Identifica personas controladoras

¿Cómo reconocer a una persona controladora?

Una persona controladora suele sentirse amenazada todo el tiempo, ya que todos los cambios que suceden son potencialmente peligrosos para su perfecta planificación.
¿Cómo reconocer a una persona controladora?

La aspiración de una persona controladora es tener «todo en orden, bajo control». A simple vista, hay quienes dirán que no hay nada de malo en ello; después de todo, la planificación previene muchos problemas. No obstante, cuando analizamos un poco más allá, vemos que tras esa organización hay mucho esfuerzo, tensión y nervios previos.

La tranquilidad se sostiene de un precario equilibrio y pende de un hilo, ya que cualquier imprevisto amenaza con romper ese plan perfecto. Justo esto es lo que temen las personas controladoras. Así pues, veamos las señales para identificar esta forma de ser y cómo afrontarlo.

¿Cómo es una persona controladora?

Una persona controladora se caracteriza por dictaminar qué se hace y cómo, es decir, define todos los aspectos de una situación, ya que eso le hace sentir segura. Sin embargo, en el fondo tiene una personalidad insegura; por eso, busca tener el control.

Atiende a todos los detalles en extremo, dado que no sabe lidiar – ni tolera – las improvisaciones. El problema de tener una relación con una persona de estas características es que intenta «abordarlo todo». Así, con el tiempo, el vínculo se torna agobiante.

De hecho, puede derivar en consecuencias impensadas. Por ejemplo, en ámbitos laborales, cuando hay un jefe controlador, sus empleados se limitan a responder a sus órdenes, en lugar de buscar la innovación, apostar por la creatividad o introducir mejoras. De este este modo, aquello que en principio parece una virtud, se convierte en el talón de Aquiles de estas personas.

¿Cómo es una persona controladora?
La persona controladora precisa cada detalle. Además, intenta manipular a quienes lo rodean.

Características de una persona controladora

Hay muchas señales que permiten identificar a una persona controladora. Algunas de las más frecuentes son las siguientes:

  • Actúa como si protegiera a las otras personas. De este modo, disfraza sus ansias de control bajo una fachada de interés o preocupación.
  • En el fondo, este tipo de personas tiene una sensación permanente de inseguridad, de «amenaza». Por eso, está muy pendiente de aquellas situaciones que son de su interés, lo que le acarrea una vivencia constante de estrés.
  • Son personas inflexibles, a las que les cuesta adaptarse a los cambios e imprevistos. En general, intentan establecer sus propias reglas del juego. Por esto mismo, suelen ser poco espontáneas.
  • Son personas inseguras y de baja autoestima, aunque a veces parezca que «se comen el mundo». Temen perder el control y quedar expuestas o que la gente se dé cuenta de cómo se sienten realmente. Así pues, siempre intentan llevar la delantera.
  • En algunos casos, se trata de personas muy invasivas, que no respetan tu intimidad y que hasta pueden llegar a pedirte la clave del celular, la computadora, entre otras cosas.

¿Qué hacer con una persona controladora?

Aprender a afrontar las situaciones con una persona controladora puede evitar momentos incómodos. Algunas recomendaciones para actuar frente a esta personalidad son las siguientes:

Demostrar carácter

En un principio, es importante que no le des lugar a que tome el control de tu vida o a que asuma un rol más allá del que quieres que tenga. Es decir, evita darle explicaciones de dónde, cuándo, con quién o qué haces, se trate de tu pareja, tu amiga o tu padre.

No des explicaciones solo para evitar confrontar, ya que acabarás por cansarte. Mientras más explicaciones des, más te pedirán, de modo que el conflicto llegará en algún momento si la situación persiste.

Poner límites

No temas poner límites. Es necesario que hagas valer tu intimidad y tus derechos. Habrá detalles de tus actividades o historias que quieras compartir, pero cuándo y cómo, eso lo decides tú. Cuando lo hagas, actúa desde la asertividad y evita la violencia. No dejes de lado tus necesidades y tus deseos.

Dejar de lado la culpa

Muchas veces, las personas controladoras suelen responsabilizar a otros y repartir culpas; no permitas que eso suceda. Tampoco intentes dar explicaciones, ya que suelen tener un por qué para todo.

La otra cara de la culpa es que, muchas veces, esta persona emplea la manipulación emocional para tratar de conseguir lo que quiere. De esta manera, genera culpa y lástima en su interlocutor, quien acciona haciendo lo que le mandan. Así pues, aprende a decir «no» siempre que sea necesario.

Fortalecer la autoestima

Por último, también es muy importante que trabajes tu autoestima para poder valorarte y hacerte respetar. A veces, acabas complaciendo y cediendo para evitar el conflicto porque piensas que «no te cuesta nada». Por eso, el control empieza a extenderse como el agua sobre la arena.

Cuando hay una persona que ejerce control, del otro lado hay alguien que tiene dificultades para establecer límites. Por ello, es importante que también puedas «quebrar» con este lugar o rol.

¿Qué hacer con una persona controladora?
Una autoestima fuerte permite poner límites a las personas que tratan de tomar el control.

El control extremo es tóxico

Tal y como lo planteamos, tener cierto control sobre la vida es positivo, ya que permite tener un margen de seguridad, saber cómo actuar y no sentir que se está «en la nada». Sin embargo, esto no se debe confundir con controlar la vida de las otras personas; cada uno tiene su propia autonomía y la libertad para tomar sus decisiones.

El control suele derivar en conflicto y es tóxico para las relaciones, ya que el entorno termina por sentirse abrumado. Por supuesto, es importante entender que no se trata de blanco o negro. Muchas veces, detrás de ciertos comportamientos hay historias que permiten entender mejor el por qué de estos.

Por ejemplo, en ciertos casos la necesidad de control proviene del tipo de crianza recibida, como la autoritaria o la rígida. En este sentido, ya sea que seas la persona que busca ejercer control o seas quien está pasando por una situación similar, es importante que pidas ayuda para evitar dañar tu salud mental o la de quienes te rodean.

Por último, en el camino al cambio, es necesario «blanquear» las consecuencias en la propia salud respecto a querer tener el control. Y es que esto deriva episodios de ansiedad, estrés, depresión y tensión permanente, pues no se puede pasar ni un solo detalle.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com