La silla de pensar

La silla de pensar: ¿sirve este método para corregir a los niños?

La silla de pensar no conduce al aprendizaje, ya que no señala cuál es la conducta que queremos que los niños realicen. Por el contrario, se percibe como un castigo.
La silla de pensar: ¿sirve este método para corregir a los niños?

Durante mucho tiempo, la silla de pensar fue uno de los recursos más empleados para la crianza. ¿Funciona o no funciona?

Voces a favor y voces en contra hay al respecto. Cada quien tiene su experiencia. Lo cierto es que no todos los niños necesitan lo mismo.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta. La efectividad de ciertas técnicas depende de su nivel de madurez, de la edad, de su personalidad, del momento de aplicación y de un sinfín de factores más.

¿Por qué se desaconseja la silla de pensar para los niños?

La silla de pensar es una técnica presente en la vida de padres, madres y educadores desde hace mucho tiempo. Sin embargo, a la par que se conoce y aprende más sobre las infancias y su desarrollo, también se amplía el repertorio de técnicas recomendadas.

Se emplea cuando se considera que un niño no se comportó de manera correcta. Por eso, se le pide que se vaya solo a la silla de pensar y reflexione sobre su conducta.

Tal como lo anticipa su nombre, el objetivo es convocar a la reflexión sobre un comportamiento. Sin embargo, no hay que perder de vista que los pensamientos en la infancia y en la adultez son completamente diferentes.

Pensemos en el desarrollo progresivo del cerebro. Solo con el tiempo alcanzamos el dominio de diferentes funciones, como las ejecutivas, que nos ayudan a planificar, organizar, tomar decisiones y controlar impulsos.

De modo que, antes de indicarles a los chicos que vayan a la silla de pensar, vale pena preguntarse sobre qué van a pensar. ¿Van a reparar en aquello sobre lo que nosotros queremos? Es muy posible que no. Muchos de ellos aún no tienen la posibilidad de hacerlo.

Incluso, el solo hecho de mandarlos a la silla de pensar no promueve ningún tipo de aprendizaje. No orienta en dirección a la conducta deseada.

Madre castiga a su hijo.
La silla de pensar es una forma de castigo. Es probable que no genere ningún aprendizaje en el niño.

No deja de ser un castigo

Hay que tener cuidado con el mensaje que estamos instalando. Un padre que le dice a su hija “te voy a mandar al rincón de pensar” lleva a una idea equivocada sobre lo que implica el acto de pensar. Es decir, ¡todo lo contrario de lo que esperamos!

También se considera que la silla de pensar o el tiempo fuera son castigos disfrazados. En lugar de promover la reflexión, conducen a las 4 consecuencias del castigo:

  1. Rebeldía.
  2. Revanchismo.
  3. Retraimiento.
  4. Rencor.

También se percibe como un castigo porque el mensaje que le llega al niño es que les retiramos nuestro afecto. En realidad, lo que debemos transmitir es que sus acciones tienen consecuencias y que una de ellas puede ser el enojo o malestar de los padres. Sin embargo, eso no quiere decir que ya no los queremos más.

Por el contrario, para no dañar su autoestima, también debemos ser capaces de comunicarles que los queremos tanto cuando hacen las cosas bien como cuando esto no sucede. Sí debemos alentarlos a que corrijan su conducta.

Algunas alternativas a la silla de pensar

En lugar de proponer el rincón o la silla de pensar, podemos apelar a la conversación de pensar, tal como la llama el psicólogo Álvaro Bilbao. Se trata de empatizar con los niños, de darles pistas y orientarlos a reflexionar sobre por qué determinado comportamiento o actitud no es la más adecuada.

Emplear el diálogo tiene el enorme potencial de que también nos permite conocerlos para entenderlos y así ponernos en sus zapatos. Quizás, nos acerquemos a entender por qué actuaron como lo hicieron. Se trata de apertura y de cercanía.

En su libro Disciplina sin lágrimas, Daniel Siegel y Tyna Payne Bryson proponen en reemplazo una especie de rincón de las emociones y la tranquilidad. Es decir, un lugar en donde los niños puedan retirarse un momento para tranquilizarse, encontrando objetos familiares.

Una vez que estén un poco más tranquilos, es importante la guía y el acompañamiento del adulto, que debe orientar la reflexión. Es bueno emplear preguntas para fomentar la empatía:

  • ¿Qué te parece lo que ha sucedido?
  • ¿Cómo crees que se siente tu hermano después del golpe que le diste?
  • ¿Cómo te sentirías si estuvieras en su lugar?

Es clave ayudarlos a pensar en diferentes alternativas a la hora de resolver un conflicto. Por ejemplo:

  • ¿Qué podrías haber hecho distinto para conseguir que tu hermano te devuelva el juguete?
  • ¿Qué te parece si la próxima vez intentas con…?

A su vez, debemos señalarles la conducta positiva que quisiéramos que tengan. Por ejemplo, si quieres que tu hijo deje de jugar con los alimentos mientras come, puedes decir: “¡qué bien, María ya está terminando su comida y podrá jugar pronto!”. A veces, estos comentarios provocan que también quieran ser reconocidos e imitan el comportamiento de su compañero.

Niño mandado al rincón.
Hay alternativas más saludables para que los niños reflexionen sobre su comportamiento. Estar aislados en un castigo no contribuirá.

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Aprender a mirar con ojos de niños

Hay que relativizar algunas travesuras o picardías de los niños. Muchas veces, los adultos nos sentimos tentados a poner límites todo el tiempo, incluso por presión social. Así, cualquier actividad, incluso aquellas en donde no hay peligro, terminan convirtiéndose en un “no”.

Es necesario que nos contagiemos un poco de su mirada, ponernos en sus zapatos y entender que ellos mismos se ponen a prueba. Quieren explorar el mundo que los rodea y se ven impulsados por la curiosidad y la motivación. También tienen que aprender, poco a poco, a ser capaces de autorregularse.

Aunque muchas personas vayan a sorprenderse con esto, tenemos que pensar en límites que se puedan romper y desafiar. También forman parte del aprendizaje, pero se caracterizan porque no representan peligro alguno. Por supuesto que hay que ser consistentes para no confundirlos.

Aprendamos a criar de manera positiva y colaborativa con los niños. También tienen algo para enseñarnos.

Alineemos nuestras expectativas con las posibilidades reales de respuesta que tienen los niños. Si los convertimos en depositarios de nuestros deseos y anhelos, quedamos en una imagen ideal que no es real.

A veces, la silla de pensar se convierte en la herramienta de la que echamos mano con facilidad. Sin embargo, quienes deberíamos pensar somos nosotros.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com

El periodo menstrual

10 señales de que te va a llegar el periodo menstrual

Las señales de que te va a llegar el periodo menstrual pueden ser muy diferentes a las de otras mujeres. Por lo mismo, es importante que aprendas a conocer tu cuerpo.
10 señales de que te va a llegar el periodo menstrual

Es importante que aprendas a identificar las señales de que te va a llegar el periodo menstrual para que tengas todo bajo control. Muchas veces resulta incómodo que no se tenga en cuenta esto y la regla aparezca como por sorpresa.

Se estima que alrededor del 90 % de las mujeres experimentan este tipo de síntomas. Algunas prefieren llevar las cuentas en su calendario personal o a través de una aplicación.

Pero conocer las señales de que te va a llegar el periodo menstrual te ayuda a tener más claridad sobre lo que es normal o anormal en este aspecto. También impide que te confundas y pienses que se trata de otro malestar.

Lo usual es que las señales aparezcan entre 5 días y 2 semanas antes. En conjunto, estos síntomas se conocen como síndrome premenstrual. Las manifestaciones más habituales son las siguientes.

1. Cólicos

Los cólicos menstruales (dismenorrea primaria) son una de las señales de que te va a llegar el periodo menstrual. Suelen comenzar algunos días antes de la regla y a veces varios días después de iniciada. Se sienten en la parte baja del abdomen, pero pueden irradiarse a la espalda o los muslos.

Este tipo de dolores tienen diferentes grados de intensidad. A veces son leves y en otras ocasiones impiden realizar las actividades cotidianas.

Hay algunas afecciones que pueden incrementar su intensidad, como los fibromas, la endometriosis, la estenosis cervical, la enfermedad pélvica inflamatoria y la adenomiosis.

2. Aumento del acné

Casi la mitad de las mujeres experimentan un aumento del acné antes de su periodo menstrual. Lo usual es que los granos aparezcan en la línea de la mandíbula y en la quijada, pero igual pueden surgir en cualquier parte del cuerpo.

Esto se debe a que cuando no hay fecundación, aumenta la producción de andrógenos y testosterona, mientras disminuyen la progesterona y los estrógenos. El resultado de esto es un incremento en la producción de sebo, lo cual favorece al acné.

Incremento del acné como signo de que llega el periodo.
El acné es muy dependiente de las concentraciones hormonales, por lo que los cambios propios del ciclo menstrual lo afectan.

3. Sensibilidad en los senos

Otra de las señales de que te va a llegar el periodo menstrual es un incremento de la sensibilidad en los senos. Esto obedece a que los estrógenos aumentan durante la primera mitad del ciclo menstrual. Así las cosas, se estimula la glándula mamaria.

De otro lado, la progesterona aumenta cuando está a punto de producirse la ovulación. El resultado de lo anterior es que los senos se agrandan y se hinchan.

4. Sensación de fatiga

Esta es otra de las señales de que te va a llegar el periodo menstrual y que obedece a los cambios hormonales. Como hay una caída súbita en los niveles de algunas hormonas, el efecto es una mayor sensación de fatiga. También es usual que algunas mujeres tengan más dificultades para dormir.

 

5. Distensión abdominal

La distensión abdominal tiene que ver con esa notoria hinchazón en el vientre que suele experimentarse antes de la menstruación. Es habitual que esto se deba a una mayor retención de agua. De hecho, puede aumentar el peso hasta en 2 kilos, pero luego todo vuelve a la normalidad.

6. Problemas intestinales

Muchas veces, las contracciones en el útero pueden provocar espasmos en el intestino, por acción de las prostaglandinas, unas sustancias similares a las hormonas. Esto puede llevar a que haya más evacuaciones intestinales o a que se presenten afecciones como gases, estreñimiento y náuseas.

7. Dolor lumbar

Las prostaglandinas también pueden provocar espasmos musculares en la zona lumbar. Esto lleva a que haya una sensación de tirón o dolor en la espalda baja. A veces solo se siente como una ligera molestia y otras veces el dolor puede ser bastante severo.

8. Cefalea

Los niveles fluctuantes de las hormonas pueden desembocar en un dolor de cabeza. Estos son más habituales 1 o 2 días antes de la menstruación y durante los 3 primeros días del sangrado. Se debe a que los cambios en los estrógenos hacen que se incremente la serotonina.

9. Dificultades para dormir

Durante la fase previa a la ovulación, el cuerpo aumenta su temperatura hasta en medio grado centígrado. Se mantiene alta hasta que aparece la menstruación e incluso un poco después de que esta inicia. Ese incremento influye de manera negativa en la conciliación y mantenimiento del sueño.

Insomnio por periodo menstrual.
El insomnio podría explicarse, en este caso, por los cambios hormonales que modifican la temperatura interna del cuerpo.

10. Cambios de humor

Esta es, quizás, la más típica de las señales de que te va a llegar el periodo menstrual. Y otra vez tiene que ver con los cambios hormonales.

Suele haber irritabilidad y ansiedad. Estos síntomas cambian de manera aparentemente arbitraria. Se deben a que los estrógenos alteran la producción de endorfinas y de serotonina, dos hormonas asociadas al estado de ánimo.

¿Cómo aliviar las molestias?

El tratamiento de todos los síntomas depende del tipo de afecciones que se presenten y la gravedad. En principio, lo indicado es observar las siguientes recomendaciones:

  • Limitar el consumo de sal.
  • Aplicarse una compresa tibia en el vientre para aliviar los cólicos.
  • Realizar ejercicio moderado. Esto ayuda a reducir los cólicos y mejora el estado de ánimo.
  • Comer menos y de manera más frecuente. Sirve para mantener estable el nivel de azúcar en la sangre.
  • Practicar meditación.

Si los síntomas son muy severos o intensos, en especial si te impiden realizar las actividades con normalidad, lo más indicado es consultar con el médico. Es posible que solo con el uso de píldoras anticonceptivas se logre aliviar los síntomas.

El ciclo de cada mujer es único. Por eso, lo más recomendable es que registres por escrito todas las fechas. Esto incluye a las señales de que te va a llegar el periodo menstrual.

 

Fuente: mejorconsalud.as.com