Viajar en moto en pareja

Viajar en moto en pareja puede ser una experiencia tan única cómo inolvidable, por eso es importante probarla. Porque los viajes en moto juntos se viven de otra manera, ya que son más intensos, más vivos, se siente la lluvia, el sol, aumenta conexión, etc. Es más fácil interactuar con el entorno y también con la pareja, por eso todos los fanáticos de las dos ruedas deberían probarlo si aún no lo han hecho.

Para todo hay una primera vez en la vida. Y si nunca antes lo has probado, te contamos las 8 ventajas de viajar en moto con tu pareja.

Ventajas de viajar en moto en pareja

¿De verdad es buena idea? Sí. Es magnífica y por las siguientes 8 razones:

Mayor conexión

Una de las ventajas de hacer motociclismo en pareja es incrementar la conexión entre ambos, porque compartir esta pasión es automáticamente una mayor conexión. Sobre todo sí también se comparte un viaje, cargado de experiencias, de aventuras y de lugares por conocer y por descubrir. Por lo que ya solo por este motivo merece mucho la pena.

Más tiempo juntos

Muchas parejas salen reforzadas al pasar tiempo juntos, sobre todo cuando se sale de la monotonía. Por lo que viajar en moto en pareja es una manera de pasar tiempo juntos a la vez que se hace algo diferente. Es como compartir un tiempo de calidad, disfrutando ambos de lo que les gusta.

Sensación de trabajo en equipo

Esa sensación de ‘trabajo en equipo’ está muy bien debido a que siempre favorece una relación. Por lo que en el momento en el que se planifica un viaje se priorizan los gustos de ambos, se negocia, en algunos puntos se cede, etc. Es decir, se trabaja en equipo para organizar un plan que contente a ambos. Y eso une mucho a la pareja.

Compartir nuevas vivencias

Viajar juntos en moto permite a la pareja compartir nuevas vivencias que nunca antes había podido experimentar o al menos no de la misma forma. Se descubren al mismo tiempo nuevos lugares, se comentan sus impresiones, se intercambian ideas, etc. Las vivencias unen mucho, por lo que compartirlas es también muy agradable para las parejas.

Conocerse mejor

Las parejas que llevan toda la vida juntas igual ya se conocen de maravilla, pero para las parejas que todavía están empezando o que llevan pocos años juntas puede ser una magnífica oportunidad de conocerse mejor. Y todo lo que sea sumar, ¡bienvenido sea!

Compartir amigos

Viajar juntos en moto y en pareja permite compartir amistades, con otros grupos de amigos que disfruten de esta misma afición. Porque por el camino seguramente encontraréis a otras parejas como vosotros, para crear un vínculo de amistad y hacer planes diferentes. Este tipo de cosas siempre aportan a las relaciones.

Salud física y emocional

Viajar en moto aporta importantes beneficios para el organismo, como por ejemplo salud física y emocional. El contacto con el viento, el asfalto, otros motoristas como tú, el ir descubriendo nuevos lugares a tu paso, sentir a tu lado a la persona que te importa, etc. Todo ello hace que estés feliz y disfrutando al máximo, de mejor humor.

Más económico

Otra de las ventajas de viajar juntos en moto tiene que ver con el aspecto económico. Sale más barato viajar en moto que en coche. Y al ir los dos juntos en la misma moto gastaréis menos que llevando dos motos por separado. Por lo que también es otro punto a tener en cuenta para viajar más por menos.

Ahora que conoces las principales ventajas de viajar en moto con tu pareja, solo queda que lo pruebes. Seguro que te cambia la vida.

¿Qué tener en cuenta antes de hacerlo?

Si se lo vas a proponer a tu pareja, asegúrate de que le pueda gustar la idea, ya que si le dan miedo las motos o no le apasionan seguramente no sea el mejor plan para compartir juntos. Por lo demás, no te preocupes que seguro que sale todo perfecto.

 

Fuente: vitomotorsport.com

Evitar los piojos

Una doctora revisa el cabello de una niña con piojos.
 

Una de las mayores pesadillas de niños y padres: los temidos y molestos piojos. Acabar con ellos o, mejor aún, evitar que aparezcan parece a veces misión imposible, pero con algunas medidas preventivas se lo pondremos más difícil a este resistente parásito.

¿Qué es la pediculosis?

Hablamos de pediculosis cuando se produce una infestación por piojos, unos parásitos exclusivamente humanos de unos dos milímetros de longitud que se contagian de unas personas a otros, especialmente entre los niños de entre 3 y 11 años. Además de contagiarse con facilidad, los piojos se reproducen muy deprisa y, aunque no viven más de un mes, en pocos días pueden poner suficientes huevos —liendres— como para que la infestación aumente en pocas semanas, pues estos eclosionan en una semana y en 14 días está, listos para reproducirse.

Durante su ciclo vital, los piojos se alimentan de sangre humana a través de pequeñas picaduras, que son las que producen picor e irritación.

¿Se pueden prevenir?

Aunque ninguno es infalible, hay varias medidas higiénicas que podemos llevar a cabo en casa para prevenir las infestaciones de piojos. Desde ANEFP (Asociación para el Autocuidado de la Salud), nos recomiendas algunas como:

  • Evitar que los niños compartan peines, bufandas, gorros, complementos para el pelo, abrigos, toallas, etc.
  • Revisa frecuentemente —una vez a la semana— el pelo de los niños en busca de piojos o liendres. Mejor si lo hacemos con una lendrera, un peine de púas muy finas que facilitan la retirada de piojos y liendres.
  • En caso de que los niños o las niñas lleven el pelo largo, recogerlo con una coleta, trenza o moño. De esta forma, además de dificultar el contagio, enfriamos la zona de la nuca y de detrás de las orejas, donde los piojos suelen poner los huevos.
  • Lavar los objetos que están en contacto con el pelo a menudo y con agua caliente, ya sean cepillos, toallas, coleteros, gorros… así como la ropa de cama. A más de 40 grados, los piojos mueren.
  • Puesto que en calor excesivo mata a piojos y liendres, una buena medida preventiva es secarnos el pelo a conciencia con el secador para ponérselo más difícil.
  • Aunque el contagio de piojos no tiene que ver con la higiene, se recomienda lavar y cepillar el cabello con frecuencia.

Además, podemos utilizar repelentes, tanto naturales, como preparados farmacéuticos a modo de prevención. Entre los naturales, encontramos muchos, desde el conocido remedio ancestral de echar vinagre en el agua con la que nos aclaramos pelo, hasta el famoso aceite esencial de árbol de té u otros como el de neem, genario, lavanda o eucalipto. Se recomienda echar entre 5 y 15 gotas entre el champú o en el agua con el que peinamos a los niños. Aunque mucha gente asegura que funcionan, lo cierto es que no hay muchos estudios que avalen su eficacia.

Los que sí están avalados científicamente son repelentes a base de biocidas, como los que contienen IR3535, un eficaz repelente de insectos. Lo que no se debe hacer nunca es utilizar los productos pediculicidas a modo de prevención. Estos solo deben usarse en caso de tener certeza de que hay una infestación por pediculosis.

Qué hacer ante un contagio

Lo primero, no perder los nervios e intentar ser racional, pues, aunque no es nada agradable tener piojos, debemos pensar que más allá de un molesto picor, una pediculosis no supone ningún riesgo para la salud. Una vez localizado algún piojo o liendre, debemos actuar con rapidez y llevar a cabo el siguiente proceso:

  • Aplicar un tratamiento pediculicida en la farmacia siguiendo a rajatabla las indicaciones del fabricante. Por lo general todos son eficaces y seguros y podemos dividirlos en dos grandes grupos: los que contienen permetrina y los que contienen dimeticona.
  • Avisar inmediatamente a sus compañeros de clase, patio, etc. para que a infestación no es extienda.
  • Revisar las cabezas de toda la familia con una lendrera para asegurarse de que no hay más contagios y atajarlos si fuera necesario.
  • Lavar con agua caliente la ropa que ha estado en contacto con la cabeza del infectado, así como sábanas, fundas, toallas, objetos para el pelo, etc. Los objetos que no puedan lavarse, pueden meterse en el congelador durante 48 horas o guardarlos en una bolsa bien cerrada durante tres días. Los piojos no pueden vivir sin alimentarse más de 48 horas.
  • Habrá que revisar la cabeza del afectado casi a diario los primeros días para asegurarnos que la infestación ha pasado.
  • En caso de que no se eliminen, se puede repetir el tratamiento una semana después. Otra opción es acudir a un centro específico, como Kids And Nits, cadena que se dedica a eliminar la pediculosis en una sesión sin procesos químicos. Es muy eficaz, pero no muy económico.

Mitos sobre los piojos

En torno a los piojos hay muchos mitos que ha pasado de generación en generación. Estos son algunos:

  • Los piojos saltan o vuelan de cabeza en cabeza. Los piojos son ágiles y rápidos, pero no vuelan ni saltan. Solo se contagian por contacto, ya sea de cabeza a cabeza —el más frecuente— o a través de objetos o prendas compartidas.
  • Los piojos van a las cabezas sucias. A estos insectos no les importa si llevas el pelo sucio o limpio, es más, los expertos aseguran que prefieren un cuero cabelludo sin grasa para poder moverse y picar mejor.
  • Los animales pueden contagiarnos. Los piojos son unos parásitos exclusivamente humanos, así nuestras mascotas no pueden contagiarnos, y nosotros a ellas tampoco.
  • Las farmacias ‘crean’ plagas de piojos para vender más productos. Los piojos solo se contagian por contacto y, hasta la fecha, nadie los ha criado en cautividad, así que se trata de una auténtica leyenda urbana.
  • Tener piojos siempre pica. No tiene por que ser así, dado que el picor lo produce la saliva el insecto al picarnos, si una persona no es sensible a esta saliva puede no tener síntomas.
  • Si hay piojos, hay que cortar el pelo. Es cierto que es más aparatoso a la hora de eliminarlos si tenemos el pelo largo, pero, puesto que viven en el cuero cabelludo, a no ser que nos rapemos al cero, no servirá de nada. Ante las largas melenas, lendrera y muuuucha paciencia.

 

Fuente: 20minutos.es

Lugares para disfrutar del otoño

Cuando empieza a refrescar y llega el otoño, la naturaleza nos sorprende tiñendo el paisaje de colores.

Del verde frondoso de la primavera y del verano se pasa a una paleta que va del verde al rojo pasando por mil matices de amarillo, ocre y marrones.

Hoy queremos hablarte de los mejores lugares de España que visitar en otoño.

 

1. Bosque de Muniellos, Asturias

El bosque de Muniellos forma parte de la reserva natural integral del mismo nombre y es el mayor robledal de España, además de uno de los mejor conservados del país. Es el hogar de muchas leyendas de la mitología astur y dando un paseo es fácil de entender el porqué. Los verdes son más verdes, los ocres, amarillos y rojizos tienen colores que no habrías imaginado nunca… Eso sí, recuerda que está protegido, así que hay que pedir permiso para visitarlo y cruzar los dedos para ser uno de los 20 afortunados que lo puede visitar al día. El bosque es cambiante durante todo el año, pero otoño es la época favorita de muchos aficionados a la fotografía. Robles de más de 6 metros de diámetro y de diferentes especies, hayedos, abedules, tejos y acebos moldean uno de los mejores paisajes del otoño en España. Así que haz tu reserva cuanto antes, el plazo se abre el 15 de diciembre del año anterior a la visita.

2. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca, Aragón

Situado en el Pirineo oscense y hogar de algunos de los paisajes más increíblemente sobrecogedores de España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es paradisíaco cuando llega el otoño. Además de sus cascadas y saltos de agua, sus cañones y sus ríos de aguas turquesas sus bosques adquieren todas las tonalidades posibles del ocre. Así que ya sabes, abrígate un poco, lleva ropa impermeable y unas buenas botas… y déjate llevar por la magia del lugar, pues hay un montón de rutas de senderismo que puedes completar.
Por cierto, finales de octubre es la mejor época para disfrutar del colorido del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es en este momento cuando estallan todas las tonalidades típicas de esta época: amarillos, ocres y naranjas. ¡No te pierdas este espectacular rincón de España en otoño!

3. Selva de Irati, Navarra

Imagina un lugar en el que el suelo parezca un mar ondulante de sangre roja que se funde con el verde del musgo y los árboles. Es real y existe en Navarra. No hace falta ni que las novelas fantásticas para descubrirlo. Acércate a la Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado del mundo, y podrás disfrutar de la naturaleza casi en estado virgen. Por favor, no te olvides de la cámara de fotos y unas buenas botas de montaña. En la Selva de Irati encontrarás 16 senderos completamente balizados aptos para todas las edades. Ven a disfrutar del otoño en España en este increíble paraje.

4. Fageda d’en Jordà, La Garrotxa, Cataluña

El hayedo de Jordà es uno de los mejores lugares de España en los que perderse en otoño. Precioso durante todo el año, este bosque que crece sobre terreno volcánico muestra su cara más fotogénica en cuanto las hojas tiñen el suelo de tonos de ocre. La Fageda d’en Jordà parece un paisaje sacado de El Señor de los Anillos y hay varias rutas senderistas bien señalizadas que permiten conocerla de cerca. No te lo pierdas y conoce un bosque único en España, ya que es muy raro que se dé este tipo de vegetación entre 550 y 650 metros de altitud.

5. Faedo de Ciñera, León

Con un haya de 500 años y el título de “El Bosque Mejor cuidado de España”, el Faedo de Ciñera es un lugar especial y uno de los mejores lugares para disfrutar del otoño. Este hayedo situado en Ciñera de Gordón (en la Montaña Central Leonesa) es un pequeño oasis tupido en el que los relojes se han parado. Acércate para experimentar la paz y la calma entre árboles y junto al arroyo homónimo. Y, por supuesto, no te pierdas a Fagus, uno de los árboles más impresionantes que verás nunca.
Podrás disfrutar de los intensos colores otoñales de este hayedo centenario recorriendo algunas de las rutas que lo discurren. Ve preparado, quizás te encuentres con la bruja Haeda, la protectora del Faedo de Ciñeira.

6. Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara, Castilla-La Mancha

El hayedo de Tejera Negra, en la provincia de Guadalajara, es el hayedo más al sur de Europa. Y como todos los de su clase, cuando los árboles empiezan a desnudarse de hojas es cuando está más bonito. El ambiente es de cuento: los colores, el musgo, el silencio sólo roto por el agua que circula o el crepitar de las hojas al ser pisadas… El otoño es la mejor época para visitarlo, pues lo pinta de decenas de tonalidades de ocre y rojo y llena su suelo de setas. ¿Todavía tienes dudas?

7. Parque Natural de Gorbeia, País Vasco

El País Vasco es uno de los lugares más verdes de España… Por eso quizás uno de los más bonitos en cuanto llega el otoño y el verde se convierte en ocres y rojos. El Parque Natural del Gorbea es el más grande de la Comunidad y está lleno de hayas, pero también de robledales, alisos, sauces, fresnos y álamos. Si a partir de octubre no tienes planes, date una vuelta y déjate seducir. No solo tienes planes de montañismo y senderismo, sino una tremenda variedad de actividades gastronómicas, deportivas (¿sabías que se puede practicar yoga y taichi, entre otras cosas?) y culturales (aprender alfarería, apicultura…) que la región está impulsando. Echa un vistazo a la página de la región de Gorbeia y prepara una escapada a uno de los mejores rincones para disfrutar del otoño en España.

8. Valle de Arán, Lleida, Cataluña

Los días de otoño en el Valle de Arán no son ni verdes ni blancos. La frondosidad de la primavera y el verano han quedado atrás y todavía queda un poco para que lleguen las primeras nieves al Pirineo catalán… Precisamente en ese justo momento es cuando esta comarca vibra con un manto vegetal multicolor. Si, además, le añades que está sembrada de pueblos de montaña con encanto y ermitas románicas tienes la combinación perfecta para una escapada rural.

9. Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión, Soria, Castilla y León

En plena provincia de Soria, el Parque Natural de la Laguna Negra es uno de los parajes más bellos de toda la provincia. Visitarlo es recomendable los 12 meses del año, pero si te gustan los colores, la fotografía y el senderismo, aprovecha los meses de otoño para pasear entre pinos y hayas que se sacuden el follaje y tapizan el terreno. El lugar es objeto de leyendas e historias desde hace siglos y, si lo visitas, quizás puedas vivir una. Ya un libro de Pedro Medina del siglo XVI reza: «en ella (la La Laguna Negra) han aparecido cosas monstruosoas y horribles»…

10. Sierra del Segura, Albacete, Castilla-La Mancha

La Sierra del Segura, al suroeste de la provincia de Albacete, está surcada por valles estrechos y cañones profundos que se transforman en cuanto llega el otoño. En la frontera con Jaén y alejada de los llanos de La Mancha, es una de las zonas más interesantes de toda la provincia y la mejor para visitar en otoño. Date un paseo para llegar a los Chorros del Río Mundo, sube a los miradores de Liétor y absorbe el paisaje. ¡Inolvidable!

Además, ¿sabías que el celo de la cabra montesa se da en otoño en la Sierra del Segura? Podrás presenciar la naturaleza en estado pero si te decides a hacer una escapada por aquí. En otoño también se celebran las Jornadas Micológicas de Molinicos, pues es temporada de níscalos y setas en la sierra. ¿Te apuntas?

11. Sierra de Aralar, País Vasco y Navarra

Los 208 kilómetros cuadrados de la Sierra de Aralar cubren zonas de Navarra y del País Vasco. Este gran macizo cárstico combina con elegancia las simas y las piedras con el verdor de los prados y los hayedos cambiantes. Vayas por dónde vayas, encontrarás un rincón que te robará el corazón. Podrás descubrir el nacimiento de ríos, explorar la prehistoria en sus dólmenes y, en especial, hacer infinidad de fotos a las hayas, robles y avellanos que cubren parte del terreno. No dudes en visitar este rincón de España si estás buscando el paisaje otoñal perfecto.

12. Parque Natural del Montseny, Cataluña

A poco más de una hora de Barcelona, el Montseny es un gran pulmón verde al que no le da ninguna vergüenza cambiar de piel en cuanto llega otoño. Rápidamente las hojas de las encinas, alcornoques, robles y hayas pasan a los tonos de ocre y, lentamente, tapizan el suelo. Por la belleza de sus paisajes y por su variedad de rutas senderistas y rincones con encanto, no deberías perdértelo si estás en la zona.

13. Lagunas de Gallocanta, Zaragoza, Aragón

La Laguna de Gallocanta no es un gran bosque, el terreno no está lleno de hojas muertas que crepitan cuando las pisas… Pero, aun así, es un lugar que deberías visitar en otoño. En el corazón de una reserva natural es la mayor laguna salada de Europa y el hogar de más de 220 especies de aves que se toman un respiro en su migración. Si te gustan las grullas, no te pierdas el enorme espectáculo que tiene lugar a partir de octubre, pues se instalan aquí más de 40.000, haciendo un alto en el camino hacia el sur de España y África. Se han llegado a ver hasta más de 14.800 ejemplares juntos volando en un solo día. ¡Un impresionante espectáculo!

 

Fuente: skyscanner.es