Viajar en moto en pareja

Viajar en moto en pareja puede ser una experiencia tan única cómo inolvidable, por eso es importante probarla. Porque los viajes en moto juntos se viven de otra manera, ya que son más intensos, más vivos, se siente la lluvia, el sol, aumenta conexión, etc. Es más fácil interactuar con el entorno y también con la pareja, por eso todos los fanáticos de las dos ruedas deberían probarlo si aún no lo han hecho.

Para todo hay una primera vez en la vida. Y si nunca antes lo has probado, te contamos las 8 ventajas de viajar en moto con tu pareja.

Ventajas de viajar en moto en pareja

¿De verdad es buena idea? Sí. Es magnífica y por las siguientes 8 razones:

Mayor conexión

Una de las ventajas de hacer motociclismo en pareja es incrementar la conexión entre ambos, porque compartir esta pasión es automáticamente una mayor conexión. Sobre todo sí también se comparte un viaje, cargado de experiencias, de aventuras y de lugares por conocer y por descubrir. Por lo que ya solo por este motivo merece mucho la pena.

Más tiempo juntos

Muchas parejas salen reforzadas al pasar tiempo juntos, sobre todo cuando se sale de la monotonía. Por lo que viajar en moto en pareja es una manera de pasar tiempo juntos a la vez que se hace algo diferente. Es como compartir un tiempo de calidad, disfrutando ambos de lo que les gusta.

Sensación de trabajo en equipo

Esa sensación de ‘trabajo en equipo’ está muy bien debido a que siempre favorece una relación. Por lo que en el momento en el que se planifica un viaje se priorizan los gustos de ambos, se negocia, en algunos puntos se cede, etc. Es decir, se trabaja en equipo para organizar un plan que contente a ambos. Y eso une mucho a la pareja.

Compartir nuevas vivencias

Viajar juntos en moto permite a la pareja compartir nuevas vivencias que nunca antes había podido experimentar o al menos no de la misma forma. Se descubren al mismo tiempo nuevos lugares, se comentan sus impresiones, se intercambian ideas, etc. Las vivencias unen mucho, por lo que compartirlas es también muy agradable para las parejas.

Conocerse mejor

Las parejas que llevan toda la vida juntas igual ya se conocen de maravilla, pero para las parejas que todavía están empezando o que llevan pocos años juntas puede ser una magnífica oportunidad de conocerse mejor. Y todo lo que sea sumar, ¡bienvenido sea!

Compartir amigos

Viajar juntos en moto y en pareja permite compartir amistades, con otros grupos de amigos que disfruten de esta misma afición. Porque por el camino seguramente encontraréis a otras parejas como vosotros, para crear un vínculo de amistad y hacer planes diferentes. Este tipo de cosas siempre aportan a las relaciones.

Salud física y emocional

Viajar en moto aporta importantes beneficios para el organismo, como por ejemplo salud física y emocional. El contacto con el viento, el asfalto, otros motoristas como tú, el ir descubriendo nuevos lugares a tu paso, sentir a tu lado a la persona que te importa, etc. Todo ello hace que estés feliz y disfrutando al máximo, de mejor humor.

Más económico

Otra de las ventajas de viajar juntos en moto tiene que ver con el aspecto económico. Sale más barato viajar en moto que en coche. Y al ir los dos juntos en la misma moto gastaréis menos que llevando dos motos por separado. Por lo que también es otro punto a tener en cuenta para viajar más por menos.

Ahora que conoces las principales ventajas de viajar en moto con tu pareja, solo queda que lo pruebes. Seguro que te cambia la vida.

¿Qué tener en cuenta antes de hacerlo?

Si se lo vas a proponer a tu pareja, asegúrate de que le pueda gustar la idea, ya que si le dan miedo las motos o no le apasionan seguramente no sea el mejor plan para compartir juntos. Por lo demás, no te preocupes que seguro que sale todo perfecto.

 

Fuente: vitomotorsport.com

Evitar los piojos

Una doctora revisa el cabello de una niña con piojos.
 

Una de las mayores pesadillas de niños y padres: los temidos y molestos piojos. Acabar con ellos o, mejor aún, evitar que aparezcan parece a veces misión imposible, pero con algunas medidas preventivas se lo pondremos más difícil a este resistente parásito.

¿Qué es la pediculosis?

Hablamos de pediculosis cuando se produce una infestación por piojos, unos parásitos exclusivamente humanos de unos dos milímetros de longitud que se contagian de unas personas a otros, especialmente entre los niños de entre 3 y 11 años. Además de contagiarse con facilidad, los piojos se reproducen muy deprisa y, aunque no viven más de un mes, en pocos días pueden poner suficientes huevos —liendres— como para que la infestación aumente en pocas semanas, pues estos eclosionan en una semana y en 14 días está, listos para reproducirse.

Durante su ciclo vital, los piojos se alimentan de sangre humana a través de pequeñas picaduras, que son las que producen picor e irritación.

¿Se pueden prevenir?

Aunque ninguno es infalible, hay varias medidas higiénicas que podemos llevar a cabo en casa para prevenir las infestaciones de piojos. Desde ANEFP (Asociación para el Autocuidado de la Salud), nos recomiendas algunas como:

  • Evitar que los niños compartan peines, bufandas, gorros, complementos para el pelo, abrigos, toallas, etc.
  • Revisa frecuentemente —una vez a la semana— el pelo de los niños en busca de piojos o liendres. Mejor si lo hacemos con una lendrera, un peine de púas muy finas que facilitan la retirada de piojos y liendres.
  • En caso de que los niños o las niñas lleven el pelo largo, recogerlo con una coleta, trenza o moño. De esta forma, además de dificultar el contagio, enfriamos la zona de la nuca y de detrás de las orejas, donde los piojos suelen poner los huevos.
  • Lavar los objetos que están en contacto con el pelo a menudo y con agua caliente, ya sean cepillos, toallas, coleteros, gorros… así como la ropa de cama. A más de 40 grados, los piojos mueren.
  • Puesto que en calor excesivo mata a piojos y liendres, una buena medida preventiva es secarnos el pelo a conciencia con el secador para ponérselo más difícil.
  • Aunque el contagio de piojos no tiene que ver con la higiene, se recomienda lavar y cepillar el cabello con frecuencia.

Además, podemos utilizar repelentes, tanto naturales, como preparados farmacéuticos a modo de prevención. Entre los naturales, encontramos muchos, desde el conocido remedio ancestral de echar vinagre en el agua con la que nos aclaramos pelo, hasta el famoso aceite esencial de árbol de té u otros como el de neem, genario, lavanda o eucalipto. Se recomienda echar entre 5 y 15 gotas entre el champú o en el agua con el que peinamos a los niños. Aunque mucha gente asegura que funcionan, lo cierto es que no hay muchos estudios que avalen su eficacia.

Los que sí están avalados científicamente son repelentes a base de biocidas, como los que contienen IR3535, un eficaz repelente de insectos. Lo que no se debe hacer nunca es utilizar los productos pediculicidas a modo de prevención. Estos solo deben usarse en caso de tener certeza de que hay una infestación por pediculosis.

Qué hacer ante un contagio

Lo primero, no perder los nervios e intentar ser racional, pues, aunque no es nada agradable tener piojos, debemos pensar que más allá de un molesto picor, una pediculosis no supone ningún riesgo para la salud. Una vez localizado algún piojo o liendre, debemos actuar con rapidez y llevar a cabo el siguiente proceso:

  • Aplicar un tratamiento pediculicida en la farmacia siguiendo a rajatabla las indicaciones del fabricante. Por lo general todos son eficaces y seguros y podemos dividirlos en dos grandes grupos: los que contienen permetrina y los que contienen dimeticona.
  • Avisar inmediatamente a sus compañeros de clase, patio, etc. para que a infestación no es extienda.
  • Revisar las cabezas de toda la familia con una lendrera para asegurarse de que no hay más contagios y atajarlos si fuera necesario.
  • Lavar con agua caliente la ropa que ha estado en contacto con la cabeza del infectado, así como sábanas, fundas, toallas, objetos para el pelo, etc. Los objetos que no puedan lavarse, pueden meterse en el congelador durante 48 horas o guardarlos en una bolsa bien cerrada durante tres días. Los piojos no pueden vivir sin alimentarse más de 48 horas.
  • Habrá que revisar la cabeza del afectado casi a diario los primeros días para asegurarnos que la infestación ha pasado.
  • En caso de que no se eliminen, se puede repetir el tratamiento una semana después. Otra opción es acudir a un centro específico, como Kids And Nits, cadena que se dedica a eliminar la pediculosis en una sesión sin procesos químicos. Es muy eficaz, pero no muy económico.

Mitos sobre los piojos

En torno a los piojos hay muchos mitos que ha pasado de generación en generación. Estos son algunos:

  • Los piojos saltan o vuelan de cabeza en cabeza. Los piojos son ágiles y rápidos, pero no vuelan ni saltan. Solo se contagian por contacto, ya sea de cabeza a cabeza —el más frecuente— o a través de objetos o prendas compartidas.
  • Los piojos van a las cabezas sucias. A estos insectos no les importa si llevas el pelo sucio o limpio, es más, los expertos aseguran que prefieren un cuero cabelludo sin grasa para poder moverse y picar mejor.
  • Los animales pueden contagiarnos. Los piojos son unos parásitos exclusivamente humanos, así nuestras mascotas no pueden contagiarnos, y nosotros a ellas tampoco.
  • Las farmacias ‘crean’ plagas de piojos para vender más productos. Los piojos solo se contagian por contacto y, hasta la fecha, nadie los ha criado en cautividad, así que se trata de una auténtica leyenda urbana.
  • Tener piojos siempre pica. No tiene por que ser así, dado que el picor lo produce la saliva el insecto al picarnos, si una persona no es sensible a esta saliva puede no tener síntomas.
  • Si hay piojos, hay que cortar el pelo. Es cierto que es más aparatoso a la hora de eliminarlos si tenemos el pelo largo, pero, puesto que viven en el cuero cabelludo, a no ser que nos rapemos al cero, no servirá de nada. Ante las largas melenas, lendrera y muuuucha paciencia.

 

Fuente: 20minutos.es

Lugares para disfrutar del otoño

Cuando empieza a refrescar y llega el otoño, la naturaleza nos sorprende tiñendo el paisaje de colores.

Del verde frondoso de la primavera y del verano se pasa a una paleta que va del verde al rojo pasando por mil matices de amarillo, ocre y marrones.

Hoy queremos hablarte de los mejores lugares de España que visitar en otoño.

 

1. Bosque de Muniellos, Asturias

El bosque de Muniellos forma parte de la reserva natural integral del mismo nombre y es el mayor robledal de España, además de uno de los mejor conservados del país. Es el hogar de muchas leyendas de la mitología astur y dando un paseo es fácil de entender el porqué. Los verdes son más verdes, los ocres, amarillos y rojizos tienen colores que no habrías imaginado nunca… Eso sí, recuerda que está protegido, así que hay que pedir permiso para visitarlo y cruzar los dedos para ser uno de los 20 afortunados que lo puede visitar al día. El bosque es cambiante durante todo el año, pero otoño es la época favorita de muchos aficionados a la fotografía. Robles de más de 6 metros de diámetro y de diferentes especies, hayedos, abedules, tejos y acebos moldean uno de los mejores paisajes del otoño en España. Así que haz tu reserva cuanto antes, el plazo se abre el 15 de diciembre del año anterior a la visita.

2. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca, Aragón

Situado en el Pirineo oscense y hogar de algunos de los paisajes más increíblemente sobrecogedores de España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es paradisíaco cuando llega el otoño. Además de sus cascadas y saltos de agua, sus cañones y sus ríos de aguas turquesas sus bosques adquieren todas las tonalidades posibles del ocre. Así que ya sabes, abrígate un poco, lleva ropa impermeable y unas buenas botas… y déjate llevar por la magia del lugar, pues hay un montón de rutas de senderismo que puedes completar.
Por cierto, finales de octubre es la mejor época para disfrutar del colorido del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es en este momento cuando estallan todas las tonalidades típicas de esta época: amarillos, ocres y naranjas. ¡No te pierdas este espectacular rincón de España en otoño!

3. Selva de Irati, Navarra

Imagina un lugar en el que el suelo parezca un mar ondulante de sangre roja que se funde con el verde del musgo y los árboles. Es real y existe en Navarra. No hace falta ni que las novelas fantásticas para descubrirlo. Acércate a la Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado del mundo, y podrás disfrutar de la naturaleza casi en estado virgen. Por favor, no te olvides de la cámara de fotos y unas buenas botas de montaña. En la Selva de Irati encontrarás 16 senderos completamente balizados aptos para todas las edades. Ven a disfrutar del otoño en España en este increíble paraje.

4. Fageda d’en Jordà, La Garrotxa, Cataluña

El hayedo de Jordà es uno de los mejores lugares de España en los que perderse en otoño. Precioso durante todo el año, este bosque que crece sobre terreno volcánico muestra su cara más fotogénica en cuanto las hojas tiñen el suelo de tonos de ocre. La Fageda d’en Jordà parece un paisaje sacado de El Señor de los Anillos y hay varias rutas senderistas bien señalizadas que permiten conocerla de cerca. No te lo pierdas y conoce un bosque único en España, ya que es muy raro que se dé este tipo de vegetación entre 550 y 650 metros de altitud.

5. Faedo de Ciñera, León

Con un haya de 500 años y el título de “El Bosque Mejor cuidado de España”, el Faedo de Ciñera es un lugar especial y uno de los mejores lugares para disfrutar del otoño. Este hayedo situado en Ciñera de Gordón (en la Montaña Central Leonesa) es un pequeño oasis tupido en el que los relojes se han parado. Acércate para experimentar la paz y la calma entre árboles y junto al arroyo homónimo. Y, por supuesto, no te pierdas a Fagus, uno de los árboles más impresionantes que verás nunca.
Podrás disfrutar de los intensos colores otoñales de este hayedo centenario recorriendo algunas de las rutas que lo discurren. Ve preparado, quizás te encuentres con la bruja Haeda, la protectora del Faedo de Ciñeira.

6. Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara, Castilla-La Mancha

El hayedo de Tejera Negra, en la provincia de Guadalajara, es el hayedo más al sur de Europa. Y como todos los de su clase, cuando los árboles empiezan a desnudarse de hojas es cuando está más bonito. El ambiente es de cuento: los colores, el musgo, el silencio sólo roto por el agua que circula o el crepitar de las hojas al ser pisadas… El otoño es la mejor época para visitarlo, pues lo pinta de decenas de tonalidades de ocre y rojo y llena su suelo de setas. ¿Todavía tienes dudas?

7. Parque Natural de Gorbeia, País Vasco

El País Vasco es uno de los lugares más verdes de España… Por eso quizás uno de los más bonitos en cuanto llega el otoño y el verde se convierte en ocres y rojos. El Parque Natural del Gorbea es el más grande de la Comunidad y está lleno de hayas, pero también de robledales, alisos, sauces, fresnos y álamos. Si a partir de octubre no tienes planes, date una vuelta y déjate seducir. No solo tienes planes de montañismo y senderismo, sino una tremenda variedad de actividades gastronómicas, deportivas (¿sabías que se puede practicar yoga y taichi, entre otras cosas?) y culturales (aprender alfarería, apicultura…) que la región está impulsando. Echa un vistazo a la página de la región de Gorbeia y prepara una escapada a uno de los mejores rincones para disfrutar del otoño en España.

8. Valle de Arán, Lleida, Cataluña

Los días de otoño en el Valle de Arán no son ni verdes ni blancos. La frondosidad de la primavera y el verano han quedado atrás y todavía queda un poco para que lleguen las primeras nieves al Pirineo catalán… Precisamente en ese justo momento es cuando esta comarca vibra con un manto vegetal multicolor. Si, además, le añades que está sembrada de pueblos de montaña con encanto y ermitas románicas tienes la combinación perfecta para una escapada rural.

9. Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión, Soria, Castilla y León

En plena provincia de Soria, el Parque Natural de la Laguna Negra es uno de los parajes más bellos de toda la provincia. Visitarlo es recomendable los 12 meses del año, pero si te gustan los colores, la fotografía y el senderismo, aprovecha los meses de otoño para pasear entre pinos y hayas que se sacuden el follaje y tapizan el terreno. El lugar es objeto de leyendas e historias desde hace siglos y, si lo visitas, quizás puedas vivir una. Ya un libro de Pedro Medina del siglo XVI reza: «en ella (la La Laguna Negra) han aparecido cosas monstruosoas y horribles»…

10. Sierra del Segura, Albacete, Castilla-La Mancha

La Sierra del Segura, al suroeste de la provincia de Albacete, está surcada por valles estrechos y cañones profundos que se transforman en cuanto llega el otoño. En la frontera con Jaén y alejada de los llanos de La Mancha, es una de las zonas más interesantes de toda la provincia y la mejor para visitar en otoño. Date un paseo para llegar a los Chorros del Río Mundo, sube a los miradores de Liétor y absorbe el paisaje. ¡Inolvidable!

Además, ¿sabías que el celo de la cabra montesa se da en otoño en la Sierra del Segura? Podrás presenciar la naturaleza en estado pero si te decides a hacer una escapada por aquí. En otoño también se celebran las Jornadas Micológicas de Molinicos, pues es temporada de níscalos y setas en la sierra. ¿Te apuntas?

11. Sierra de Aralar, País Vasco y Navarra

Los 208 kilómetros cuadrados de la Sierra de Aralar cubren zonas de Navarra y del País Vasco. Este gran macizo cárstico combina con elegancia las simas y las piedras con el verdor de los prados y los hayedos cambiantes. Vayas por dónde vayas, encontrarás un rincón que te robará el corazón. Podrás descubrir el nacimiento de ríos, explorar la prehistoria en sus dólmenes y, en especial, hacer infinidad de fotos a las hayas, robles y avellanos que cubren parte del terreno. No dudes en visitar este rincón de España si estás buscando el paisaje otoñal perfecto.

12. Parque Natural del Montseny, Cataluña

A poco más de una hora de Barcelona, el Montseny es un gran pulmón verde al que no le da ninguna vergüenza cambiar de piel en cuanto llega otoño. Rápidamente las hojas de las encinas, alcornoques, robles y hayas pasan a los tonos de ocre y, lentamente, tapizan el suelo. Por la belleza de sus paisajes y por su variedad de rutas senderistas y rincones con encanto, no deberías perdértelo si estás en la zona.

13. Lagunas de Gallocanta, Zaragoza, Aragón

La Laguna de Gallocanta no es un gran bosque, el terreno no está lleno de hojas muertas que crepitan cuando las pisas… Pero, aun así, es un lugar que deberías visitar en otoño. En el corazón de una reserva natural es la mayor laguna salada de Europa y el hogar de más de 220 especies de aves que se toman un respiro en su migración. Si te gustan las grullas, no te pierdas el enorme espectáculo que tiene lugar a partir de octubre, pues se instalan aquí más de 40.000, haciendo un alto en el camino hacia el sur de España y África. Se han llegado a ver hasta más de 14.800 ejemplares juntos volando en un solo día. ¡Un impresionante espectáculo!

 

Fuente: skyscanner.es

Trucos de maquillaje

No toda la magia del maquillaje reside en contar con los mejores productos y herramientas. A veces hay que recurrir a trucos caseros para conseguir resultados profesionales

Aunque pocas veces se da la ocasión, resulta muy curioso ver en acción a un maquillador profesional. Porque, aparte de ir armado con toda su artillería cosmética, un envidiable cinturón de brochas y un maletín con productos de maquillaje que ni nos imaginamos que existen, emplean trucos de maquillaje nada sofisticados pero realmente efectivos.

Es entonces cuando entran en acción los bastoncillos de algodón, los polvos de talco, los pañuelos de papel e incluso la saliva como desmaquillante universal (os lo juro por Max Factor). Aunque muchos quedarán a salvo de ser descubiertos, aquí te reúno algunos de los más compartidos por las blogueras en internet. ¡Son todos muy ingeniosos!

1. Labios con volumen 3D: cuando te hayas pintado los labios con un color intenso como rojo, fucsia o marrón puedes darles un efecto visual de volumen aplicando un poco de sombra de ojos irisada de un tono más claro en la parte central de ambos labios. Puedes conseguir el mismo efecto con un labial más claro que el que uses de base o una sombra de ojos mate. La clave está en que uses un tono claro para el efecto. El ejemplo más claro es el del labial rojo con la sombra rosa palo irisada:

 

2. No más manchas de rímel: sobre todo cuando no tenemos mucho tiempo para maquillarnos parece inevitable mancharnos de máscara de pestañas alrededor de los ojos, especialmente cuando la aplicamos en las pestañas inferiores. Para evitarlo, puedes utilizar el truco de la cuchara de plástico, sobre la que apoyarás tus pestañas para maquillarlas cómodamente dando además una forma curva al pelo. Haz lo mismo con las pestañas superiores y ahorra tiempo, consiguiendo un acabado más logrado.

Trucos de maquillaje: una cuchara de plástico para las pestañas

3. Convierte en neón tus sombras de ojos: puedes conseguir iluminar el tono aburrido de tus sombras de ojos aplicando una base de lápiz blanco sobre el párpado a modo de base. La fusión entre ambos tonos dará lugar a un nuevo tono más fluorescente y colorido que el original. Prueba también a utilizar esta técnica con tus esmaltes de uñas, aplicando una capa base en color blanco mate y después, una fina capa del color que desees aclarar. Es una técnica que ha comercializado Revlon en sus pintauñas dúo neón.

Trucos de maquillaje: pintauñas neón con esmalte blanco

4. Saca partido al rizador de pestañas: la mejor manera de conseguir unas pestañas curvas y femeninas es aplicar el rizador en dos puntos diferentes. Primero, en la base de las pestañas (¡cuidado con los pellizcos!), para después pasar a la mitad de las mismas. De esta forma conseguirás levantar más las pestañas. Además, puedes recurrir a otro truco muy útil y sencillo para conseguir unas pestañas profesionales: calienta con el secador la goma del rizador antes de usarlo para conseguir una mayor fijación.

Truco de maquillaje- saca partido al rizador de pestañas

5. Celo para aplicar la sombra de ojos y el «eyeliner»: este truco te servirá tanto para impedir que tus mejillas se manchen con el polvo de las sombras de ojos, como para definir a la perfección la «V» externa del ojo, así como la terminación del «eyeliner» superior e inferior. Cuando retires la tira de celo, comprobarás lo definido que ha quedado el maquillaje de ojos.

Truco de maquillaje: celo para la sombra de ojos y el eyeliner

6. «BB cream» casera: fabrica tu propia «BB cream» mezclando tu hidratante favorita (con o sin tratamiento) con tu base de maquillaje. En función de lo bronceada que estés, tú eliges si quieres que el tono resultante quede más o menos claro. En invierno, por ejemplo, puedes usar una mezcla más sutil, al no estar tan bronceada.

Truco de maquillaje: BB cream casera

7. «Liner» de larga duración: si quieres que el delineado de tus pestañas inferiores no se deshaga con el paso de las horas, prueba a aplicar polvos traslúcidos con un pincel para sellar el acabado.

Truco de maquillaje: polvos para sellar el liner

8. Levanta tu mirada: primero utiliza un lápiz rosa claro mate o color carne para aplicar una línea bajo el arco de la ceja, que se engrose en la mitad final. Después, aplica otro trazo con el mismo lápiz por encima de la mitad exterior de la ceja. Después, difumina bien con la yema de los dedos hasta que se funda con el maquillaje. El efecto óptico hará que tus ojos se levanten.

Trucos de maquillaje: levantar la ceja

 

9. Alarga la vida de tu máscara de pestañas: cuando notes que tu rímel se ha secado antes de tiempo (algo muy frecuente durante el verano), vierte en su interior unas gotas de lágrima artificial para los ojos. Además de ser inocuas al contacto con los ojos, alargarán la vida de tu máscara cuando más lo necesites.

rímel seco

10. Cepillos de rímel para las cejas: no tires las máscaras de pestañas que, una vez aplicado el truco anterior, se han secado definitivamente. Lava los cepillos hasta eliminar por completo los restos de rímel y úsalos para acicalar tus cejas. Para ello, puedes impregnarlos en sombra de ojos marrón (recuerda: siempre un par de tonos más claro que el de tus cejas) y en fijador o vaselina para que queden perfectas.

Fuente: sevilla.abc.es

Bosques en otoño de CyL

Cinco bosques para disfrutar del otoño en Castilla y León

Castaños monumentales en otoño. Ruta de los castaños. Localidad de Hermisende. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Castaños monumentales en otoño. Ruta de los castaños. Localidad de Hermisende. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
En otoño los bosques explotan: metafóricamente hablando, claro. Aquí te sugiero cinco bosques de Castilla y León en los que el otoño luce con toda su intensidad.

 

En otoño los bosques explotan. Especialmente aquellos en los que la hoja deja los árboles desnudos durante el invierno. El otoño es, para ellos, el momento de su esplendor. Durante unas pocas semanas, como si quemaran sus últimos cartuchos, viran del verde intenso al marrón caduco mientras parecen incendiarse a mitad de camino. Amarillos, ocres, naranjas y rojos componen una paleta tan deslumbrante que quien camina por el interior de estos bosques lo hace como si no imaginara que fuera posible tanta gama, con el asombro de quien no ha visto nunca incendiarse –metafóricamente- el bosque.

En otoño los bosques explotan. Especialmente aquellos en los que la hoja deja los árboles desnudos durante el invierno. El otoño es, para ellos, el momento de su esplendor. Durante unas pocas semanas, como si quemaran sus últimos cartuchos, viran del verde intenso al marrón caduco mientras parecen incendiarse a mitad de camino. Amarillos, ocres, naranjas y rojos componen una paleta tan deslumbrante que quien camina por el interior de estos bosques lo hace como si no imaginara que fuera posible tanta gama, con el asombro de quien no ha visto nunca incendiarse –metafóricamente- el bosque.

 

Pero lo malo de este festival pirotécnico es que resulta tan breve como el disparo de un cohete. No está ahí para siempre, apenas te das cuenta ya se ha ido. El bosque se ha desnudado para el invierno y ahora es ya el silencio quien reviste de solemnidad sus arboladas espesuras. Por eso hay que darse prisa: escoger y disfrutar. Aquí van cinco propuestas.

01- EL BOSQUE DE MADROÑAL. La Sierra de Francia es pródiga en castañares, uno de los bosques que, junto a los hayedos, mejor luce con las fanfarrias coloristas del otoño. Entre las localidades de Madroñal, Cepeda y La Herguijuela es posible realizar un paseo circular señalizado lleno de alicientes y, con un poco de suerte y habilidad, también de frutos del bosque. Se encuentra perfectamente señalizado como PRSA-20, aunque en algunos tramos esta señalización de sendero local coincide con la del PRSA-13 y, en un corto tramo en torno al puente medieval, con la del GR-10. El paseo circular tiene un desarrollo aproximado de 6,5 km, pero resulta un poco más amplio si se accede hasta los cascos urbanos de Cepeda y Herguijuela.

Ruta en Madroñal-Cepeda-Herguijuela de la Sierra. Sierra de Francia. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto GallegoRuta en Madroñal-Cepeda-Herguijuela de la Sierra. Sierra de Francia. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

 

El arranque de este paseo, con principio y fin en Madroñal, hay que buscarlo a las puertas de la cooperativa del mismo nombre. Desde ahí, entre huertos y en no más de quince minutos se alcanza el fondo de un valle en el que destaca la abundancia de madroños. Más adelante aguarda el denso castañar que media entre este punto y el puente medieval que salva el arroyo de San Pedro, ya a las puertas de Cepeda. Quien se llegue hasta ese pueblo tendrá que desandar el camino y volver a este mismo punto para tomar el ramal de la derecha, un antiguo camino con restos de su viejo empedrado que discurre, en su viaje hacia Herguijuela, casi por completo sumergido en un tupido túnel arbolado. Unos metros antes de alcanzar la carretera que sube hasta Herguijuela se abre por la derecha el camino de retorno a Madroñal.

02- EL FAEDO DE CIÑERA. A un palmo de los trajines mineros de Ciñera de Gordón se localiza una delicatesen de exquisita degustación: el Faedo de Ciñera, un hayedo con duende, premios, página web y club de fans. En el año 2007 recibió el premio de Bosque Mejor Cuidado de España, que otorga la organización Bosques sin Fronteras en colaboración con la Fundación Biodiversidad; su página web es www.elfaedo.es; y la asociación que vela por él, con más de 300 socios, se llama Adelfa. El duende también existe, pero ha de buscarlo cada cual. Lo más probable es que se localice junto a Fagus, un haya con nombre propio y una edad que, siglo arriba o siglo abajo, ronda los 500 años. Un ser vivo tan valioso como el desmán de los pirineos, que frecuenta las pozas del arroyo de Ciñera, y tan especial que ha sido incluido entre los 100 árboles del libro “Árboles, leyendas vivas”. Queda claro que este no es un bosque cualquiera.Interior del hayedo de Ciñera de Gordón. Montaña Leonesa. Reserva de la Biosfera declarada por la Unesco en 2005. León. Castilla y León. España © Javier Prieto GallegoInterior del hayedo de Ciñera de Gordón. Montaña Leonesa. Reserva de la Biosfera declarada por la Unesco en 2005. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

 

Una sencilla y didáctica ruta parte de la localidad de Ciñera de Gordón, recorre las interioridades del bosque, pasa junto a Fagus, atraviesa las hoces del Villar y alcanza la localidad de Villar del Puerto haciendo el recorrido que durante décadas, en el curso del siglo XX, hacían los mineros que vivían en Villar del Puerto y bajaban a trabajar en las minas que rodean Ciñera de Gordón. El paseo hasta el bosque, de unos dos kilómetros sin apenas desnivel, pasa antes por la “bocamina 50”, el inicio de una antigua galería reconvertida en homenaje a los mineros. Tras pasar las angosturas de unos pliegues rocosos, unas praderas hacen las veces de antesala del bosque. Desde ellas un rústico puente de tirantes da acceso a su interior: al mágico corro sobre el que reina el haya Fagus, al salón natural revestido en estos días de otoño con los mejores tapices del mundo. Junto al árbol, un panel recoge el cuento de la bruja Fagus y los carbones de Ciñera. Si se desea, puede continuarse el paseo hacia Villar del Puerto a través de un espectacular estrechamiento del arroyo Ciñera que es posible salvar gracias a una pasarela.

03- VALPORQUERO. Un poquito antes de llegar al aparcamiento de acceso a las Cuevas de Valporquero se localiza un agradable camino que se interna hacia los hayedos circundantes. El paseo no está señalizado ni el hayedo se diferencia de cualquier otro, pero se convierte en una opción perfecta para completar una bella jornada de bosque y cuevas mientras se descubre o revisita el siempre espectacular entorno del río Torío y valles aledaños. Si se empieza por el bosque, lo mejor es dejar el coche en el aparcamiento de las cuevas para luego desandar, por la misma carretera, unos doscientos metros cuesta arriba. Cincuenta antes de llegar a la curva más marcada una cancela de las de antes, varales de madera encajados en sus agujeros, da paso al camino de tierra que enseguida se pierde entre la fronda. El paseo, sin señalizar, es más que otra cosa una invitación a deambular sin rumbo por las espesuras hasta que el tiempo se agote o se sacie el apetito de umbrías y colores. El bosque se desparrama sobre las laderas calizas de la hoya al fondo de la cual, como el desagüe de un lavabo, se abre la oscura y húmeda boca de una cueva por la que parece brotar un canto de sirena tan potente que hechiza al visitante. Y le ciega hasta tal punto que son muy pocos los que siquiera se detienen un respiro a gozar con las asombrosas vistas que brinda el mirador, éste sí señalizado, unos metros por encima del barrio de Valporquero de Torío que queda junto a la carretera.Grabado de un corazón en una roca del Hayedo de Valporquero. otoño. Vega del Torío. León. España. © Javier Prieto GallegoGrabado de un corazón en una roca del Hayedo de Valporquero. otoño. Vega del Torío. León. España. © Javier Prieto Gallego

 

04- LA CASCADA DE LAS PISAS. Este rincón apabullante del noroeste burgalés tiene en el otoño su mejor momento. El acercamiento hasta este rincón privilegiado, hundido en el corazón del valle de Valdebezana, hay que hacerlo a través de Soncillo. Desde el corazón del pueblo arranca el ramal de carretera que conduce hasta San Cibrián y los dos barrios de Villabáscones de Bezana, tres pequeños núcleos rurales cuya arquitectura, por lo tradicional y pura, contrasta fuertemente con los aires de Soncillo. Unos 500 metros después de dejar atrás San Cibrián, unos carteles de madera, ofrecen las primeras indicaciones para llegar hasta la cascada. Sin embargo, sabe mejor llegarse hasta este salto de agua prosiguiendo por la carretera y tomando su ramal izquierdo en una inmediata bifurcación, para partir a pie hacia él desde el barrio de abajo de Villabáscones. Desde aquí el camino es algo más largo, pero permite disfrutar durante más tiempo del esplendoroso hayedo por el que transita en su totalidad este paseo tan inolvidable como fácil de hacer. Se encuentra señalizado. Parte del trazado coincide con el del sendero de gran recorrido GR.85 y, por tanto, puede seguirse observando las balizas de pintura roja y blanca.Hayedo de Las Pisas. Burgos. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Hayedo de Las Pisas. Burgos. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

 

05- EL CASTAÑAR DE HERMISENDE. La Ruta de los castaños y prados de Hermisende es un paseo circular que discurre entre alguno de los sotos con castaños más añejos y monumentales de toda Sanabria (Zamora). No en vano este municipio es el mayor productor de castañas de Sanabria. Y muchos de sus castaños tan gigantescos que parecen de cuento. La caminata arranca del aparcamiento situado junto a la iglesia de Santa María de Hermisende, un templo barroco de evocadores perfiles gallegos cuya fecha de construcción, 1774, aparece grabada en un sillar de su interior. Es el comienzo de un recorrido circular de 8 km con inicio y final en Hermisende que puede hacerse en unas tres horas. Está señalizado con flechas amarillas aunque pueden presentarse dudas en varios desvíos sin señalizar. Lo mejor es contar con un mapa o descargarse el track GPS que está en la web www.sanabriacarballeda.com.Castaños monumentales en otoño. Ruta de los castaños. Localidad de Hermisende. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Castaños monumentales en otoño. Ruta de los castaños. Localidad de Hermisende. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Localiza los cinco bosques de otoño en el mapa

Fuente: siempredepaso.es

Verduras de temporada en otoño

Las verduras de temporada en otoño: conoce sus propiedades e inclúyelas en tu dieta con estas recetas

Nos toca dedicar unas líneas a las verduras de temporada en otoño, por lo cual, revelamos sus propiedades y recetas para incluirlas en la dieta habitual.

Calabaza

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Junto a la batata es una de mis hortalizas preferidas durante el otoño, pues su intenso sabor dulce y su gran versatilidad la vuelven ideal para incluir en variedad de platos.

Aporta en promedio 25 Kcal por cada 100 gramos y es fuente de carotenos, vitamina A, potasio, fibra y otras propiedades que benefician la salud del organismo.

Podemos incluirla en sopas y cremas, guisados y también, en tartas, hamburguesas veganas o platos dulces como un sabroso pastel o tortitas para el desayuno.

Cómo cocinar la calabaza para que mantenga todos sus nutrientes y siga siendo rica y saludable

Acelgas y espinacas

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En todas sus variantes, las acelgas y espinacas son las hojas verdes del otoño, colmadas de fibra y agua que reducen el aporte calórico de las mismas a 20 Kcal por cada 100 gramos.

Ambas son ricas en calcio vegetal, carotenos, vitamina A, potasio, vitamina C, y también son buenas fuentes de vitaminas del complejo B entre las que destaca el ácido fólico, así como aportan hierro vegetal al organismo, por lo que resultan buenas hortalizas al momento de prevenir anemias nutricionales.

Con ellas podemos elaborar desde tartas, tortillas y empanadas hasta platos más originales como tortitas, hamburguesas vegetarianas, pasteles, pinchos o albóndigas.

Batata

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La batata es una de las hortalizas más maltratadas bajo la errónea creencia de que posee gran cantidad de azúcar, sin embargo, su contenido en fructosa no alcanza el 3% y es poseedora de carotenos con actividad antioxidante, vitamina C, potasio, magnesio, fibra y muchas otras buenas propiedades más.

Aporta alrededor de 85 Kcal por cada 100 gramos y con ella podemos elaborar tanto platos salados como dulces muy sanos. Por ejemplo, crema de batata, batata rellena, risotto, brownie de batata o boniato y muchas otras recetas más.

Berenjena

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Aunque es una de las hortalizas menos aceptadas su sabor y consistencia ha conquistado paladares en mi casa, pues además va muy bien en variedad de preparaciones a las que suma su gran contenido acuoso y de potasio con muy pocas calorías: 25 por cada 100 gramos.

Con ella podemos elaborar tortilla para una cena saciante y ligera, ensaladas, entrantes, salsas o platos principales si la elaboramos rellena por ejemplo.

Coles

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Es un gran grupo de alimentos entre los que se encuentra el repollo, las coles de Bruselas, la col lombarda, coliflor, brócoli y alimentos menos conocidos como la col kale o el bimi.

Aportan desde 20 hasta 30 Kcal por cada 100 gramos y son hortalizas con mayor proporción de proteínas que hidratos así como ricas en fibra, compuestos sulfurados con efecto antioxidante, vitmina C, potasio y calcio vegetal.

Podemos usar coles en variedad de preparaciones, desde ensaladas y salteados, hasta sopas, guisados, hamburguesas vegetarianas y muchos más.

Pimientos

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Aportan entre 15 y 20 Kcal por cada 100 gramos y no sólo son fuente de un intenso color y sabor sino que constituyen uno de los alimentos con más vitamina C, además de ofrecer potasio, carotenos, vitamina A, fibra y vitaminas del complejo B.

Podemos incluirlos en un salteado, ensaladas, frittatas o bien, consumirlos rellenos como plato único o principal de nuestra comida.

Zanahoria

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La zanahoria es una de las hortalizas con más vitamina A y carotenos con función antioxidante, pero además, es fuente de potasio, calcio vegetal y vitaminas del complejo B varias.

Aporta alrededor de 42 Kcal por cada 100 gramos y con ella podemos elaborar tanto platos salados como dulces muy nutritivos. Por ejemplo: ensaladas, sopas o cremas, hamburguesas o medallones, y sanos postres como unos bombones de zanahoria, avena y almendras o un cake con zanahoria en su interior.

Tenemos a nuestra disposición variedad de hortalizas de otoño que encuentran su mejor época de consumo por estos meses y que por lo tanto, las conseguiremos a una buena relación calidad/ precio que no debemos desaprovechar, por eso, aquí tienes variedad de recetas para incluirlas en tu dieta habitual.

 

Fuente: vitonica.com

Recetas con nombres raros

¿Por qué Sanidad permite que se sirva olla podrida? ¿Qué clase de sorpresita esconde el bollo preñao? ¿Hicieron los soldaditos de pavía la mili? ¿Sabría resolver la sopa boba una sopa de letras? ¿Qué puedo esperar exactamente de un plato que se llama “follado”? Vaya nombres raros…

Los recetarios populares están llenos de elementos desconcertantes que muchas veces esconden auténticas delicias. Nos hemos puesto manos a la obra y, cebollero en mano, diseccionamos las etimologías para elaborar una selección de lo más florido de los fogones. Se han quedado muchas cosas en la salsera, así que pronto habrá otra entrega con postres de nombres turbadores.

Atascaburras

Este plato manchego a base de patatas y bacalao empieza a aparecer en las mesas de la región en cuanto caen las primeras nieves. Se supone que la paternidad doble, tanto de receta como de nombre, proviene de dos pastores que, aislados en la nieve, no tenían a mano más que patatas, aceite y espinas de pescado. Con esto concibieron un plato tan, tan saciante que “hartaba hasta las burras”. O eso contaron a sus vecinos.

Bienmesabe

No hay que ser Poirot para descifrar el significado del nombre “bienmesabe”. El problema aparece cuando descubrimos que los madrileños llaman bienmesabe al cazón en adobo gaditano, los canarios defienden su bienmesabe hecho de almendras, huevo y limón y desde Antequera nos saluda el bienmesabe con base de bizcocho. Está claro que, según de donde provengamos, nos sabrá mejor una cosa u otra.

Bienmesabe

Bienmesabe

Chochos

Detengámonos a analizar la curiosa forma de denominar a los altramuces que tienen en algunas partes de España. Detengámonos pero no demasiado, porque a lo mejor empezamos a preguntarnos a qué se llamó primero “chocho”, si a esta leguminosa o a la entrepierna femenina, y que relación de semejanza hay entre una cosa y otra… y, lo dicho, pasemos a la siguiente.

Chochos

Chochos

Ropa vieja

Por alguna razón, la receta que aprovecha los restos del cocido o del puchero se ha hecho acreedora de un nombre no demasiado apetitoso. Y eso que la carne en hebras, los garbanzos y la patata salteadas, acompañados por huevo en algunos sitios, componen un plato muy resultón. Se dice que lo llamaron así por ser una preparación hecha exclusivamente con sobras y por la textura deshilachada de la carne. Bueno, aceptamos barco.

Ropa vieja

Ropa vieja

Olla podrida

Si “ropa vieja” sonaba mal, éste lo supera con creces. La olla podrida es un plato muy antiguo y extendido.  En cada zona se prepara de una manera y se lo considera precursor de los pucheros y cocidos actuales. Por lo general lleva legumbres, verduras, varios tipos de carne, tocino y chorizo. ¿Y esos ingredientes se echan podridos? Pues ahora no, pero antaño, como apuntan algunas teorías, lo normal era que las carnes no estuvieran en su mejor momento y esto daba al guiso un olor llamémoslo peculiar. También se dice que el “podrida” es una metáfora tras el aspecto deshecho que adquiere el contenido de la olla tras la larguísima cocción característica, casi como una fruta que, de tan madura, empieza a descomponerse. Pero la teoría más aceptada es que se trate de una deformación del original latino “olla poderida”, que quería decir “de clase pudiente”. Dado el alto precio que tenían antiguamente la carne y los embutidos, resulta verosímil.

Olla podrida

Olla podrida

Ajoatao

El ajoatao lleva ajo pero el ajo del nombre no es por el ajo ingrediente. Esto se repite tres veces y ya es un trabalenguas. Rebobinemos: hacer “ajo” algo en la Sierra de Segura, cuna del ajoatao, es machacarlo hasta convertirlo en una pasta. Y atao tampoco hace referencia a algo sujeto con una cuerda sino a la insistencia de la mano de almirez, que no deja escapar el “ajo” hasta que lo tritura. Añádele patata, huevo, limón y aceite y tendrás un ajoatao que ni allium sativum ni cordel. Hemos sido víctimas de la cancamusa.

Ajoatao

Ajoatao

Morteruelo

Poco misterio aquí: hígado de cerdo, carne de ave, aceite, ajo, especias y pan amalgamados en un mortero. La duda surge cuando nos planteamos lo siguiente: ¿qué tiene el morteruelo para merecer el honor de tomar el nombre de su utensilio de elaboración cuando había tantísimas recetas que requerían de mortero? Quizás fuera la primera de todas ellas, o la más práctica, o su autor el más espabilado.

Morteruelo

Morteruelo

Patatas a la importancia

Toda la retranca de doña Emilia Pardo Bazán se concentra en el nombre de esta receta y su elaboración. Como plato de posguerra que es, está compuesto por los ingredientes más humildes, que muchas veces eran los únicos que una familia podía permitirse: patatas, cebolla, ajo, aceite, harina. Y, sin embargo, la preparación reviste estas patatas de toda la dignidad perdida mediante procesos absurdamente largos y complicados para un guiso. Y se hace con gusto. Son patatas a la importancia. En según qué situaciones, y la guerra y la posguerra estaban llenas de ellas, darse importancia era lo único que separaba a la gente de arrojarse a la desesperación.

Duelos y quebrantos

Chorizo, tocino, sesos, huevo. No vemos mucho duelo ni tampoco mucho quebranto ahí. De hecho, es lo contrario de un plato deprimente. Si investigamos sus orígenes quijotescos tampoco sacamos nada en claro. Algunas teorías sostienen que la receta se preparaba cuando moría algún animal del ganado y había que comérselo lo más rápido posible para aprovecharlo pero la familia seguía sintiendo pena por él. Otras dicen que procede de quebrar el ayuno religioso y luego arrepentirse de ello y hacer penitencia. Sea como sea, los únicos duelos y quebrantos que puede atraer actualmente este plato manchego y literario son los de los resultados de los análisis de sangre.

Duelos y quebrantos

Duelos y quebrantos

Sopa boba

Quien no haya estado nunca a la sopa boba que levante la cuchara. Antaño, la sopa boba era la comida de caridad que ofrecían en los conventos para los pobres y los necesitados. Muchos estudiantes acudían haciéndose pasar por indigentes para gorrear comida gratis, por eso se ha convertido en sinónimo de holgazanería y cierto parasitismo. Pero el nombre no tiene nada que ver con eso sino con la pobreza de los ingredientes de la sopa (casi aguachirri con un poco de verdura, según las fuentes) y con los comensales, muchos de ellos con problemas mentales, que comían con la boca abierta y, por tanto, cara de “bobo”. Estas monjas comulgaban con un poquito de mala hostia.

Sopa boba

Sopa boba

Aceitunas violadas

Aquí encontramos una buena dosis de humor negro frisando el mal gusto. Las aceitunas vaciadas y rellenas con un pepinillo en vinagre que asoma claramente por el agujero son una delicia, un matrimonio extraordinariamente bien avenido entre dos encurtidos adultos en posesión de sus facultades que pueden expresar libremente su consentimiento.

Aceitunas violadas

Aceitunas violadas

Soldaditos de pavía

Nunca se puso tan marcial un bacalao. Cortado en tiras, rebozado en una mezcla azafranada y frito sí que puede recordar a una hilera de soldados, tan rectos y crujientes. Existe consenso respecto a que el nombre se les adjudica por el tono azafrán de uniformes militares; ahora bien, no se ponen de acuerdo en si los vestían los tercios españoles de la Batalla de Pavía, los miembros del posterior Regimiento de Pavía o los húsares al mando del general Pavía. Quizás fueran los tres.

Engañamaridos

El engañamaridos o los “huevos tontos” (otro gran nombre) no apelan al adulterio sino a una situación doméstica ya afortunadamente bastante rancia: los viernes, existiendo el precepto religioso de la abstinencia de carne, la esposa “engañaba” al marido con esta receta haciéndole creer que le servía croquetas de carne cuando en realidad eran de huevo. Para que se pusiera contento después de un duro día de trabajo. Qué tiempos aquellos. Menos mal que pasaron.

Japuta

Bueno, esto empieza a ser ya un desparrame. A la japuta le falta una sílaba para convertirse en el insulto grosero más popular en la calle. Y eso que este pescadito plateado, también conocido con el nombre de palometa, se limita a surcar aguas profundas y comer pequeños cefalópodos. A saber a qué pescador malhablado le dio un mordisco en el dedo…

Japuta

Japuta

Follado

Nada, que no hay manera de salir de este círculo. Y eso que el “follado” en este caso proviene de la palabra gallega “folla”, que quiere decir “hoja”; y se aplica a la masa tipo crepe con tocino que constituye este plato. Así que estamos ante un lost in translation muy básico que habrá sonrojado y provocado risitas nerviosas más que cualquier otra preparación culinaria allá por el norte de España

Bollo preñao

Y, claro, tanto fue el cántaro a la fuente que… hasta se nos preñan los panes. El bollo preñao (o pan preñao, o bollo preñau), típico en el norte de la Península y en Castilla y León, consiste en un panecillo relleno de chorizo o panceta con fuerte sabor a pimentón. Y, claro, como la carne está escondida dentro de la masa del pan, pues la analogía con un embarazo resultaba… no, no resultaba inevitable, admitámoslo.

Bollo Preñao

Bollo Preñao

Caldo de parida

Concluyamos esta historia de depravación con su desenlace natural. Nueve meses después, llega un bebé al mundo y a la madre, debido a su desgaste físico, hay que reconstituirla con una sopita de pollo, verduras, jamón e higaditos. A esta receta le pondremos un nombre sutil, delicado, que refleje el milagro del nacimiento y la belleza de la maternidad: caldo de parida. Que se sepa lo que hay.

Caldo de parida

Caldo de parida

Desgranando esta breve selección (porque hay más, muchísimo más, ¡e incluso peor!) se pone en evidencia la idiosincrasia de este país: ocurrente, malhablada, cínica, con mucho sentido del humor… y, desde luego, de buen comer.

Fuente: apuntococina.com