Los amantes de la naturaleza encontrarán en Merindades un paisaje único, de elevados riscos, bosques, cascadas y saltos de agua. Merindades merece mucho la pena. ¿No lo crees? Sigue atento a estas 10 recomendaciones…
Razones para visitar Las Merindades
Vamos a darte 10 razones, pero seguro que hay muchas más. Tendrás que visitar Las Merindades para descubrirlas.
1. Pueblos medievales con historia
Muchas de las poblaciones que se asientan en Merindades tienen su origen medieval. Véase el caso de Frías, un pequeño pueblo amurallado con hermosas “casas colgadas” que no supera los 600 habitantes, pero que aún conserva el título de ciudad. De hecho Frías, es la “ciudad” más pequeña de Europa.
Destacamos por su gran valor artístico histórico localidades como: Espinosa de los Monteros, Medina de Pomar, Frías, Puentedey y Oña; Pero hay muchas más, que aún siendo pequeñas, poseen construcciones de singular belleza.
2. Cascadas y saltos de agua
Las Merindades es sobretodo naturaleza. Una comarca norteña definida principalmente por el montañoso, verde y húmedo mundo cantábrico. Junto a los valles más verdes y los bosques más umbríos y silenciosos se localizan los riscos más desafiantes, las montañas más aisladas y las cascadas más altas y caudalosas. Algunas de estas cascadas y saltos de agua solo pueden verse en época deshielo, así que si te apetece contemplarlo, te recomendamos viajar allí al llegar la primavera.
Entre las cascadas más espectaculares se encuentra el Salto del Nervión, que saltando desde Burgos, cae en la provincia de Bilbao, pero también hay otras maravillosas cascadas como la de Pedrosa de la Tobalina, la de Peñaladros o el nacimiento del río Cadagua. Muchos de estos saltos de agua fluctúan su caudal según las precipitaciones, por lo que no siempre son tan impresionantes.
3. Paisajes y naturaleza
Estamos en una conjunción de valles creados por glaciares hace millones de años que en su deshielo originaron un gigantesco y variado mosaico de ecosistemas y paisajes naturales. El lugar es ideal para olvidarse de los agobios de la agitada vida urbana y descubrir a cada paso impresionantes barrancos, cortes y desfiladeros. Un paraíso también para los amantes de las actividades ecuestres y para los entusiastas de los deportes de aventura.
Algunos de los los parajes más conocidos son la Peña de San Pantaleón de Losa, o la población de Puentedey con su puente de piedra natural. Pero hay cientos de hermosas estampas a la espera de ser descubiertas.
4. Arte románico
Aunque menos conocido que su famoso vecino, el románico palentino, el románico en Merindades también alcanza notable hermosura y equilibrio. Toda la comarca está jalonada de iglesias románicas que protegían uno de los Camino de Santiago primigenios, hoy nombrado como el “Camino Olvidado”.
Al igual que ocurre en Palencia, muchas de estas iglesias no se adhieren únicamente al románico más puro, ya que en muchos casos se dan transiciones y edificaciones posteriores. Recomendamos especialmente las que iglesias que visitamos en el valle de Mena, como Sta. María de Siones, o la Iglesia de Vallejo.
Como curiosidad, contaros que fue en el Valle de Mena donde, en el año 800, se nombra por primera vez el término de “Castelle” (Castilla) como región, como una dación del Monasterio de Taranco.
5. Complejo de Ojo Guareña
Se trata de uno de los complejos cársticos más grandes de Europa. Un complejo de cuevas de más de 11 kilómetros documentados. En su parte más exterior existe la ermita de San Telmo y San Bernabé.
Es posible realizar una visita corta, de 45’, en la que se entra por la cueva y se visita la ermita. Aunque para los más aventureros, pueden reservar vía web el recorrido más extenso, de unas 4 horas, en el que se visitan unos 4 kilómetros de cavidades.
6. Los pasiegos
Aunque más asociados a Cantabria que a Burgos, las Merindades hacen frontera con el valle del Pas, encontrando también pasiegos en la otra vertiente de la montaña. Durante siglos, los campesinos cántabros trabajaron para los nobles establecidos en Espinosa de los Monteros (Burgos), de ahí que ambos pasiegos, tanto cántabros como burgaleses, tengan aún mucho en común.
Finalmente se trasladaron a cuidar el ganado de los merindenses al lado sur de la montaña, portando consigo las costumbres y las formas pasiegas. Actualmente puedes dar un paseo por los valles más altos, que ya pasan a los puertos de montaña, donde aún encontramos las típicas casas pasiegas.
7. Cronicón de Oña, Los Monteros de Espinosa y otras representaciones
Aunque hay más recreaciones históricas en la comarca, están declaradas de Interés Turístico el Cronicón de Oña (que se celebra en agosto) y la representación de Los Monteros de Espinosa (que se celebra en julio) Ambas son especialmente importantes y muy recomendables.
En ambas, los pueblos se trasladan en el tiempo para mostrarnos hechos acaecidos durante la edad media, con momentos especialmente importantes para la Historia.
8. La gastronomía de Merindades
Otro atractivo de Las Merindades es su gastronomía. Sobre todo productos de la tierra, como alubias, cerdo (destacan las morcillas artesanales), chuletones de carne vacuno… Otro producto típico es el “Torto menés“, una torta de manteca y harina con chorizo en su interior.
También hay una gran tradición de la apicultura, donde las mieles caseras son de gran calidad. Típica de Medina de Pomar son las lechugas de excelente calidad; y cómo no, los quesos, que combinan tradiciones pasiegas y castellanas.
9. Oferta de turismo activo
Como no podía ser de otra forma, tanta naturaleza permite la práctica de gran cantidad de actividades de turismo activo, como puede ser barranquismo, senderismo, paseos a caballo,.. Hay muchas empresas dedicadas al turismo activo.
Para visitar Merindades hay que dejarse llevar por el rumor del agua y el viento y adentrarse caminando por su tupida red de milenarias calzadas, sabios caminos y evocadores senderos. Una alternativa muy interesante podría ser una ruta de senderimo por una auténtica calzada romana entre Irus y Arceo, o el desfiladero del río Oca.
10. La amabilidad de sus gentes
En nuestro viaje a Merindades hemos encontrado gente amable, abierta y deseosa de mostrarnos esta comarca tan desconocida. Gente que se hace querer y que hacen que te enamores por siempre de Merindades.
Fuente: destinocastillayleon.es