Identifica personas controladoras

¿Cómo reconocer a una persona controladora?

Una persona controladora suele sentirse amenazada todo el tiempo, ya que todos los cambios que suceden son potencialmente peligrosos para su perfecta planificación.
¿Cómo reconocer a una persona controladora?

La aspiración de una persona controladora es tener «todo en orden, bajo control». A simple vista, hay quienes dirán que no hay nada de malo en ello; después de todo, la planificación previene muchos problemas. No obstante, cuando analizamos un poco más allá, vemos que tras esa organización hay mucho esfuerzo, tensión y nervios previos.

La tranquilidad se sostiene de un precario equilibrio y pende de un hilo, ya que cualquier imprevisto amenaza con romper ese plan perfecto. Justo esto es lo que temen las personas controladoras. Así pues, veamos las señales para identificar esta forma de ser y cómo afrontarlo.

¿Cómo es una persona controladora?

Una persona controladora se caracteriza por dictaminar qué se hace y cómo, es decir, define todos los aspectos de una situación, ya que eso le hace sentir segura. Sin embargo, en el fondo tiene una personalidad insegura; por eso, busca tener el control.

Atiende a todos los detalles en extremo, dado que no sabe lidiar – ni tolera – las improvisaciones. El problema de tener una relación con una persona de estas características es que intenta «abordarlo todo». Así, con el tiempo, el vínculo se torna agobiante.

De hecho, puede derivar en consecuencias impensadas. Por ejemplo, en ámbitos laborales, cuando hay un jefe controlador, sus empleados se limitan a responder a sus órdenes, en lugar de buscar la innovación, apostar por la creatividad o introducir mejoras. De este este modo, aquello que en principio parece una virtud, se convierte en el talón de Aquiles de estas personas.

¿Cómo es una persona controladora?
La persona controladora precisa cada detalle. Además, intenta manipular a quienes lo rodean.

Características de una persona controladora

Hay muchas señales que permiten identificar a una persona controladora. Algunas de las más frecuentes son las siguientes:

  • Actúa como si protegiera a las otras personas. De este modo, disfraza sus ansias de control bajo una fachada de interés o preocupación.
  • En el fondo, este tipo de personas tiene una sensación permanente de inseguridad, de «amenaza». Por eso, está muy pendiente de aquellas situaciones que son de su interés, lo que le acarrea una vivencia constante de estrés.
  • Son personas inflexibles, a las que les cuesta adaptarse a los cambios e imprevistos. En general, intentan establecer sus propias reglas del juego. Por esto mismo, suelen ser poco espontáneas.
  • Son personas inseguras y de baja autoestima, aunque a veces parezca que «se comen el mundo». Temen perder el control y quedar expuestas o que la gente se dé cuenta de cómo se sienten realmente. Así pues, siempre intentan llevar la delantera.
  • En algunos casos, se trata de personas muy invasivas, que no respetan tu intimidad y que hasta pueden llegar a pedirte la clave del celular, la computadora, entre otras cosas.

¿Qué hacer con una persona controladora?

Aprender a afrontar las situaciones con una persona controladora puede evitar momentos incómodos. Algunas recomendaciones para actuar frente a esta personalidad son las siguientes:

Demostrar carácter

En un principio, es importante que no le des lugar a que tome el control de tu vida o a que asuma un rol más allá del que quieres que tenga. Es decir, evita darle explicaciones de dónde, cuándo, con quién o qué haces, se trate de tu pareja, tu amiga o tu padre.

No des explicaciones solo para evitar confrontar, ya que acabarás por cansarte. Mientras más explicaciones des, más te pedirán, de modo que el conflicto llegará en algún momento si la situación persiste.

Poner límites

No temas poner límites. Es necesario que hagas valer tu intimidad y tus derechos. Habrá detalles de tus actividades o historias que quieras compartir, pero cuándo y cómo, eso lo decides tú. Cuando lo hagas, actúa desde la asertividad y evita la violencia. No dejes de lado tus necesidades y tus deseos.

Dejar de lado la culpa

Muchas veces, las personas controladoras suelen responsabilizar a otros y repartir culpas; no permitas que eso suceda. Tampoco intentes dar explicaciones, ya que suelen tener un por qué para todo.

La otra cara de la culpa es que, muchas veces, esta persona emplea la manipulación emocional para tratar de conseguir lo que quiere. De esta manera, genera culpa y lástima en su interlocutor, quien acciona haciendo lo que le mandan. Así pues, aprende a decir «no» siempre que sea necesario.

Fortalecer la autoestima

Por último, también es muy importante que trabajes tu autoestima para poder valorarte y hacerte respetar. A veces, acabas complaciendo y cediendo para evitar el conflicto porque piensas que «no te cuesta nada». Por eso, el control empieza a extenderse como el agua sobre la arena.

Cuando hay una persona que ejerce control, del otro lado hay alguien que tiene dificultades para establecer límites. Por ello, es importante que también puedas «quebrar» con este lugar o rol.

¿Qué hacer con una persona controladora?
Una autoestima fuerte permite poner límites a las personas que tratan de tomar el control.

El control extremo es tóxico

Tal y como lo planteamos, tener cierto control sobre la vida es positivo, ya que permite tener un margen de seguridad, saber cómo actuar y no sentir que se está «en la nada». Sin embargo, esto no se debe confundir con controlar la vida de las otras personas; cada uno tiene su propia autonomía y la libertad para tomar sus decisiones.

El control suele derivar en conflicto y es tóxico para las relaciones, ya que el entorno termina por sentirse abrumado. Por supuesto, es importante entender que no se trata de blanco o negro. Muchas veces, detrás de ciertos comportamientos hay historias que permiten entender mejor el por qué de estos.

Por ejemplo, en ciertos casos la necesidad de control proviene del tipo de crianza recibida, como la autoritaria o la rígida. En este sentido, ya sea que seas la persona que busca ejercer control o seas quien está pasando por una situación similar, es importante que pidas ayuda para evitar dañar tu salud mental o la de quienes te rodean.

Por último, en el camino al cambio, es necesario «blanquear» las consecuencias en la propia salud respecto a querer tener el control. Y es que esto deriva episodios de ansiedad, estrés, depresión y tensión permanente, pues no se puede pasar ni un solo detalle.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com

Persona pasivo-agresiva, una gran manipuladora

La persona pasivo-agresiva, una gran manipuladora: 3 cosas que debes saber

Si en nuestro entorno hay alguna persona pasivo-agresiva debemos procurar ayudarla. En lugar de alejarnos, intentaremos que encuentre una solución para esa frustración que tiene en su interior
La persona pasivo-agresiva, una gran manipuladora: 3 cosas que debes saber

La persona pasivo-agresiva padece en realidad un problema en su personalidad.

Según esta información de la Clínica Mayo, sus principales características comportamentales residen en la obstinación continua, en reaccionar de forma desafiante ante las demandas de los demás y en mostrar siempre una actitud tan negativa como derrotista. Convivir con ellas es tan complejo como desgastante.

Como siempre ocurre con la personalidad, hay quien muestra menos características y hay quien las acumula todas. No obstante, lo que está claro es que su capacidad de manipulación es tan hábil que construye relaciones marcadas siempre por un gran sufrimiento e infelicidad.

Es posible que en la actualidad estés conviviendo con una de estas personas. Puede incluso que tengas un familiar o un compañero de trabajo con este tipo de trastorno.

Si es así, es recomendable saber que existen estrategias de afrontamiento y adecuadas terapias psicológicas con las que reducir este comportamiento negativo y hostil causado casi siempre por dos dimensiones muy básicas: la ira y la frustración.

Hoy en nuestro espacio te proponemos saber un poco más sobre este tipo de personas.

1. ¿Qué características presenta la persona pasivo-agresiva?

hombre-con-arbol-en-el-rostro

Para empezar, algo que debemos tener claro es que no todas las personas con este tipo de personalidad evidencian cada uno de los comportamientos que detallaremos a continuación.

Sin embargo, lo que sí evidencia la persona pasivo-agresiva es un arte muy hábil a la hora de poner en práctica una marcada hostilidad recubierta con “terrones de azúcar“.

Es decir, son capaces de hacernos daños de forma compasiva simulando cariño cuando lo que hay en el trasfondo es un deseo expreso por humillar, controlar o ridiculizarnos.

Estas serían por tanto las características más básicas.

  • Pasión por criticar a los demás. No hay realidad, persona o matiz cotidiano que se libre de una buena crítica.
  • Cuando los conocemos de verdad, descubrimos que siempre se muestran desagradables e irritados por algo.
  • No obstante, cuando deseen algo de nosotros no dudarán en mostrarse amables, detallistas y tan cálidos como les sea posible.
  • Se olvidan de las cosas expresamente para no asumir responsabilidades.
  • Todo lo que empiezan lo dejan a medias.
  • Son cínicos.
  • Muestran una curiosa habilidad para echar la culpa a los demás, aunque la responsabilidad sea de ellos.
  • Suelen ir de víctimas, son los menos valorados, los menos respetados, los menos felices…
  • Odian la autoridad.
  • Rechazan las sugerencias de otros.

2. ¿Qué hay detrás de este tipo de personalidades?

Esto es lo primero que pensamos. ¿Por qué actúan de este modo si, a largo plazo, lo que consiguen es mayor frustración y relaciones sociales disfuncionales?

Estas serían algunas explicaciones:

  • Por lo general, son personas criadas en familias donde no se practica una adecuada gestión emocional.
  • No se les enseñó a canalizar la ira, ni a desahogar el enfado.
  • Cuentan con una baja autoestima.
  • Poco a poco se han dado cuenta de que, controlando a los demás y asumiendo una posición de poder, sus carencias quedan disimuladas.
  • A su vez, en algún momento de su vida percibieron que al desplegar conductas amables y cariñosas logran conseguir aquello que quieren.
  • No saben gestionar sus emociones negativas. Al no lograrlo se intensifica su rabia y la sensación de que el mundo es injusto y nadie les entiende.

3. Cómo tratar a la persona pasivo-agresiva

Es muy posible que la primera idea que se nos venga a la cabeza sobre cómo “lidiar” con una persona pasivo-agresiva sea huir de ella. Bien, cabe decir que no es lo adecuado. No lo es por varias razones.

La primera es que puede que seamos nosotros mismos quienes lo suframos, y la segunda es que no siempre podemos o debemos huir de aquello que nos enturbia o nos es muy complejo.

Comprender

  • Así, lo primero que debemos hacer es COMPRENDER. Entender las bases de esta personalidad nos ayudará mucho.
  • Lo segundo es no ceder a su control. Es necesario que pongamos sobre la mesa las consecuencias de sus actos y nuestra negativa a ceder ante lo que no nos gusta o no es lógico.
  • No podemos olvidar que lo que nutre las raíces de la persona pasivo-agresiva es la baja autoestima. Por tanto, algo que teme más que nada es quedarse sola.

Recuerda que no debes ceder ante ellos

Debemos ser asertivos con ellos, poner límites, ser razonables y sugerirles opciones correctas a su comportamiento.

  • Si me hablas con cinismo no confiaré en ti, respétame.
  • Si eres tan negativo lo único que conseguirás es aislarte en tus propios miedos.
  • En lugar de buscar siempre mis defectos y criticarme demuéstrame que eres capaz de ver algo bueno en mí.

Propón que busque ayuda profesional

La persona pasivo-agresiva sufre un acusado síndrome de inferioridad, una gestión inmadura de sus emociones y una autoestima muy baja.

Nadie puede ser competente ni social ni afectivamente con estas carencias, con estas limitaciones. Por tanto, es prioritario que aúne valentía para pedir ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, es muy recomendable en estos casos.

Es necesario recordar que el pasivo-agresivo no es un enfermo, solo es alguien que, tras su antipática armadura y su conducta manipuladora, esconde un ser frágil que debe ser ayudado.

Intentemos, por tanto, que dé el paso hacia el bienestar, hacia la clara voluntad de querer mejorar mediante una buena terapia.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com

Consigue paz interior

7 sencillos pasos para conseguir la paz interior

La paz interior, como su propio nombre indica, no depende de las circunstancias externas, de lo que nos sucede, si no de la perspectiva con la que decidimos mirar la vida.
7 sencillos pasos para conseguir la paz interior

Conseguir la paz interior parece algo utópico en estos tiempos. Entre tanta responsabilidad laboral, familiar y personal ¿cómo mantener la calma? Nos faltan horas en el día para llegar a cumplir todas nuestras obligaciones, para alcanzar el estatus y el éxito que socialmente se nos exigen.

Pero, ¿qué pasaría si, por un momento, reordenásemos nuestras prioridades? Si comenzásemos a darle valor a lo que verdaderamente lo tiene: la salud, la tranquilidad, la compañía de nuestros seres queridos y la felicidad de los pequeños momentos. Y es que como su propio nombre indica la paz interior no es algo que viene de fuera, de nuestras circunstancias, si no de la actitud que personalmente elegimos adoptar. 

Las gafas que decidimos ponernos para caminar por la vida definen el modo en que la vemos. Por ello, si eres una de las muchas personas que sufre de estrés y ansiedad y deseas cambiar esta realidad, comienza por cambiarte a ti mismo.

7 pasos para conseguir la paz interior

Si quieres alcanzar la paz interior, te aconsejamos:

1. Ocuparse o preocuparse

Uno de los cambios más importantes que debes realizar es el de desterrar la preocupación de tu vida. Preocuparse, aunque a veces resulte inevitable, realmente es inútil. De nada sirve darle vueltas a un asunto una y otra vez, realizando el mismo recorrido mental que nos lleva a un callejón sin salida y aumenta nuestra ansiedad.

Cambia el foco, en lugar de preocuparte, ocúpate. Cuando se te presente una situación adversa analízala detenidamente una sola vez, y decide si tiene solución, si puedes hacer algo al respecto o no. Si la tiene, adelante, actúa. Esa es tu labor, accionar para modificar aquello que te desagrada.

Y si no la tiene, actúa también. Pero esta vez actúa para controlar tu mente. No te permitas entrar en un bucle infinito de preocupación y rumiación respecto al tema. Enfócate en aceptar la realidad que ha llegado, fluir con ella, extraer un aprendizaje y seguir adelante.

2. Respiración

Existe una correlación directa entre nuestro estado físico y nuestro estado mental. Por ello, cuando la ansiedad te desborde, siéntate y respira. Realiza respiraciones lentas, profundas y diafragmáticas y de inmediato comenzarás a sentir la relajación en tu cuerpo. Acto seguido comprobarás como la tensión mental disminuye de forma pareja.

Pero no es suficiente con utilizar este recurso como medida de emergencia. Si realmente deseas conseguir la paz interior, haz de la respiración un hábito. Dedica, al menos, dos periodos de 10 minutos cada día para respirar de la forma adecuada. Y, en poco tiempo, notarás que tus niveles generales de ansiedad se reducen significativamente.

Hombre mirando al infinito buscando la paz interior

 

3. Pensamiento positivo para conseguir la paz interior

Como antes hemos comentado, es imprescindible seleccionar cuidadosamente con qué gafas deseas mirar el mundo. Si miras a través de los cristales de la queja, del victimismo, de la indefensión… solo sentirás frustración e impotencia. Hemos acostumbrado a nuestra mente a buscar, hallar y detectar todo lo negativo que nos rodea: problemas, dificultades, limitaciones… ¿Cómo ser feliz, cómo estar en paz si te sientes rodeado de adversidades?.

Sin embargo, del mismo modo puedes entrenar a tu cerebro para identificar cada oportunidad, recurso y aspecto positivo de la vida. Comienza por hacerlo de forma deliberada, esfuérzate en reconocer y agradecer cada día todo lo bueno que tienes. Y, con el tiempo, esta función se automatizará y sentirás, de pronto, que eres afortunado.

4. Ejercicio y movimiento

Puede resultar contraintuitivo pensar que para alcanzar un estado de calma y relajación haya que ponerse en movimiento. Pero realmente es así. Realizar ejercicio de forma regular no solo tiene beneficios para la salud física, también mejora nuestra salud mental. Nos ayuda a despejar la mente, a desconectar de las preocupaciones y ganar confianza y autoestima. 

Chica buscando la paz interior haciendo ejercicio

 

5. Sueño de calidad

Por último cuida que tu descanso sea suficiente en cantidad y calidad. Una de las manifestaciones más comunes de la ansiedad es el insomnio, pero la falta de sueño solo empeora y agrava la situación. Por ello, ponte el firme propósito de dejar las preocupaciones a un lado a la hora de dormir.

Dedica la última hora antes de acostarte a realizar alguna actividad relajante y placentera que aleje tu mente de los asuntos que te preocupan. Hoy no puedes hacer nada, mañana te ocuparás de ellos, ahora prioriza tu sueño.

6. Vive el presente

Vivir el presente implica atender únicamente lo que está sucediendo en el aquí y el ahora. En otras palabras, significa estar en consonancia con lo que está aconteciendo en este preciso momento; y estar consciente de que todo lo que está fuera de él sencillamente no existe sino en nuestra mente e imaginación.

Si logras entrenarte para vivir el presente, ni los fantasmas del pasado ni los miedos del futuro atormentarán tu paz interior. Una forma de hacerlo es a través de la meditación o el mindfulness. Así que ¡no dudes en intentarlo!

7. Sé tu mismo

Sabemos que esta frase raya en lo cliché y está un poco desgastada. No obstante, aprender a ser uno mismo es todo un reto y representa uno de los pilares que garantizan el bienestar. Muchas personas sienten miedo de manifestar sus opiniones, deseos, gustos… y desean encajar a costa de una máscara. A la larga, esto perturba la paz interior y lleva a la inconformidad.

Por tanto, lo ideal es que aprendas a conectar contigo mismo y vivas sin que te importe lo que dirán los demás. Así lograrás alcanzar esa paz interior que tanto anhelas.

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

Paz interior y ser feliz

Cómo encontrar la paz interior y ser feliz

Cómo encontrar la paz interior y ser feliz

Este es uno de los propósitos vitales más importantes. La paz interior es la base necesaria de un estilo de vida en el que te sientes en armonía contigo mismo y con tus decisiones. Tal vez sientas que existen ingredientes que alteran tu calma anímica, por ejemplo, el estrés. Mientras que en el lenguaje coloquial, a veces, se confunde la felicidad con la euforia constante, en realidad, el verdadero bienestar nace de la armonía, el equilibrio y la serenidad de esa paz interior que es tu refugio.

Cuando has alcanzado este estado, la paz interior va contigo allí donde vas. ¿Cómo encontrar la paz interior y ser feliz?

5 consejos para tener paz interior y ser feliz

Para concretar este camino de superación te damos estos cinco principios esenciales para lograr este propósito tan importante.

1. Practica el bien

La bondad está íntimamente ligada a la paz interior. Piensa en el bienestar que sientes cuando has hecho lo correcto. Por tanto, lleva este compromiso humano con la ética de la virtud a tu día a día. Las mejores acciones son aquellas que son objetivamente buenas. Recuerda que el fin no justifica los medios.

No dejes de hacer algo solo por el qué dirán. Por el contrario, actúa de tal forma que cuando estés a solas contigo mismo en la intimidad de tu conciencia te sientas orgulloso por cómo te has comportado.

2. Vive el presente

Este es un principio básico y esencial, bajo esta máxima se trabaja la terapia cognitiva del mindfulness. Estás viviendo el día de hoy, por tanto, centra tu presencia en aquello que vas a hacer en esta jornada. Tu paz interior se rompe de manera frecuente por la anticipación constante del mañana y por miedos que, en muchos casos, nunca se harán realidad.

¿Cómo llevar a la práctica este propósito de vivir el presente? Tomando decisiones relativas al día de hoy en lugar de vivir tan pendiente de que llegue el viernes.

3. Agradece lo que tienes

Tu nivel de felicidad aumenta cuando, de verdad, valoras más tus motivos de buena suerte y das menos importancia a aquello que te falta. Para fomentar la rutina de la gratitud como un valor prioritario puedes comenzar cada día enumerando tres razones por las que quieres dar gracias a la vida.

4. Cuida tus relaciones personales

Tu nivel de felicidad aumenta cuando cuidas tus vínculos sociales. Para ello, intenta construir los vínculos de apego con la familia, amistad y compañerismo desde el respeto a la individualidad de cada ser humano. Valora a cada persona por sus virtudes en lugar de querer cambiarle por sus defectos.

5. Diferencia entre aquello que depende de ti y lo que no

Este es otro de los principios básicos de la paz interior. ¿Tienes un problema que te preocupa? Entonces, ocúpate de solucionarlo. ¿Se trata de un asunto que trasciende a tu propio campo de actuación? Entonces, acepta este hecho.

Cómo encontrar la paz interior y ser feliz - 5 consejos para tener paz interior y ser feliz

Factores que impiden la tranquilidad mental y emocional

  1. El perfeccionismo. 1Esa idea que te hace sentir que nada está a la altura de ese ideal que tienes en tu mente. La vida no es perfecta pero es real. Y esto es lo más importante.
  2. El miedo a la soledad. En lugar de alimentar este miedo con pensamientos negativos, alimenta la esperanza de la compañía por medio del tiempo dedicado a las relaciones personales (cuida tus vínculos con los demás pero también contigo mismo).
  3. Complicar lo sencillo. ¿Cuántas veces te has dado cuenta de que habías magnificado un asunto en tu mente cuando en la realidad todo era más sencillo?
  4. Compararte con los demás. Cada persona tiene su camino. Tu paz interior se rompe cuando mides tu realidad en comparación con la de otra persona. Una comparación que no solo puede ser presencial, sino también virtual.
  5. El estrés. Es natural que existan instantes de estrés, sin embargo, no es lógico normalizar este estado emocional como si para ser realmente productivo fuese necesario experimentarlo. Los efectos del estrés crónico te alejan de la paz interior y afecta a tu salud.

Sentimientos para cultivar la paz espiritual y mental

  1. Ilusión. Identifica aquello que te ilusiona en el día a día poniendo una atención especial en los pequeños detalles de la rutina.
  2. Comprensión. Un ingrediente necesario contigo mismo y con los demás. Por ejemplo, en lugar de juzgarte de manera negativa, intenta comprenderte.
  3. Esperanza. Este sentimiento te ayuda a observar la luz en el horizonte incluso en situaciones de dificultad.
  4. Paciencia. La vida tiene su propio ritmo y este compás no siempre está alineado con tus expectativas. Aprender a esperar es una receta necesaria para mantener la paz interior.
  5. Perdón. Necesitas cerrar capítulos no superados. Y esto pasa, en algunos casos, por el perdón como medicina necesaria para pasar página.

¿Cómo encontrar la paz interior y ser feliz? Viviendo como protagonista cada día de tu vida.

 

Fuente: psicologia-online.com

Reconocer los errores para crecer

Reconocer los errores para crecer

A ninguna persona le resulta agradable recibir críticas, incluso aunque estas sean constructivas. Nos duele, nos enfada y nos altera escuchar en boca de otros aquello que no hacemos del todo bien. Nos cuesta reconocer los errores, pero es un ejercicio muy sano y necesario para nuestro crecimiento personal.

A pesar de lo difícil que resulta asumir nuestros fallos, si logramos hacerlo estaremos más cerca de tener una existencia pacífica y feliz. Reconocer nuestros errores y hacernos responsables de ellos mejorará tanto nuestro estado interno como nuestras relaciones personales. 

¿Por qué nos cuesta tanto reconocer los errores?

Autoestima

Todos los seres humanos necesitamos tener una imagen positiva de nosotros mismos. Hemos de considerar que poseemos cualidades positivas y de valor, para poder encontrarnos en paz con lo que somos.

Nos negamos, muchas veces, a mirar nuestros defectos en un intento por preservar nuestra autoestima. Sin embargo este mecanismo surge de un enfoque básico erróneo: cometer errores es malo. Desde esta perspectiva es lógico y comprensible que mirar de frente a nuestros fallos nos genere rechazo. No obstante, la realidad es bien distinta: cometer errores es humano. Hacerlo no nos convierte en personas malas o indignas de cariño.

Nuestra autoestima no ha de estar basada en una imagen ficticia de nosotros como seres perfectos. El amor propio significa conocernos y aceptarnos con todas nuestras cualidades, tanto positivas como negativas, y seguir trabajando en nosotros mismos.

Es por ello que las personas con una autoestima dañada son las que encuentran más dificultad en reconocer sus fallos. A pesar de que, en ocasiones, puedan exteriorizar una imagen casi narcisista, realmente no se aceptan. Quien se encuentra verdaderamente en paz consigo mismo no necesita adoptar ningún tipo de estrategia para negar sus faltas.

Mujer incapaz de reconocer sus fallos

 

Perfeccionismo

El papel del perfeccionismo es también muy significativo en este asunto. Los individuos con personalidades más rígidas muestran más reticencia a aceptar sus errores. Además también se muestran más duros a la hora de juzgar los fallos de los demás. Esto es debido a que, generalmente, observan la realidad desde una posición dicotómica: todo es blanco o negro, no existe una escala de grises. Para ellos cometer errores es algo totalmente indeseable, y dado que aspiran a la perfección no pueden asumir que esto ocurra.

En este caso es totalmente necesario flexibilizar los puntos de vista y comprender que aspirar a la perfección es algo agotador y poco realista. Las personas no son completamente buenas o absolutamente malas, todos nos situamos en puntos intermedios del continuo. Además, dado que la vida viene sin manual de instrucciones, todos cometemos errores y tenemos derecho a hacerlo.

Reconocer los errores nos ayuda a crecer

Cuando alguien resalta algo negativo de nuestra persona, esto nos despierta intensos y desagradables sentimientos. Pero es necesario caer en la cuenta de que, si esto sucede, significa que hay partes de nosotros mismos que nos negamos a observar. Cuando una crítica nos afecta es porque está tocando un punto de nosotros que necesita sanar.

Es momento de tomar las riendas y reunir la valentía para conocernos y mirarnos en profundidad. Una vez que te descubres y te aceptas, ninguna opinión ajena puede herirte. Para ello es necesario que tengas claras dos cosas:

  • Cometer errores es humano: Todas las personas fallan alguna vez y esto es algo normal. Es necesario aceptar esta realidad y dejar de juzgar y juzgarnos duramente.
  • Reconocer los errores es valiente: asumir nuestras faltas requiere el coraje de mirar de frente nuestras sombras más oscuras. Hacerlo es un ejercicio de humildad y un deseo genuino de mejorarnos a nosotros mismos.
Hombre reconociendo sus errores

 

No debemos culparnos por fallar en ciertos aspectos de nuestra vida, pero si hemos de hacernos responsables. El desarrollo personal pasa inevitablemente por un proceso de introspección en el que descubrimos qué áreas requieren trabajo de nuestra parte. Reconocer nuestros errores nos hace más humanos y más humildes y nos permite mejorar.

Tratemos de darnos a nosotros mismos y a los demás la libertad de equivocarnos y aprender de los propios fallos. Seamos más flexibles, tolerantes y comprensivos. Nadie necesita ser perfecto para ser apreciado por las personas que le rodean. Errar y asumir los errores es el único camino hacia la madurez emocional.

 

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

Mejora tu memoria

3 consejos útiles para mejorar tu memoria

La memoria no es simplemente una capacidad estática e innata. Puede entrenarse y mejorarse con unas sencillas técnicas
3 consejos útiles para mejorar tu memoria

¿Crees que sería bueno para ti aprender en pocos minutos 3 técnicas para mejorar tu memoria? Frecuentemente escuchamos las excusas: “No, es que tengo muy mala memoria”, “No se me quedan las cosas”, o incluso, “no sirvo para estudiar”. Este artículo no pretende hacer creer que todo el mundo tenga la misma capacidad para el aprendizaje, ni mucho menos para la retención de datos, porque no tiene que ser así. Sin embargo, podréis mejorar vuestra capacidad de retención si seguís unos fáciles consejos. 

La memoria es una gran desconocida para la gente, sin embargo es una función cognitiva central en nuestro potencial intelectual. Por ello, queremos empezar definiéndola, aunque sea muy someramente.

Mente de una persona con piezas del tetris

¿Qué es la memoria?

Una función cognitiva e intelectual y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y evocar la información del pasado. Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales. Estas redes, cuando se estimulan repetidamente -sea por la evocación, sea por el repaso-, propician un fenómeno llamado potenciación a largo plazo.

La buena noticia es que la memoria es una función cognitiva que puede entrenarse y, por consiguiente, mejorarse. Aducir falta de memoria ya no volverá a ser una excusa para ti, pues en este artículo queremos mostrarte:

3 consejos útiles para mejorar tu memoria

Toma nota, pues nunca has estado tan cerca como ahora de mejorar tu memoria:

1. Considerar la información a memorizar, interesante y atractiva

A menudo nos sorprendemos cuando alguien es capaz de recordar un suceso ocurrido años atrás con todo lujo de detalles. O, por ejemplo, viendo como algunas personas son capaces de memorizar largas listas de datos sin apenas esfuerzo.
Esto ocurre sencillamente porque a estas personas la información les resulta muy atractiva, por lo que sea. Tal vez les apasione el derecho y sean capaces de memorizar el código civil o el penal sin apenas esfuerzo. O, tal vez les guste mucho la historia y sean capaces de recordar la lista de los reyes godos (incluido el año en el que reinaron).

Si consideramos aquello que estudiamos como emocionante, y nos gusta aquello de lo que trata, aumentaremos nuestras probabilidades de recordarlo. No obstante, somos conscientes de que muchas veces es imposible considerar el estudio como algo apasionante y lleno de sentido. En estos casos, puede ser de utilidad un sencillo consejo de, nada más ni nada menos que Einstein:

“Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber…”

Debemos encontrar la motivación suficiente para hacer del estudio algo útil y valioso para nosotros.

2. Repetir los conceptos una y otra vez

Es el método por excelencia del estudiante. Pero no por ello el menos importante. Repetir los conceptos importantes una y otra vez refuerza la sinapsis del circuito neuronal creado al efecto, por lo que el acceso al contenido y su evocación estará garantizado. Obviamente, este método requiere mucho esfuerzo y tiempo.

Es mucho mejor grabarse la lección con el móvil u otro dispositivo y después escucharlo a la vez que lo lees de los apuntes. La información que se recibe por 2 sentidos de forma simultánea, mejorará la memorización del contenido.

Cabeza de una persona con una pieza de puzzle en la cabeza

3. Disminuir la complejidad de los temas convirtiéndolos en lineales y sencillos

Este debe ser el primer paso. Es mucho mejor empezar por los elementos más sencillos (tal vez podrás descomponer la tarea en partes más o menos asequibles). No te satures, intenta memorizar un poco cada día, pues la memoria se satura si debe procesar demasiados datos en un mismo momento.

También puedes asociar temas a colores. Utilizar subrayadores de diferentes tipos y colores. O utilizar frases o palabras claves que puedas desarrollar fácilmente o asociar a elementos o epígrafes del tema. De igual modo, puedes hacer dibujos que puedas transformar en una historia con el contenido del tema.

En definitiva, el trabajo y la concentración son claves en el aprendizaje, pero debemos intentar ayudarnos de diferentes trucos o técnicas que nos resultarán útiles.
De esta manera aumentaremos nuestras probabilidades de tener una verdadera memoria de elefante.

 

 

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com

Ayúdate y perdona

7 frases que te ayudarán a perdonar

7 frases que te ayudarán a perdonar

El perdón es un acto de piedad, pero sobre todo de liberación; para quien lo recibe, pero sobre todo para quien lo da. Este ejercicio de generosidad con uno y con el otro o los otros es fundamental para mantener la estabilidad emocional, para cerrar viejos capítulos y abrir otros nuevos. Es muy complicado estar bien mientras se albergan rencores y por eso hoy hemos traído algunas frases que te ayudarán a perdonar.

En muchos casos no es fácil perdonar a la persona que nos hirió, sobre todo cuando nuestras entrañas nos piden venganza o nuestros actos pueden alimentar ese resentimiento. Más difícil aún cuando la herida la causó alguien a quien amamos o tenemos en muy alta estima. Por eso, como decimos, es un acto de generosidad, la resolución de un diálogo con uno mismo, cara a cara.

Así, el perdón es un acto sublime, que se da como fruto de un proceso de reconciliación. Este implica un nuevo pacto, que supone no incurrir de nuevo en las conductas que dieron origen a la afrenta. Vale la pena, en todo caso. Por nosotros mismos y por los demás. Enseguida te compartimos 7 frases que te ayudarán a perdonar.

Perdonar no es fácil

Una de las frases que te ayudarán a perdonar viene de la pluma de Benjamín Franklin. Dice lo siguiente: “Las tres cosas más difíciles de este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo”.

El perdón nunca es fácil, ni para una, ni para la otra parte. En ambos casos exige grandeza. A quien pide perdón, porque debe reconocer su error y comprometerse a no repetir el agravio. A quien perdona porque le exige nobleza, generosidad y comprensión de las debilidades ajenas.

Pareja cogida de la mano al amanecer simbolizando frases que te ayudarán a perdonar

Dos frases que te ayudarán a perdonar

Mahatma Gandhi legó muchas de las frases que te ayudarán a perdonar. El perdón estaba en la base de toda su filosofía de vida. Una de esas frases señala: “Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa sabe amar”.

Gandhi hacía una asociación entre el perdón y el amor. Porque tanto para amar como para perdonar se necesita fortaleza. Así mismo lo veía Martin Luther King, quien dijo: “El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar”. En el amor siempre hay capacidad de perdón… y en el perdón siempre hay capacidad de amar.

El perdón es una bendición

William Shakespeare nos ofrece una visión del perdón que revela su alcance. No solo favorece a quien lo recibe, sino también a quien lo otorga. Una de sus frases dice: “El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”.

Pájaros volando simbolizando frases que te ayudarán a perdonar

 

Al perdonar, quien es capaz de olvidar el agravio, se engrandece a sí mismo. Es capaz de pasar por encima del daño que recibió y buscar la paz con el otro. El que es perdonado recibe ese beneficio, pero no gratuitamente. También crece al reconocer su error y admitir que no fue aceptable su conducta.

La necesidad del perdón

Una de las razones más importantes para perdonar es el hecho de que todos los seres humanos cometemos errores. Es lo que nos recuerda una frase de Jacinto Benavente: “A perdonar solo se aprende en la vida cuando a su vez hemos necesitado que nos perdonen mucho”. Humanos somos y, más tarde o más temprano, todos necesitamos un perdón.

Por otro lado, también están los que se culpan y se fustigan excesivamente cuando cometen un error. Los que se sienten eternamente condenados a pedir perdón por todo lo que hacen. Al respecto dice Confucio: “Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo”. Una frase que llama a la generosidad de espíritu.

Perdonando se obtiene sosiego

Demián Bucay también nos recuerda el gran beneficio que obtiene quien perdona. Una de sus reflexiones señala lo siguiente: “Tras una ofensa, la manera de recuperar el sosiego, de ganar libertad y equilibrio psicológicos es perdonar. Solo así curaremos nuestra herida y evitaremos que el resentimiento nos paralice”.

Mujer en el campo simbolizando frases que te ayudarán a perdonar

La frase final es clave en sus afirmaciones. Los rencores tienen una fuerza enorme y se alimentan a sí mismos. Cuando son muy intensos y se mantienen por mucho tiempo, terminan paralizando. Limitando la vida emocional e impidiendo el avance.

Sería bueno tener a mano estas frases que te ayudarán a perdonar. El perdón libera y engrandece. Lo importante es hacerlo de corazón, de lado y lado. No es un simple ritual para eliminar la culpa, sino un alto y un replanteamiento que debe conducir a un crecimiento de todos los implicados.

 

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com