Valores de una familia feliz

6 valores de una familia feliz

Amor, respeto, empatía, honestidad, autonomía y perdón son los valores fundamentales que toda familia necesita para conocer la felicidad.
6 valores de una familia feliz

En el mundo actual y globalizado, donde la tecnología y las redes sociales imponen tendencias, la educación en valores no ha pasado de moda, todo lo contrario. Los valores de una familia feliz siguen siendo el mejor camino para la construcción de un mundo mejor.

Los valores son los que median la convivencia pacífica, o así debería ser. Educar a los hijos con los valores de una familia feliz puede ser la garantía que necesita el futuro para estar menos plagado de violencia, miedos e incertidumbre.

¿Cuáles son los valores de una familia feliz?

Los valores de una familia feliz son los acuerdos o normas que guían la convivencia, la paz y la unión de los miembros de una familia, lo que en definitiva es el camino hacia la felicidad y la realización, tanto personal como familiar.

1. Los valores de una familia feliz: el amor

Para comenzar, la base para la convivencia armoniosa, el sustento que alimenta la coexistencia de los demás valores, la razón por la que las personas se unen y traen hijos para conformar una familia, es el amor.

Todos los integrantes de la familia necesitan entender que hay que aprender a amar. El amor es exigente, implica establecer límites y cumplirlos para crecer y garantizar así la felicidad de la familia. Además, es la principal fuente de sanación de todas las heridas.

Familia feliz
Para tener una familia feliz es muy importante enseñar valores y límites a los niños.

2. El respeto

El amor crece cuando se respetan las normas propias y la dignidad de la familia. Alimenta la confianza propia de cada uno de sus miembros. Mientras se respeten las necesidades, particularidades y preferencias de cada integrante de la familia, crecerá el sentimiento de unión.

El respeto también es reconocer y valorar la forma de pensar del otro, incluso cuando es opuesta a la propia. El respeto dentro de la familia trasciende e impregna todo lo que rodea a esa familia.

3. La empatía

Para poder respetar las diferencias entre los miembros de la familia, también es necesario ponerse en el lugar del otro. Y no siempre es fácil. En muchas ocasiones habrá que tratar de olvidar patrones o prejuicios establecidos previamente o sanar también las heridas que nos pueda producir la convivencia diaria.

Mamá y su hijo
La empatía es un valor fundamental en el hogar para no perder la calma y comprender a los niños.

La empatía y el amor fortalecen la unión familiar. Así, sostienen a la familia ante situaciones difíciles, ayuda a solventar las crisis y seguir creciendo juntos.

Gracias a la empatía se reconoce lo que afecta al otro, se valoran los esfuerzos que hace, y se aplauden sus logros por pequeños que sean. La empatía crece con la generosidad que brinda afecto, tiempo para compartir y comprensión.

4. La honestidad

La comunicación entre los miembros de una familia debe ser honesta, sin miedos. La honestidad familiar se trasladará al resto de relaciones que se establezcan en la vida.

Es un elemento primordial de las relaciones duraderas. Al quebrarse se pone en riesgo la unión familiar. La honestidad también está irremediablemente unida a la confianza y la transparencia.

5. La autonomía

Hay que reconocer las diferencias de los integrantes de una misma familia, respetar sus pensamientos y preferencias, y apoyar también el crecimiento espiritual y autónomo de cada uno de sus miembros.

Los padres deben apoyar crecimiento de sus hijos y fortalecer su vuelo, para alimentar su autoestima.

Los hijos reconocen el esfuerzo de los padres y los apoyan. Crecen y toman sus propias decisiones, desde la autonomía que les brindaron los padres. Así, son capaces de trabajar en equipo para el logro del bienestar común.

6. Los valores de una familia feliz: el perdón

El perdón es una forma extraordinaria de expresar el amor. A lo largo de la vida familiar se cometerán muchos errores. Así, aceptar que se cometió una falta, perdonarse y corregirla forma parte de la dinámica de la familia sana y feliz.

Con rigidez, negatividad y orgullo no se construye el perdón. En cambio, si se combinan amor, honestidad y empatía, todo es posible.

Hallar la fortaleza tanto para perdonar como para pedir perdón cuando sea necesario se convertirá en una práctica diaria de la familia feliz.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com