecto físico durante un tiempo, aunque no estemos diseñados para ello.

Aprender de otras culturas: en algunos países como Suecia o Japón la gente se toca menos y mantienen una distancia interpersonal mayor que en otros países como España o Italia. Si nos fijamos en cómo lo hacen, podremos aprender a relacionarnos reduciendo las muestras físicas.

Reforzar el contacto dentro de casa: cuando salimos tenemos que mostrarnos más distantes con la gente de fuera. Pero en casa, con los hijos, por ejemplo, debemos mantener los achuchones, los abrazos y los besos, que posiblemente serán los únicos que reciban.

Explicar a los niños la nueva situación: algunos niños han empezado esta semana o empezarán la semana que viene la escuela. Es muy importante explicarles con claridad, usando un lenguaje fácil para que lo puedan entender, cómo tienen que comportarse y por qué es importante mantener el distanciamiento social.

Aceptar que no nos podemos tocar: en algunos casos, el hecho de no poder tocarnos puede generarnos frustración. Aunque pasemos de fases, y esto signifique que podemos empezar a relacionarnos con los demás, no es sinónimo de que podamos hacerlo como nos gustaría. Podemos empezar por realizar un paseo al aire libre con amigos y tener claro cómo será el encuentro y qué podemos hacer y qué no. Para los psicólogos, «si nos esforzamos en seguir recomendaciones vamos a tardar mucho menos tiempo en llegar a donde queremos».

Mantener el contacto con los de casa y la distancia con los de fuera: en el momento de salir a la calle y reencontrarnos con otras personas, hay que guardar la distancia recomendada. Debemos poner atención y mantener cierta alerta que nos ayuden a no relajarnos. Llevar mascarilla, no abrazar a un amigo que hace tiempo que no vemos, mantener la distancia si estamos en casa de alguien, etc. Todo esto nos ayudará a sobrellevarlo mejor.

Contener los impulsos cariñosos: esto es especialmente importante para las personas que son más proclives a las manifestaciones físicas de afecto porque puede generar incomodidad o molestia, aunque habrá quien no le cueste tanto porque son más distantes.

Buscar alternativas a las pantallas: vernos a través de las pantallas ha sido la principal manera de comunicarnos. Pero, como recuerdan desde ifeel, no es la única. Podemos usar el teléfono, simplemente, intercambiar mensajes o quedar presencialmente manteniendo la distancia. Otra muestra de cariño es hacer un regalo (flores, un libro, comida, etc.), una muestra de afecto que el otro agradecerá. Para los psicólogos, lo importante es que, sea cual sea la vía de comunicación, pongamos un poco de creatividad y seamos realistas.

Centrarse en lo positivo: aunque no poder abrazarse en muchos casos no es fácil, debemos mirar la parte positiva de todo: ya no estamos como hace dos meses, encerrados en casa sin poder salir para nada ni quedar con nadie. Al menos, reconocen los expertos, «podemos vernos en persona». Esta pequeña guía puede servirnos para sobrellevar mejor la falta de contacto, y más si el pronóstico del estudio de Science se cumple y la necesidad de mantener el distanciamiento social podría alargarse hasta dos años, hasta el año 2022, aunque con periodos de más relajación al prever que pueda tratarse de un virus estacional.

Fuente: diagnosticodesintomas.com

Alimentación y resfriado o gripe

Quedan pocos días para que entre el otoño. Durante esta época del año, es más frecuente de lo que desearíamos, que algunas personas se vean afectadas por resfriados, gripe y problemas respiratorios.
Popularmente se cree que es muy muy recomendable consumir zumo de naranja y vaso de leche caliente con miel.Os desmentiré estas «leyendas urbanas».

Si que es cierto que la vitamina C ayuda a mitigar estos procesos, pero si la consumimos en forma de zumo, lo que haremos será ayudar a que la infección se haga más fuerte. ¿Por qué?

El zumo de naranja, aunque sea natural, contiene vitamina C, pero también gran cantidad de azúcares simples o de asimilación rápida. Debido a este tipo de azúcar que posee en estados infecciosos deprime/disminuye nuestras defensas, nuestro sistema inmunitario. Por lo que no es del todo recomendable consumirlo. Es muchísimo mejor tomar la ración de vitamina C por medio del consumo de naranjas, mandarinas, kiwi, vegetales de hoja verde, etc. pero en su forma entera y no en zumos.

La leche calentita, también se ha extendido la leyenda, de que es beneficiosa para estas afecciones, pero lo que no te dicen es que su consumo crea mucosidad e inflamación y por lo tanto no ayuda para nada a la recuperación.

Lo más aconsejable sería seguir las siguientes pautas:
– Beber abundantes líquidos como agua, sopas de verduras, infusiones de hierbas, jugos de verduras / hortalizas diluidos en agua.

Ayudará a que la mucosidad sea más fluida y pueda ser expulsada con mayor facilidad.
– Realizar una alimentación ligera, para que el organismo no consuma una energía excesiva en esta actividad y pueda dedicarla a combatir la afección.
– Si el cuerpo no nos pide ingerir ningún tipo de alimento, no forzarlo, simplemente hidratarlo suficientemente.
¡Confiar en él, pues es sabio.!
– El zumo de limón diluido en agua caliente, nos puede ayudar por tener efecto antibiótico, antiséptico y depurativo.
– Si existe mucosidad, eliminar o diminuir al máximo de la alimentación lácteos y derivados, y también el trigo.
– Consumir una cantidad mínima de azúcares simples o de asimilación rápida (incluso de frutas).
– No consumir ningún tipo de alcohol.

Alejado de la alimentación, pero muy importante para superar estos procesos es descansar lo suficiente.
A parte te puedes ayudar para paliar los síntomas con tratamientos naturales como las plantas medicinales, los aceites esenciales, etc.

Fuente: salud.facilisimo.com

Trucos para hablar en público

Existen distintas circunstancias ante las que una persona habla en público como por ejemplo en un examen oral, en una presentación laboral, etc.  Por tanto, a lo largo de tu vida profesional y personal, debes desarrollar tus habilidades para hablar en público. Cómo te predispones ante este tipo de situaciones puede ayudarte a ganar autoconfianza.

Para conseguir perfeccionar la capacidad para hablar frente a los demás y, sobre todo, para incrementar tu confianza a la hora de enfrentarte a ello, te damos algunos consejos.

Amplía tu experiencia

Como ocurre con otras muchas habilidades, el refuerzo positivo de la experiencia práctica es fundamental. ¿Cómo puedes entrenar tus habilidades para hablar en público? Por ejemplo, asiste a eventos profesionales en los que puedes practicar el networking. Crea tu tarjeta de visita para entregarla a algún contacto al que te presentes.

¿De qué otro modo puedes ampliar tu experiencia? Por ejemplo, si asistes a cursos de formación, realiza preguntas durante la clase al profesor. Es probable que algunas de tus dudas también las tengan otros alumnos. También puedes tomar la iniciativa en el momento de preguntas del final de una conferencia.


Atención plena

No te anticipes al instante actual, vive cada momento desde el presente y no desde la anticipación de posibles suposiciones. ¿Cómo puedes fomentar el hábito de la atención plena? Por medio del mindfulness. A través de la introspección, te dedicas tiempo, escuchas tus emociones y profundizas en ti. Reduce el nivel de preocupación por medio de esta concentración en lo que está ocurriendo ahora mismo.

Incrementa tu confianza por medio del refuerzo de mensajes positivos. Si te dices continuamente que no eres capaz de hablar en público al final tu mente termina creyéndoselo y te bloquea en el momento clave. Es hora de cambiar ese mensaje por una fórmula que alimente tu tranquilidad. Por ejemplo, crea un mantra para reforzar este propósito.


Planificación

Prepárate para ese momento atendiendo a esas cuestiones que puedes planificar de forma anticipada. Por ejemplo, decide qué ropa llevarás en un evento profesional. Si tienes que dar una ponencia, prepara previamente el discurso y repasa el texto. Adapta este ejemplo a otras situaciones en las que hables en público. En la medida en que te preparas para ese momento y reduces la improvisación, incrementas tu nivel de seguridad.

Además, en la planificación también puedes integrar la idea de tomarte con más tranquilidad las horas previas a ese momento. Organiza tu agenda de tal modo que puedas vivir esa jornada desde una perspectiva más relajada. En relación con el después de la charla, motívate con algún plan que te gustaría hacer para compensarte. Por ejemplo, puedes dar un paseo por una zona que te encanta porque te transmite calma. O puedes quedar con un amigo. Piensa en alguna idea que te ilusione.


Visita el lugar antes y llega a tiempo

Observar las características del lugar en el que hablarás en público te ayudará a visualizarte en ese momento al observar la distribución de la sala, donde estarás tú y dónde estarán los demás. Si tienes la oportunidad, visita ese espacio con anterioridad. De este modo, te familiarizas un poco más con las características del mismo.

Para incrementar el nivel de tranquilidad de cara al momento clave, no llegues con el tiempo justo y, menos aún, tarde. El estrés generado por las prisas solo incrementará el nerviosismo que ya de por sí te genera la acción de hablar en público.

Si pones en práctica estos consejos conseguirás que los momentos en que necesites hablar en público sean tan normales como cualquier otro.



Fuente: crearsalud.org

Personas Positivas

En otras ocasiones hemos hablado de las personas tóxicas que nos sacan la energía y nos transmiten sensaciones negativas. ahora es momento de dedicarles tiempo a describir a esas personas con energía positiva y que necesitamos tener cerca para mejorar nuestra calidad de vida.

Todos conocemos a alguien que transmite una luz especial, que desprende alegría, positivismo, que nos hace ver la vida desde otro punto de vista e incluso nos la alegra con su compañía, quizás tú seas una de esas personas que transmiten energía positiva, si es así felicidades. De manera innata o por su actitud, rodean de positivismo su vida y la de lo que los rodean, pero ¿qué define a este tipo de personas?

Personas con energia positiva

CÓMO SON LAS PERSONAS QUE TRANSMITEN ENERGÍA POSITIVA

A continuación te contamos algunas de sus características, pero aclaramos que las personas positivas, no tienen que tener todos estos rasgos -no planteamos idealies imposible- pero sí la mayoría.

Estas características son:

Sonríen: Este tipo de personas, son esas que te cruzas y te dan los buenos días con una sonrisa sincera, que sin darte cuenta hacen que a ti, se te dibuje una en la cara o que sí contestas muy serio te haga pensar y quizás hasta sonreír. Suelen hablar con una sonrisa en su rostro de manera constante en distintas ocasiones, mirando a los ojos a la gente con la que conversan y que sin darte cuenta te terminan contagiando.


Relativizan: Las personas positivas también tienen problemas, claro que sí, pero no se dejan enredar por ellos, ni los ven como obstáculos insalvables. Su manera de ver la vida les permite ver más allá de la adversidad. Por ejemplo: seguramente muchos de vosotros conozcáis a alguien que se haya quedado sin vacaciones de verano, cuando lo tenía todo planificado, por un imprevisto: una avería en el coche, en la casa, etc., y en lugar de verlo todo desde el punto de vista negativo, han aceptado la situación con naturalidad, con su consiguiente enfado, pero buscando alternativas a lo que tenían planificado, buscando nuevas opciones. Le dan el valor justo en el momento necesario a lo negativo de la vida, lo aceptan y continúan con su vida, sin dejarse controlar por pensamientos negativos.

Cuidan su cuerpo y sumente: Entienden que su cuerpo y su mente son su casa y se preocupan por ello. No me refiero a que tengan que ser necesariamente personas esbeltas o que tengan muchos conocimientos acerca de cualquier tema. Sino que se cuidan, sabiendo lo que les gusta y manteniendo un equilibrio entre su cuerpo y su mente, eligiendo por ejemplo temas de lectura que les gusten, actividades manuales, aprenden idiomas y en muchos casos lo acompañan con ejercicio físico, sin necesidad de ser atletas, pero sí con los beneficios de las endorfinas y la felicidad que provocan en ellos.

Cuidan de ellos y de los que les rodean: Saben cuidar de sí mismos, de su individualidad. Disfrutan haciendo cosas para sí mismos e incluso de su soledad, de su momento consigo mismos. Y a la vez se preocupan por los que están a su alrededor, de sus familiares y amigos, de qué les preocupa, de qué ocurre en sus vidas y les aportan todas sus buenas cualidades para poder mejorar sus vidas.

Personas positivas

Muestran afecto: Ya sea con un beso, un abrazo o una palabra de cariño. Su energía positiva también se transmite de esta manera, mostrando afecto hacía a los demás, porque entienden la vida de esta manera, si tienen afecto hacía alguien, se lo muestran. A todos nos gusta sentirnos queridos y a ellos les gusta que los suyos se sientan de esta forma.

Disfrutan de su vida: Son felices, estando con quién estén y donde estén en cada momento. Comprenden que somos libres de elegir con quien compartimos nuestra vida y lo practican disfrutando al máximo de todas su actividades y desplegando toda su alegría, ya sea pasando una tarde en familia, cenando con amigos o viendo un partido de fútbol.


Hablan en positivo: Me refiero a que ante las adversidades, como por ejemplo tener que desempeñar una actividad en el trabajo que nunca habían hecho, no dirán “no puedo hacerlo, no sé, no voy a ser capaz”. Su mente funciona de otra manera, ellos seguramente pensarán “lo voy a intentar, voy a ver qué pasa, puedo preguntar, si me equivoco, lo volveré a intentar”. Fijaros como puede cambiar la percepción que nosotros mismos tenemos de nuestra capacidad, simplemente modificando lo que nos decimos a nosotros mismos.

Capaces demodificar el ambiente: Cuando una persona que transmite energía positiva se encuentra en nuestro círculo, en ese momento el ambiente se vuelve más distendido, más alegre. Parece que tienen una varita mágica, que sabe que necesita cada uno en cada momento, una broma, una anécdota, una sonrisa, un abrazo, algo que hará que la situación sea más beneficiosa para todos.

Les gusta crecer: No quiero decir físicamente, sino internamente. Son personas con muchas inquietudes y que si las tienes cerca te pueden impregnar de todas ellas, disfrutan leyendo, comprando música nueva, haciendo un curso de algo que simplemente les gusta, aprendiendo platos nuevos para cocinar en familia, etc. Pequeños gestos que les hacen crecer como persona y alimentar su optimismo y sus ganas por aprender y hacer cosas nuevas.

personas positivas

Aprovechan las oportunidades: Toman una actitud de apertura ante las oportunidades de la vida, no las ven con recelo y rechazo, no se centran en buscar los contra, sin en valorar los pro y si es para ellos se arriesgan, con toda su alegría y sus ganas de progresar en cualquier ámbito de la vida.

Cómo comentábamos al principio, las personas que transmiten energía positiva pueden tenerlo innato en su ser o pueden decidir tomar esa actitud en la vida. No es algo imposible de conseguir, simplemente hay que querer mejorar nuestra vida y por extensión la de la gente que nos rodea. Así que espero que las características que hemos comentado te motiven y te ayuden a desarrollar toda tu energía positiva, para ti y para los demás.

Fuente: psicologiamadrid.es

Alimentos para tu memoria

Una serie de alimentos sanos fáciles de encontrar que contribuyen a mantener una buena memoria.

Lo que comemos cada día afecta no solo a nuestra salud física, sino también a nuestras funciones cognitivas. Para que nuestro cerebro y el resto de nuestro organismo funcione correctamente necesitamos mantener una dieta variada y equilibrada.

En este sentido, podemos incorporar ciertos alimentos que nos van a ayudar a mejorar la memoria y la concentración, y a prevenir a largo plazo determinadas enfermedades neurodegenerativas.

Alimentos que ayudan a mejorar la memoria

A continuación, vamos a hablar de 16 alimentos saludables que mejoran tu memoria y tu concentración.

1. Aguacates

Los aguacates son una de las frutas más saludables y nos ayudan a mejorar las funciones cognitivas. Aunque tienen un alto contenido de grasas, es importante saber que éstas son monoinsaturadas, un tipo de grasas que mantiene a raya los niveles de azúcar en sangre. Además, también reducen la presión arterial (relacionada con el deterioro cognitivo).

Esta fruta también contiene ácido fólico, que ayuda al organismo a mantener y crear nuevas células, y vitamina K, esencial para prevenir los coágulos sanguíneos en el cerebro y mantener los huesos fuertes. Además, los aguacates son ricos en vitamina B y vitamina C. Un alimento imprescindible en una dieta saludable.

2. Chocolate negro

El chocolate negro contiene cacao, que es rico en flavonoides, unas sustancias con efecto antioxidante y antiinflamatorio. Los antioxidantes son especialmente importantes para la salud de nuestro cerebro, ya que éste es muy susceptible al estrés oxidativo, lo que contribuye al deterioro cognitivo relacionado con la edad y las enfermedades neurodegenerativas.

Según las investigaciones, los flavonoides del cacao pueden ser esenciales para la neurogénesis y el crecimiento de vasos sanguíneos en diversas áreas cerebrales relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Además, en diversos estudios se ha observado que comer chocolate negro puede mejorar la plasticidad cerebral y que los flavonoides podrían tener un efecto positivo en la mejora de la memoria espacial.

3. Arándanos o bayas

Los arándanos y muchos tipos de bayas contienen flavonoides y antioxidantes (antocianina, ácido cafeico, catequina y quercetina) que ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo del cerebro.

Las últimas investigaciones señalan que estos compuestos tienen un efecto positivo sobre la comunicación celular, producen un incremento de la plasticidad neuronal, y reducen o retrasan determinadas enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad y el deterioro cognitivo que afectan a la memoria y otras funciones cognitivas.

4. Café

El consumo de café está muy extendido y sus efectos sobre la atención y la concentración son de sobra conocidos. La cafeína bloquea una sustancia del cerebro denominada adenosina, que provoca somnolencia en la persona. Más allá de aumentar el estado de alerta, algunos estudios sugieren que el café podría aumentar la capacidad del cerebro para procesar la información.

Las investigaciones realizadas han descubierto que el café incrementa la “entropía cerebral”, que se refiere a la actividad cerebral compleja y variable. Cuando dicha entropía es alta, el cerebro puede procesar más y mejor la información que recibe.

El café también es una buena fuente de antioxidantes, y su consumo se ha relacionado con una reducción del riesgo de deterioro cognitivo, así como de padecer enfermedad de Parkinson y enfermedad de Alzheimer.

5. Nueces

El consumo de nueces es recomendable, ya que contienen gran cantidad de ácidos grasos omega-3 y antioxidantes. Se ha sugerido que una mayor ingesta general de nueces está relacionada con una mejor función cerebral en la edad avanzada.

Además, las nueces son una fuente de vitamina E, un potente antioxidante que protege a las células del estrés oxidativo causado por los radicales libres y cuyos efectos podrían contribuir a mejorar la cognición y a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

6. Aceite de coco

El aceite de coco es probablemente el aceite más versátil que puedes encontrar. También se usa para cocinar, para el cabello y para tratamientos de belleza. Sin embargo, aparte de estos conocidos beneficios del aceite de coco, también es muy beneficioso para el cerebro, ya que contiene altos niveles de triglicéridos de cadena media que ayudan a descomponer las cetonas (subproductos que actúan como combustible para las células del cerebro).

El aceite de coco también contiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a suprimir la inflamación en las células. Los estudios han demostrado que el aceite de coco es beneficioso para la pérdida de memoria relacionada con la edad. Además, también puede actuar como un probiótico que destruye las bacterias dañinas presentes en el intestino.

7. Brócoli

Además de ser una fuente de bajas calorías, el brócoli tiene efectos positivos para nuestro cerebro. Este vegetal es rico en unos compuestos llamados glucosinolatos que, una vez descompuestos, producen isotiocianatos, unas sustancias que pueden reducir el estrés oxidativo y disminuir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

El brócoli también contiene gran cantidad de vitamina C y flavonoides, así como colina y vitamina K, imprescindibles para mantener un buen funcionamiento del sistema nervioso y las funciones cognitivas. Además, según algunas investigaciones, el brócoli podría ayudar a mejorar la memoria episódica verbal.

8. Salmón y otros pescados azules

Los pescados azules como el salmón son una fuente importante de ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud de las células del cerebro, el aprendizaje y la memoria. Se ha comprobado que las personas con altos niveles de omega-3 incrementan la producción del flujo sanguíneo en el cerebro. Además, también se ha observado que existe una conexión entre este ácido graso y una mejor capacidad para procesar información.

Diversos estudios han relacionado la falta de ácidos grasos omega-3 con el riesgo de depresión y los problemas de aprendizaje. Por otra parte, se ha sugerido que estos compuestos podrían retrasar el deterioro cognitivo relacionado con la edad y podrían ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

9. Cúrcuma

La cúrcuma es una especia de color amarillo que se utiliza para aderezar multitud de platos. Se ha comprobado que la curcumina, el ingrediente activo de la cúrcuma, tiene una serie de beneficios que incluyen: efectos antiinflamatorios, efectos antioxidantes, mejora de la cognición y la memoria, alivio de la depresión y aumento del factor neurotrófico derivado del cerebro.

10. Aceite de oliva

El aceite de oliva virgen extra es un producto imprescindible en nuestra dieta y un producto que está repleto de antioxidantes llamados polifenoles. Algunas investigaciones han sugerido que los polifenoles ayudan a mejorar la memoria y el aprendizaje. Además, también podrían ayudar a revertir las enfermedades relacionadas con la edad que reducen las habilidades cognitivas y a combatir las proteínas tóxicas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer.

11. Huevos

Los huevos son una fuente de nutrientes ligados a la salud cerebral, entre los que cabe destacar las vitaminas B6 y B12, el ácido fólico y la colina. Esta última es un micronutriente que el organismo utiliza para producir acetilcolina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y la memoria, entre otras funciones. Además, las vitaminas del grupo B y el ácido fólico podrían ayudar a retrasar el deterioro cognitivo relacionado con la edad.

12. Té verde

Como en el caso del café, la cafeína del té verde aumenta el rendimiento cognitivo, mejorando el estado de alerta, la memoria y la concentración.

Uno de los componentes hallados en el té verde, la L-teanina, es un aminoácido que cruza la barrera hematoencefálica del cerebro y ayuda a aumentar la actividad del neurotransmisor GABA, relacionado con la reducción de la ansiedad. La L-teanina también aumenta la frecuencia de las ondas alfa, lo que te ayuda a relajarte sin tener la sensación de estar cansado.

13. Espinacas

Como la mayoría de las verduras de hoja verde, las espinaca también contiene nutrientes que ayudan a mejorar las funciones cognitivas. Este alimento está repleto de vitamina K, que se considera la mejor vitamina para la memoria y la concentración.

También se ha sugerido que las espinacas pueden ayudar a ralentizar la disminución de la memoria y las capacidades cognitivas en los adultos. La espinaca también es rica en vitamina A, que ayuda a reducir la inflamación de las células cerebrales.

14. Tomate

Los tomates son la fuente de un potente antioxidante llamado licopeno. Este antioxidante ayuda a reducir el daño celular que puede contribuir a la enfermedad de Alzheimer y la demencia. El licopeno también puede ayudar a prevenir la depresión, que puede causar más inflamación en el cerebro. Además, los tomates (especialmente los de tipo cherry) contienen carotenoides, unos nutrientes que ayudan a mejorar las capacidades cognitivas y a promover la capacidad de memoria.

15. Semillas de calabaza

Las semillas de calabaza, al igual que otro tipo de semillas como las de lino, chía o sésamo, contienen numerosos antioxidantes que protegen al cerebro del daño de los radicales libres. También son una excelente fuente de magnesio, hierro, zinc y cobre. Estos micronutrientes actúan para mejorar la función nerviosa, para incrementar las funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje, y para prevenir enfermedades neurodegenerativas.

16. Granos enteros

Entre los granos enteros más habituales podemos encontrar la avena, la quinoa, el maíz o la linaza, entre otros. Estos granos contienen una gran cantidad de fibra y, según las últimas investigaciones, su consumo puede estar relacionado con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve que puede progresar a enfermedad de Alzheimer.

Las dietas que incluyen estos granos enteros pueden reducir la inflamación, el estrés oxidativo y otros factores de riesgo vascular como la presión arterial alta, que puede tener un papel significativo en el aumento del riesgo de enfermedades cerebrales y cardíacas.

Fuente: psicologiaymente.com