Reconocer los errores para crecer

Reconocer los errores para crecer

A ninguna persona le resulta agradable recibir críticas, incluso aunque estas sean constructivas. Nos duele, nos enfada y nos altera escuchar en boca de otros aquello que no hacemos del todo bien. Nos cuesta reconocer los errores, pero es un ejercicio muy sano y necesario para nuestro crecimiento personal.

A pesar de lo difícil que resulta asumir nuestros fallos, si logramos hacerlo estaremos más cerca de tener una existencia pacífica y feliz. Reconocer nuestros errores y hacernos responsables de ellos mejorará tanto nuestro estado interno como nuestras relaciones personales. 

¿Por qué nos cuesta tanto reconocer los errores?

Autoestima

Todos los seres humanos necesitamos tener una imagen positiva de nosotros mismos. Hemos de considerar que poseemos cualidades positivas y de valor, para poder encontrarnos en paz con lo que somos.

Nos negamos, muchas veces, a mirar nuestros defectos en un intento por preservar nuestra autoestima. Sin embargo este mecanismo surge de un enfoque básico erróneo: cometer errores es malo. Desde esta perspectiva es lógico y comprensible que mirar de frente a nuestros fallos nos genere rechazo. No obstante, la realidad es bien distinta: cometer errores es humano. Hacerlo no nos convierte en personas malas o indignas de cariño.

Nuestra autoestima no ha de estar basada en una imagen ficticia de nosotros como seres perfectos. El amor propio significa conocernos y aceptarnos con todas nuestras cualidades, tanto positivas como negativas, y seguir trabajando en nosotros mismos.

Es por ello que las personas con una autoestima dañada son las que encuentran más dificultad en reconocer sus fallos. A pesar de que, en ocasiones, puedan exteriorizar una imagen casi narcisista, realmente no se aceptan. Quien se encuentra verdaderamente en paz consigo mismo no necesita adoptar ningún tipo de estrategia para negar sus faltas.

Mujer incapaz de reconocer sus fallos

 

Perfeccionismo

El papel del perfeccionismo es también muy significativo en este asunto. Los individuos con personalidades más rígidas muestran más reticencia a aceptar sus errores. Además también se muestran más duros a la hora de juzgar los fallos de los demás. Esto es debido a que, generalmente, observan la realidad desde una posición dicotómica: todo es blanco o negro, no existe una escala de grises. Para ellos cometer errores es algo totalmente indeseable, y dado que aspiran a la perfección no pueden asumir que esto ocurra.

En este caso es totalmente necesario flexibilizar los puntos de vista y comprender que aspirar a la perfección es algo agotador y poco realista. Las personas no son completamente buenas o absolutamente malas, todos nos situamos en puntos intermedios del continuo. Además, dado que la vida viene sin manual de instrucciones, todos cometemos errores y tenemos derecho a hacerlo.

Reconocer los errores nos ayuda a crecer

Cuando alguien resalta algo negativo de nuestra persona, esto nos despierta intensos y desagradables sentimientos. Pero es necesario caer en la cuenta de que, si esto sucede, significa que hay partes de nosotros mismos que nos negamos a observar. Cuando una crítica nos afecta es porque está tocando un punto de nosotros que necesita sanar.

Es momento de tomar las riendas y reunir la valentía para conocernos y mirarnos en profundidad. Una vez que te descubres y te aceptas, ninguna opinión ajena puede herirte. Para ello es necesario que tengas claras dos cosas:

  • Cometer errores es humano: Todas las personas fallan alguna vez y esto es algo normal. Es necesario aceptar esta realidad y dejar de juzgar y juzgarnos duramente.
  • Reconocer los errores es valiente: asumir nuestras faltas requiere el coraje de mirar de frente nuestras sombras más oscuras. Hacerlo es un ejercicio de humildad y un deseo genuino de mejorarnos a nosotros mismos.
Hombre reconociendo sus errores

 

No debemos culparnos por fallar en ciertos aspectos de nuestra vida, pero si hemos de hacernos responsables. El desarrollo personal pasa inevitablemente por un proceso de introspección en el que descubrimos qué áreas requieren trabajo de nuestra parte. Reconocer nuestros errores nos hace más humanos y más humildes y nos permite mejorar.

Tratemos de darnos a nosotros mismos y a los demás la libertad de equivocarnos y aprender de los propios fallos. Seamos más flexibles, tolerantes y comprensivos. Nadie necesita ser perfecto para ser apreciado por las personas que le rodean. Errar y asumir los errores es el único camino hacia la madurez emocional.

 

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com