Es probable que en alguna ocasión alguien te haya hecho notar que has hablado dormido. En realidad, casi todos lo hemos hecho alguna que otra vez, aunque cuando este comportamiento se convierte en un hábito se hace referencia a la somniloquia, un trastorno del sueño propiamente dicho que implica hablar dormidos con frecuencia y de manera inconsciente. Existen diferentes formas de hablar dormido: hay quienes balbucean palabras ininteligibles mientras que otros llegan a pronunciar frases perfectamente comprensibles e incluso logran hilvanar un discurso completo muy coherente. Hay quienes hablan de manera espontánea, sin recibir ningún estímulo, y otros hablan motivados por otra persona, que generalmente es su interlocutor en el sueño. Lo curioso es que en muchas ocasiones nuestra voz puede sonar diferente a la que tenemos cuando estamos despiertos y eso suele asustar a la persona que nos escucha. Sin embargo, hablar dormidos es un fenómeno muy difundido, sobre todo en los niños y en el género masculino. De hecho, se estima que entre el 50 y el 80% de los niños y adolescentes ha hablado dormido en alguna ocasión, una tendencia que va desapareciendo con el paso de los años.

¿Significa algo?

El contenido del discurso puede ser completamente azaroso y a veces dura pocos segundos por lo que ni siquiera hay tiempo para comprender qué ha dicho la persona. Otras veces, el contenido se corresponde con experiencias diurnas, que pueden ser pasadas o recientes. Muchas personas, sobre todo la pareja, se esfuerzan por comprender el sentido del discurso pero en realidad, este puede carecer de significado o, en todo, caso, ser una manifestación del inconsciente que no tiene por qué ser un reflejo de lo que piensa o siente la persona cuando está despierta. Debemos recordar que los sueños no siempre son una manifestación de nuestros deseos o pulsiones más recónditas, a veces son simplemente pedazos del día a día imbricados al azar. En otras ocasiones, se trata de recuerdos que han sido activados por algún hecho que hemos vivido a lo largo de la jornada o incluso por un sonido proveniente del exterior que nuestro cerebro captó mientras dormíamos. Por tanto, no debemos rompernos demasiado la cabeza buscando el significado de esas palabras.

El mecanismo de base

La persona puede hablar dormida en cualquier momento de la noche y durante cualquier fase del sueño, aunque es más común en las etapas más profundas. Por eso, las personas suelen hablar más a primeras horas de la noche ya que a medida que avanza el reloj, el sueño se hace más ligero. Durante la fase REM se produce lo que se conoce como sueño paradójico, un fenómeno en el cual la actividad cerebral es muy intensa y los sueños son particularmente vívidos. Durante esta fase normalmente se produce una desconexión muscular para evitar que nos hagamos daño. Lo usual es que también se “desconecten” los músculos faciales y que las cuerdas vocales permanezcan inactivas pero en algunas ocasiones este mecanismo no se engrana bien y podemos pronunciar palabras del sueño en voz alta. También podemos hablar dormidos durante lo que se conoce como “sueños transitorios”; es decir, las ensoñaciones propias de ese momento en que no estamos completamente dormidos pero tampoco estamos del todo despiertos. En ese momento, la desconexión muscular aún no se ha completado y por eso podemos repetir algunas frases del sueño.

¿Por qué hablamos dormidos?

Hablar dormido tiene diferentes causas. A menudo, cuando se profundiza en la historia familiar de la persona, se descubre que existe un componente genético. Además, también está vinculado con otros trastornos del sueño, como el sonambulismo, los terrores nocturnos o la apnea del sueño. También se ha comprobado que algunos factores pueden hacer que este fenómeno sea más frecuente, como los periodos de gran estrés, la ansiedad y la depresión, el consumo de alcohol y drogas, la falta de sueño y la fiebre. Además, se ha apreciado que cuando dormimos en un entorno que no nos resulta familiar, como en un hotel, tenemos una mayor tendencia a hablar dormidos.

¿Qué hacer?

Normalmente la somniloquia no es un problema grave y casi nunca demanda tratamiento, si bien las personas se preocupan ya que les da miedo decir algo embarazoso mientras duermen. Por eso, no es extraño que eviten dormir en presencia de los demás, lo cual puede llegar a ser una dificultad para la relación de pareja. No obstante, cuando este fenómeno aparece de manera abrupta después de los 25 años, puede ser un síntoma de otros problemas así que es mejor consultar a un psicólogo. Cuando hablar dormido es un síntoma de algo más, es necesario profundizar en sus causas y eliminarlas de raíz. Por ejemplo, si es una consecuencia del estrés, la ansiedad o la depresión, será necesario trabajar sobre estos estados para propiciar un sueño más reparador. Cuando se trata de un problema en sí mismo, suele ayudar crear hábitos reconfortantes antes de irse a la cama, como escuchar música relajante o darse un baño caliente. Obviamente, debes evitar el consumo de sustancias estimulantes durante la tarde/noche y debes cerciorarte de que tu habitación te ayudará a tener un sueño tranquilo, que tenga una temperatura adecuada y que sea oscura. También es recomendable que intentes acostarte siempre a la misma hora.

Fuente: Petit, D. et. Al. Dyssomnias and parasomnias in early childhood. Pediatrics

Parejas tóxicas, cómo conocer al chantajista emocional

Existen muchas personas que establecen relaciones tóxicas con los otros, son muy conocidas las personas que se imponen, amenazan o son agresivas. Pero también las hay más sutiles o menos evidentes, entre ellos, podemos mencionar al chantajista emocional, que camufla su necesidad de dominar y anular a otro a través de manejarle emocionalmente, para que la otra persona haga lo que desea. El chantajista emocional puede ser hombre o mujer, y se produce en relaciones de pareja heterosexuales u homosexuales.

Estamos ante una relación tóxica cuanto el otro nos domina, se coloca por encima, destruye nuestra autoestima, nos aísla de las personas que queremos, no nos deja crecer, etc. Por ello el chantaje emocional es un modo de mal trato que es importante distinguir.

El chantajista emocional quiere dominar al otro, pero su estrategia se basa en generar culpa en el otro, haciéndole sentir que se equivoca, que es egoísta, que no le cuida, que es mala persona y hasta la convence de que está loca/o, etc. Por ello, muchas veces, la persona que sufre al chantajista, le cuesta ver que es manipulado.

En este artículo queremos hacerte ver las maneras en que se expresa el chantaje emocional.

Las relaciones tóxicas: modos de chantaje emocional

1. El hacer sentir culpa de diferentes formas para que dejemos de hacer cosas que él/ella no quieren que hagamos o por el contrario obligarnos a hacer cosas que no queremos. Un buen chantajista emocional no dice: “No salgas con tus amigos” sino dirá ”Yo me encuentro mal, pero no te preocupes, tú sal con tus amigos, yo me quedo aquí solo/a” y podrá agregar “Si necesito algo o me pongo peor voy a urgencia, pero tú no te preocupes pásatelo bien”.  O para impedir que haga otra cosa puede organizar un plan alternativo diciendo “Me hace tanta ilusión hacer esto contigo, pero si no quieres bueno, déjalo.”

2. Pretende aislar a la persona, criticando a los amigos o a la familia, diciéndole reiteradamente que no le aprecian, marcando cada fallo de ellos. El mensaje es “Nadie te va a querer como te quiero yo” o “Nadie te comprende como yo”.

3. Amenazas veladas o directas: “Yo en las relaciones me entrego 100% espero lo mismo del otro” o cuando les quieren dejar, puede amenazar con que se van a matar, que su vida depende de nosotros, qué somos los únicos que podemos salvarle. Con ello, vuelven a manejar la culpa para que no les abandonemos. También manejan la amenaza no desde el enfado, sino desde la decepción o la pena, logrando hacer sentir al otro que lo que hace le produce daño y que decepciona.  
El chantajista emocional te dicen o dan a entender que se abandonarán, se harán daño, o se deprimirán si no haces lo que quieren. Con ello buscan, además de que sientas culpa, también que pienses que tú eres una mala persona.

4. La resistencia pasiva: El chantajista emocional puede decir muchas veces si a hacer algo y mostrar entusiasmo, pero boicoteará la situación para que no salga y encima te responsabilizará de ello y además se mostrará como que ellos quisieron hacerlo pero no pudieron culpa tuya!!!!. No acepta nada que no sea como quiere o como le gustaría que fuera y boicoteará todo aquello que se salga de su deseo. Por supuesto dirán “Claro cariño que te apoyo si lo quieres hacer” pero luego pondrán zancadillas y trabas para que no lo consigas, mientras tratan de mostrarse como siempre apoyadores. Por ejemplo, imaginemos a una persona que quiere estudiar para mejorar, el chantajista le dirá encantado, por supuesto yo te apoyo, pero le pondrá impedimentos a la hora de estudiar, empezará con las preocupaciones económicas (el estudio cuesta), los horarios, etc. Todo ello, con la intención velada de que esa persona abandone la idea y que la abandone sintiendo no que su pareja no la apoya, sino porque no puede etc.

5. Se coloca como la víctima. Todo es culpa del otro, porque no hace o por que lo que hace lo hace mal, busca hacer sentir a su pareja culpable y mala persona “Si te vas con tus amigas, yo estaré solo/a  y aburrido/a”.  “Me dejas a mí que soy el único que te quiere, tus amigas son egoístas” o “Si no vienes a verme, voy a estar solo/a todo el día” “Nunca piensas en mí, eres un egoísta”. Tratan de hacer sentir al otro que no les comprende, que nunca acierta y que no está a la altura de su amor. Buscan siempre hacerte culpable de sus desgracias y males y a su lado sentirás a menudo que eres malo, egoísta e insensible.

6. Usar el silencio para que el otro adivine. El chantajista emocional no comunica lo que quiere sino que espera que el otro lo sepa, “Si me quieres deberías saberlo” si la otra persona responde “Bueno pero puedes decírmelo” un buen chantajista responderá “Con el tiempo que llevamos deberías saber lo que siento y quiero” y apuntillará “Yo si sé lo que tu sientes, te acuerdas cuando….lo que yo hice por ti?” pasando factura de lo que ha dado y creyendo que el otro puede leerle la mente.

7. Hacer algo por la relación esperando el triple a cambio. Suelen hacer gestos que parecen desinteresados y de mucho amor: organizar una cena romántica, una sorpresa, regalar un hermoso ramo de flores, etc. Pero después a través del chantaje emocional, esperan 3 veces más del otro y siempre sacarán a relucir lo que hacen por su pareja. También  hacen grandes promesas que está supeditadas a tu comportamiento y rara vez las cumplen.

8. Cuestionar al otro en como es y lo que hace de manera más sutil, a través de la broma o del supuesto cariño: “Mi amor deja que lo haga yo, que tú no sabes hacerlo bien” o con una mirada paternalista o de madre dirá “Ay mi vida, siempre pensando así”. También se suele decir “Mi amor que es tan torpe, pobre, eso me enternece”.

9. Colocan al otro y su supuesto amor como sanador. Cuando la otra parte se va cansando, para retenerla le indican que sólo ellos le pueden curar, y que el amor que sienten lo puede todo. Típica frase de chantaje emocional: “Tú amor me sana y me hace querer ser mejor” “Si me dejas no sé que haré, sólo tú me haces sentir mejor”.

10: Sistemáticamente van a ignorar o no le hacen caso a los sentimientos y aspiraciones de la pareja. No empatizan con el otro, sino sólo miran al mundo y a los otros desde su propio ombligo. Sólo lo de él es importante, si tú sufres, ellos más, si a ti te va mal a ellos peor. O por el contrario, se hacen los preocupados por su pareja y ésta habitualmente decide no decirle nada porque pobre “Se pone tan mal, es que me quiere tanto, que no quiero decirle nada para que no sufra”. Como ya dijimos, si tú te sientes mal ellos seguro que se sienten peor, si a ti te pasó algo malo en tu historia a ellos le pasó algo mucho peor, como dijimos tienen que ser las víctimas y los pobres. Ellos siempre sufren más y sobre todo si es por tí.

11. Dicen una cosa y más tarde aseguran que no la dijeron. Es común que que los chantajistas emocionales digan algo y luego digan lo contrario o nieguen que lo dijeron. Cuando pasa el tiempo la pareja comienza a dudar de sí mismo y de su propia cordura porque además un buen chantajista dirá “Yo no dije eso, tú estás LOCA/O”. Un chantajista emocional es un experto en dar vuelta las cosas, racionalizar, justificar, y describir cosas dándole otro sentido –que es el que siempre le conviene. Muchas veces hasta consigue, a través del chantaje emocional, que la propia familia de la pareja se alíe con él, y piensen que tú eres el que está mal.

12. Al no empatizar tampoco tiene sentido de la responsabilidad. Ellos no se responsabilizan por su conducta, siempre se trata de lo que todo el mundo les hace a ellos.

13. Busca conocer las debilidades del otro para utilizarlas en su contra. Al principio el chantajista emocional, busca la intimidad para mostrar al otro lo bueno, amable, preocupado que es, para contar lo dura que es su vida y luego para que el otro se abra y cuente lo que piensa, siente, sus miedos, dudas, etc., que luego utilizará en su beneficio, echándoselo en cara, para humillar, etc.

14. Muchas veces consiguen que la persona les mantenga, como no pueden responsabilizarse, tampoco lo hacen consigo mismos, sino que busca justamente que el otro se haga cargo de él, que trabaje para él, que le cuide y como suele ser insaciable, siempre querrá más y más.

El chantajista emocional es un manipulador que consigue dominar al otro a través de la culpa, haciendo sentir al otro que es mala persona, que no sabe amar bien, etc., y de ese modo lentamente la pareja comienza a estar atrapado en las redes de estas personas siempre insatisfechas e insaciables. Los manipuladores emocionales son agresores pasivos, es decir encontrarán formas sutiles de dejar que usted sepa que ellos no son felices a su lado. Suelen tener una personalidad Narcisista, con escasa o nula empatía y sólo buscan satisfacer sus propias necesidades.

Esta forma de actuar a traves del chantaje emocional diario, que se teje como telaraña camuflada de seudoamor, destruye la autoestima y la seguridad del otro. Por ello, hagas lo que hagas nunca están contentos y satisfechos.

Lo único sano que puedes hacer es salirte de esa relación tóxica y dañina. Y si consideras que no puedes dejarle o si lo has hecho y sientes que te ha dañado psicológicamente comienza una terapia que te permita recuperarte y volver a ser tu mismo.

Fuente: psicologiamadrid.es