La alimentación y tus emociones

Cómo afecta tu alimentación a tus emociones

¿Te has preguntado alguna vez cómo afecta tu alimentación a tus emociones?

Vivimos en una sociedad de mucho hacer, constantemente activos y sin apenas tiempo para pensar en nuestra manera de alimentarnos. Así que simplemente comemos. Sin ser conscientes que una mala alimentación puede afectar a las emociones y estados de ánimo más de lo que creemos.


¿Cómo afecta?

Los alimentos que ingerimos son la fuente de nutrición que nos da energía y sacian el hambre. Por ello si los alimentos no son de calidad y no aportamos todos los nutrientes (minerales, vitaminas y otros elementos nutritivos) que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente, esta debilidad se verá reflejada en nuestras emociones, estados de ánimo y enfermedades o patologías.

Situaciones cotidianas no positivas que afecta la alimentación a las emociones.

Digestiones pesadas.

Las digestiones pesadas pueden aparecer por diferentes motivos:

Una mala alimentación: los fritos muy grasos, bollería industrial, salsas y platos preparados, pan blanco, bebidas azucaradas…

Comidas copiosas y excesivas. De esta forma sobrellenamos a nuestro estómago.

Comer rápido, no dando tiempo al sistema digestivo de enviar la señal de “estamos llenos” al cerebro. Añadiendo además que generalmente comer rápido va ligado a no masticar bien la comida, así que trabajo extra que también deberá hacer el estómago.

Intolerancias a determinados alimentos. Si comemos alimentos a los cuales somos intolerantes, provoca inflamación en el sistema digestivo produciendo gases.

Comer estresada/o o con ansiedad provoca ardor, acidez, dolor…
Después de ver las causas que pueden provocar digestiones pesadas, es interesante ver cómo nos afecta está a las emociones.

Seguro recuerdas alguna comida o cena en la que después te hayas sentido pesada/o, como empachada/o… ¿Recuerdas que emociones aparecieron? las respuestas más comunes, comparando también mi experiencia, son cansancio, apatía, pereza, culpa…

Comer y/o picotear durante todo el día.

No parar de picotear durante todo el día puede ser:

Para engañarnos y auto-convencernos a nosotras/os mismas/os de que no comemos tanto. Un hábito no saludable que lleva a plantear si hay algún otro aspecto de nuestra vida en la que también nos estamos auto-engañando.

Por algún estado emocional ya previo, como estrés, nervios, tristeza… y comamos para calmar de forma momentánea esa emoción.
Además, si a lo largo del día no paramos de llevarnos comida a la boca, el sistema digestivo no descansa, todo lo contrario, está en funcionamiento gastando energía constantemente. Esto nos hace sentir más desmotivadas/os y “apagadas/os”.

Saltarse una comida principal.

No desayunar, no comer o no cenar, afecta sin duda a nuestras emociones y estado anímico. Como decía al principio, los alimentos son los que nos dan energía (como el combustible al coche), por lo tanto, si nos saltamos una comida principal, podemos sentir irritación, apatía, tristeza, sueño, desconcentradas/os… debido a la hipoglucemia.

No olvidemos que si no damos al cuerpo los nutrientes que necesita para obtener energía y poder funcionar con normalidad, cogerá esta energía de otro lado. Por ejemplo, la glucosa (azúcar), irá a coger lo mínimo para ir tirando de los depósitos de grasa (si lo hay), de los músculos o del hígado.

Adicción a un alimento concreto.

Muchas veces sentimos la necesidad de comer unos alimentos concretos y además a diario, por ejemplo: chocolate, leche, pan, fuet, galletas… No nos imaginamos un día sin comerlos, porque pensamos que sin ellos no podríamos vivir. Si esta adicción a “X” alimento no lo podemos comer (ya sea porque estamos en el trabajo, en casa se ha acabado, etc.), provoca que sintamos nervios, ansiedad, rabia, enojo…

Comida preferida.

Todas/os tenemos platos de comida preferida que nos recuerdan a alguien (a la mama, a la abuela…), o simplemente el plato nos encanta. Esto a veces provoca el comerlo con ansia y querer repetir (“porque a saber hasta cuando no volveré a comer”).

Aquí se pueden mezclar emociones del punto “Digestiones Pesadas”, que sería más bien al finalizar la comida. Y al empezarla solemos sentir alegría, felicidad, nostalgia, placer… y en algunos casos tristeza (por ejemplo si recuerda a alguien que no está con nosotros).

Hacer dieta.

Cuando estamos haciendo dieta, esa forma de alimentarnos (alimentos prohibidos, normas, pautas, etc.) generalmente nos provoca angustia, ansiedad, irritación, tristeza, insatisfacción, frustración…

Abuso de cafeína.

Cuando abusamos del café, del té negro, de bebidas azucaradas con cafeína… aumentamos el estado de alerta, produce insomnio, ansiedad, estrés y nerviosismo.


¿Cómo saber si mi alimentación afecta a mis emociones?

Yo en consulta siempre animo a hacer un registro diario durante unas 2-3 semanas. ¡Y funciona!

Escribir como si fuera nuestro diario privado, donde apuntamos:

A qué hora me he levantado y como me siento (escribir una o varias emociones).

Si desayuno (escribir el qué desayuno, el como: si de pie o sentada, en cuanto tiempo…).

Qué bebo durante el día y como me siento (escribir una o varias emociones).

Cómo me siento antes de comer y cenar (escribir una o varias emociones).

Qué voy a comer y cenar (detallar alimentos que componen el plato).

Cómo me siento después de haber comido y cenado, ¿y pasado una hora? ¿cómo me siento? (Escribir una o varias emociones).

Si he hecho de vientre ese día, después de qué comida (anotar la hora si se prefiere)

Si he practicado ejercicio o he salido a caminar… Escribir cómo me siento antes y después de hacerlo (escribir una o varias emociones).

Nada es absurdo y todo detalle nos ayudará, por un lado a ver el patrón que seguimos y por otro a ser consciente en qué comidas o situaciones del día sentimos determinada emoción.

Esta consciencia nos permite decidir a poder cambiarlo si descubrimos que no nos beneficia en nuestro día a día.

Consejo: cómprate una libreta mediana y molona, que siempre puedas llevar encima junto a un boli.

Si quieres saber cómo comer para mejorar las emociones, no te pierdas el próximo artículo en el blog de Emoalimentación

Fuente: emocionesyautoestima.com