Miedo infantil, que no hacer

Lo que no debes hacer cuando tu hijo sienta miedo

No debemos ignorar ni burlarnos de los miedos de los niños y sí ayudarles a superarlos

Es tan importante saber lo qué hacer cuando los niños sienten miedo como lo que no se debe hacer. Miedo de salir a la calle, miedo de dormir solo, miedo de la oscuridad, a los extraños… son muchas las situaciones que provocan miedos a los niños. Para que los niños superen sus miedos, la actitud de los padres es esencial. Corresponde a los padres respetar, comprender y buscar entender los miedos de sus hijos, y a la vez enseñarles a superarlos.

Cuando tu hijo sienta miedo no te burles ni lo ignores

Cómo hacer frente a los miedos de los niños

Los miedos infantiles son inevitables pero si el niño cuenta con el apoyo y la paciencia de sus padres, el miedo sólo será una palabra de 5 letras. Es necesario que el niño sienta confianza en alguien sí controlables si el niño cuenta con la confianza y la ayuda de sus padres y cuidadores.

Sigue esos 9 consejos y recomendaciones para que los niños superen los miedos con la ayuda y la orientación de los padres:

1 – No asuste a tu hijo con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., principalmente antes de acostarle. Tienes que decirle que estos personajes solamente existen en los cuentos y películas…

2 – No te rías de los temores que tu hijo expresa. Si ridiculizas o burlas de su miedo disminuirá su confianza. Frases como No seas tonto, niños como tu no deben tener miedo de eso, o No tienes vergüenza de tener estos miedos…, no contribuirán para disminuir el temor que él siente. Al revés, le desanimará a compartir sus temores contigo.

3 – No transmita más miedo a tu hijo del que ya tiene. Él necesita tener su seguridad y confianza. No ignore sus miedos. No le mienta, por ejemplo, diciéndole que una inyección no le dolerá o algo parecido. Si mientes sobre una situación de miedo le producirá más temor. Ayúdale a prepararse para enfrentar la situación con la verdad y con honestidad. Si tu hijo tiene miedo de irse al colegio, oiga sus razones, llévalo de visita a la escuela, enséñale su clase y habla sobre lo mucho que irá aprender allí.

4 – No obligues a tu hijo a pasar situaciones que él teme. Los miedos no se superan enfrentándose a la situación de una vez por todas. En lugar de ayudar, algunas veces esto intensifica el miedo. Tu hijo tiene el derecho de acostumbrarse poco a poco a situación que él teme. No le obligues ver una película de la cual él tiene miedo, o que acaricie a un perro que no le gusta, o que se monte en una montaña rusa cuando vayan a un parque de atracciones.

5 – No transmita sus temores personales hacia tu hijo. Si tienes miedo a las arañas, tu hijo puede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos le da a tu niño el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares. El miedo también se aprende.

6 – No le llames de cobarde o infantil a tu hijo si se muestra temeroso ante cualquier situación. No le ridiculices. Eso no le ayudará en absoluto. Le hará sentirse inseguro, necesitado de cariño, solitario y sin comprensión.

7 – No le obligues a afrontar su miedo en solitario. Este es un tremendo error. Nunca obligues a tu hijo a entrar a oscuras en su habitación si no quiere hacerlo. Provocarás un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a perpetuarlo. Además, el sentimiento de no ser capaz de afrontar la situación no le dejará sentirse orgulloso de sí mismo.

8 – No le des demasiada importancia. Si cada vez que veas un perro te interpones entre tu hijo y el animal e insistes en que tu le defenderás, el niño acabará pensando que todos los perros son realmente peligrosos y no podrá superar su miedo.

9 – No ignores los miedos de tu hijo. Si así lo haces, el niño se sentirá perdido y solo. No encontrará la forma de enfrentarse al problema y percibirá por tu parte desinterés y falta de cariño y de atención.

5 cosas que debes hacer cuando tu hijo tiene miedo

Niña ojos verdes

Cuando el niño siente miedo a algo, a alguien o a alguna situación o circunstancia, los padres pueden seguir estos 5 consejos:

1. Entender y ponerse en el lugar del niño. Explicarle que el miedo es normal en ciertas situaciones. Hablar con el niño sobre el por qué él siente miedo y darle razones para entender que sus miedos no tienen fundamento.

2. Ofrecer apoyo y comprensión. Demuestra a tu hijo que puedes ayudarle a perder el miedo a algo en concreto.

3. Ayudar al niño a analizar racionalmente que él está fuera de peligro.

4. Enseñar al niño a calmarse utilizando técnica de respiración.

5. Afrontar los miedos de tu hijo junto a él. Si el niño tiene miedo a perros, por ejemplo, no cambie de acera cuando os encontréis con algún perro. Actúe con naturalidad que poco a poco tu hijo se dará cuenta de que su miedo no tiene sentido.

Más consejos sobre los miedos de los niños

 

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Fuente: guiainfantil.com

Como cocinar pasta

Mamma mia, ¿a quién no le apetece nunca cocinar un buen plato de pasta? Es uno de los ingredientes más versátiles que se conocen, asequible, con infinidad de recetas y delicioso. Y además suele gustar a niños y a mayores.

Pero cuidado, es un plato tan habitual en muchas casas que no siempre se cocina de la forma debida. Y es que son muchos los errores que podemos estar cometiendo sin darnos cuenta. Hasta los más prestigiosos chefs italianos comparten estas 10 recomendaciones para cocinar pasta.

10 Recomendaciones para cocinar pasta

1. Empieza por elegir la salsa

Aunque nos pueda parecer que estamos empezando por el final, un buen plato de pasta comienza siempre por la salsa. Como veremos más adelante existen unas combinaciones adecuadas de salsas y pastas. Por eso antes de poner la olla en el fuego es importante elegir la receta que queremos cocinar y escoger la forma de pasta adecuada.

2. Recipiente alto y grande

Para cocinar la pasta necesitamos una olla grande y con los bordes altos. Incluso si solo queremos hacer una ración, no tenemos que quedarnos con el cazo más pequeño de la cocina. La pasta necesita abundante agua y espacio suficiente para poder moverse libremente y evitar de esta forma que se pegue entre ella.

3. Sólo dos ingredientes

En la olla para cocinar la pasta solo son necesarios dos ingredientes: agua y sal. Parece sencillo pero es suficiente.

Como hemos visto, la cantidad de agua tiene que ser abundante. Como regla general podemos calcular 1 litro de agua por cada 100 gramos de pasta -que sería el equivalente a la ración aproximada  para una persona.

Además le añadimos una cucharadita de sal por unos 500 gramos de pasta. Si vamos a preparar una receta con ingredientes muy salados como pueden ser sardinas, salsa amatriciana o con queso pecorino seremos un poco más prudentes con la sal a la hora de hervir la pasta.

formas de cocinar pasta

4. Ni aceites ni mantequilla

Puede parecer que nos repetimos, pero no pasa nada por insistir en este punto ya que es uno de los errores más comunes. No hace falta añadir ni aceite ni mantequilla al agua de cocción de la pasta.

Es una creencia popular que de esta forma evitamos que se nos pegue. Al contrario sólo conseguiremos que la pasta se quede resbaladiza y que luego no amalgame bien con la salsa. Si usamos una olla suficientemente grande y con agua abundante la pasta no se pegará.

5. Tiempo de cocción

Un buen plato de pasta tiene que quedar al dente: tierno por fuera y un poquito más duro en el centro

Una vez hemos añadido la pasta en la olla dejamos el fuego fuerte hasta que vuelva a hervir. Entonces removemos una vez y bajamos a fuego medio. Es bueno que la pasta se mueva dentro de la olla pero no hace falta que salga a borbotones.

Normalmente en los paquetes de pasta nos vendrá indicado el tiempo recomendado. Generalmente entre 8 y 12 minutos dependiendo del tipo de pasta y su grosor. Es importante respetarlo porque sino nos quedará demasiado cocida. Incluso podemos decir que el punto al dente siempre es el tiempo inferior, es decir unos 8 minutos.

6. Colar y reservar

Una vez la pasta esté cocida lo mejor es sacarla de la olla con un cucharón con púas o una espumadera . Y verterla directamente en el recipiente donde habremos cocinado o calentado la salsa.

También podemos escurrirla en un colador reservando un poquito del agua de cocción. Nos servirá para añadirlo a la salsa un poco más adelante. Al contener parte del almidón que tenía la pasta le dará un acabado brillante al plato y nos servirá para espesar un poquito la salsa.

No es necesario aclarar la pasta con agua fría, tampoco si queremos hacer una ensalada de pasta. Al mantenerse caliente absorberá mejor los sabores de la salsa.

7. La salsa antes que la pasta

Aunque hemos empezado con las recomendaciones para cocinar la pasta, un buen plato de pasta debe empezar por la cocción de la salsa.  Para ello debemos elegir una cazuela o paella bien grande, donde nos quepa la salsa y quede suficiente espacio para añadir la pasta al final.

Así se puede servir todo junto y no en un cuenco con la pasta y la salsa por encima como si de un topping se tratara.

8. Acabar la cocción con la salsa

Una vez la pasta está cocida la vertemos en la cazuela de la salsa con el fuego medio o bajo. Así acabamos de dar un último toque de cocción con todos los ingredientes juntos y calentamos el plato. Quedarán todos los sabores perfectamente amalgamados y toda la pasta impregnada de salsa.

Si nos queda seco vamos añadiendo poco a poco el agua que hemos reservado de la cocción.

9. La combinación perfecta: cada pasta con su salsa

Aunque pueda parecer increíble no todas las salsas van bien para cualquier pasta. Y esto en Italia lo tienen muy claro. ¿Sabías que allí no se cocinan los espaguetis a la boloñesa?

Algunos tipos de pasta combinan mejor con salsas determinadas. Por regla general podemos decir que:

  • Con los tipos de pasta corta (macarrones, lazos, espirales o rigatone) es mejor elegirsalsas de textura gruesa y espesas como salsas de queso, verduras o boloñesa. Ya que alguna de ellas presentan concavidades y formas distintas la salsa se impregna muy bien.
  • Para los espaguetis o los linguines (pastas largas y finas) el mejor acompañamiento es una salsa ligera como una salsa de tomate, un pesto o aceite y ajo. En cambio las pastas largas y anchas aceptan bien salsas como la carbonara, con un poco más de textura.

10. El toque final, un buen queso

Cuando ya tengamos la pasta en su plato acabamos rallando un poco de queso por encima. Los  más usados  son los de pasta dura como el parmesano o el pecorino romano.

Si los rallamos justo al momento conservarán una textura y sabor perfectos. ¡Y ahora ya solo nos queda sentarnos en la mesa y degustar este rico manjar de la gastronomía italiana!

Fuente: mejorconsalud.com

Miedo infantil por edades

A qué tienen miedo los niños según su edad

Las cosas que asustan a los niños van cambiando a medida que ellos van creciendo. Miedos infantiles por edades

Los miedos infantiles son diferentes según la edad del niños. Algunos se mantienen a lo largo de los años y otros, sin embargo, aparecen y desaparecen según avanza la maduración del niño. Por ejemplo, no es lo mismo el miedo que siente un bebé, más relacionado con los nuevos descubrimientos y lo que aún desconoce,  que el que puede sentir un niño de 12 años, que tienen mucho más que ver con su entorno social y la responsabilidad.

Descubre las cosas que asustan a los niños y que van cambiando a medida que ellos crecen. Esta tabla gráfica te ayudará a seguir la evolución de los miedos de los niños por edades.

Lo que asusta a los niños según la edad que tengan

Miedos de los niños según la edad

Los miedos cambian con nosotros a lo largo de nuestras diferentes etapas evolutivas. En los niños, están muy presentes desde que nacen, pero son diferentes según va creciendo. Te explicamos a qué tienen miedo los niños según su edad:

– De 0 a 6 meses
Durante esta etapa de apego, los bebés sienten una unión muy fuerte con sus padres. Se sienten protegidos y todo lo que les rodea les resulta extraño y supone una amenaza para ellos. Por eso, en los primeros 6 meses, los miedos más comunes son los miedos a los desconocidos, pero también a sonidos fuertes que puedan sobresaltarles. También pueden tener miedo a caerse, ya que aún son frágiles y necesitan sentirse seguros tanto emocionalmente como a nivel físico.

– De 7 a 12 meses
Los bebés comienzan a gatear, a ponerse de pie, a investigar el mundo que les rodea. Es una etapa de descubrimientos apasionantes para ellos, y sin embargo, se generan nuevos miedos. Por ejemplo, siguen necesitando la protección de sus padres. Necesitan sentirse seguros a su lado, y empiezan a temer que desaparezcan. Es la etapa en la que más ‘extrañan’. No entienden que sus padres desaparezcan y vuelvan a a parecer horas después. Piensan con horror que les abandonan. También siguen asustándoles los ruidos fuertes, y comienzan a sentir otros tipos de miedos a estímulos externos. Por ejemplo, al baño. En muchos niños de esta edad también comienzan a darse los primeros miedos a las alturas.

– De 1 a 4 años
El vínculo con los padres sigue siendo muy fuerte. Aún no han desarrollado del todo la autonomía necesaria, y por eso continúan sintiendo miedo al abandono. También se generan otros muchos miedos muy comunes en los niños, como el de la oscuridad, un miedo que puede acompañarles durante muchos años, e incluso perdurar hasta la adolescencia.

Existen en esta etapa miedos muy diversos, que dependen de cada niño: a los ruidos fuertes, a los payasos, a personajes de la tele o de ficción con colores fuertes que les asusta… A los animales grandes y fuertes y a las tormentas, por el ruido que generan los truenos. Además, por primera vez los niños comienzan a sentir miedo a los cambios.

– De 4 a 8 años
En esta etapa, el niño es más independiente y comienza a darle más importancia a sus relaciones sociales. De pronto escucha noticias y ve imágenes en la televisión que no entiende y le impactan y asustan. Se dan los primeros miedos a las guerras, los atentados, la muerte y el dolor. También tiene miedo a quedarse solo. Y sobre todo, el miedo más común en esta etapa es a los monstruos y a los seres sobrenaturales, como los zombis, los vampiros o los fantasmas.

– De 8 a 12 años
El niño por fin entiende que sus padres no van a abandonarle. Ese miedo desaparece. También abandona miedos anteriores como el miedo a los ruidos fuertes o a los monstruos, ya que al fin entiende que no existen. Sin embargo, comienzan a generarse otros miedos más profundos, relacionados con su entorno sociales y las responsabilidades que van asumiendo. De pronto sienten miedo a rechazados, a su apariencia física, al fracaso, a defraudar a sus padres, a suspender un examen…

 

Como ves, los miedos evolucionan junto a los niños. Muchos de ellos, si no se localizan y tratan a tiempo, pueden perdurar en la etapa adulta.