El romero posee grandes propiedades para nuestra belleza. ¡No te pierdas estos consejos!
El romero es una planta normalmente relacionada con la cocina, ya que aporta sabor y personalidad a los alimentos, pero desde tiempos inmemoriales, el romero lleva usándose en tratamientos de belleza y salud por su contenido en vitaminas A, B2 y C, hierro, magnesio zinc y calcio.
Es antiséptico, cicatrizante y suaviza la piel y el cabello. El agua de romero, aporta grandes beneficios al pelo y es en lo que nos centraremos en este tip.
– Aporta brillo y textura además de suavidad y volumen al cabello.
– Previene las canas.
1 taza de Romero, 1 taza y 1/2 de agua.
Hervir el Romero y enfriar. Colar. Aplicar y masajear durante 5 minutos. Aclarar con agua fría.
– Frena la caída del cabello, fortalece el pelo frágil ayudándolo a que crezca más fuerte y sano.
1 taza de Romero fresco. 1 taza y 1/2 de agua.
Hervir y enfriar el Romero y dejar reposar por 5 minutos, colar. Aplicar la loción de Romero después del champú habitual durante dos minutos en el cuero cabelludo. Dejar secar el pelo si puede ser al aire libre. Repetir durante dos semanas.
– Ayuda al crecimiento del pelo.
Preparar una infusión de Romero, como hemos indicado anteriormente y añadirlo al champú habitual.
– Mascarilla de romero para el pelo teñido fino o seco.
1 taza de infusión de Romero. 1 cucharada pequeña de Aceite de Romero. 1 cucharada de Aceite de Coco.
Calentar los aceites, sin que lleguen a hervir y añadir la infusión de Romero, mezclar bien. Aplicar la mascarilla, antes de lavar el pelo durante 30 minutos, para después lavar el pelo como de costumbre. Aplicar una o dos veces por semana.
– Para controlar el cabello graso.
Preparar una infusión de Romero.
Agregar 1 cucharada de Aceite de romero y aplicar la loción durante 20 minutos. Aclarar con agua fría.
Ayudar es algo innato en las personas. Lo hacemos porque sentimos empatía, porque nos importa lo que le sucede al otro y queremos verlo mejor. Ser generoso es una hermosa cualidad humana que nos hace sentir felices cuando la brindamos con equilibrio, pero el problema surge cuando damos demasiado a personas que, en un primer momento nos necesitaban, y luego terminan abusando de nuestra generosidad. ¿Cómo saber cuándo poner límites? Existen 8 señales que indican si es momento de aprender a decir “no”.
Queremos contarte cuáles son esas señales para ayudarte a reconocer si estás dando demasiado de ti mismo.
1. Tu ayuda provoca que la otra persona se vuelva irresponsable
Que seas generoso es muy bueno, pero la ayuda que das tiene que ir orientada a que la otra persona pueda salir adelante y ya no necesite de ti. Si tus actos no provocan cambios positivos en el otro, entonces tienes que plantearte si continuarás o no. Puede suceder que la otra persona termine viviendo “a costa tuya” y volviéndose irresponsable, pues para qué preocuparse si te tiene a ti para que la saques de problemas. Eso no es sano. Es mejor que des marcha atrás y ayudes a quien realmente aproveche tu generosidad.
2. Eres tan constante en ayudar que el otro se vuelve dependiente de ti
Cuando ayudas, lo haces pensando en que la otra persona progrese en su vida. Debería ser así, aunque, en ocasiones, tu ayuda se hace tan persistente que provoca dependencia. Puedes darte cuenta de esto cuando la otra persona no puede tomar la más mínima decisión por sí misma y pide tu opinión a cada paso que da. Por supuesto que esta situación es agotadora, así que quizás sea momento de comenzar a decir “no”.
3. Tu ayuda evita que la persona avance con su vida
Una ayuda sin medida evita que el otro desarrolle sus capacidades para progresar en la vida y resolver los problemas solo. Los padres sobreprotectores son un claro ejemplo de esta situación. Cuando no dejas que la otra persona fracase tampoco le permites descubrir sus puntos fuertes para salir adelante sin ayuda.
4. La persona pide tu ayuda y se enoja contigo si no se la das
No siempre estás disponible para ayudar. Si eso pasa y la otra persona se enoja contigo, es una clara señal de que debes poner límites. Tu generosidad debe salir del corazón, no porque te sientas presionado. Tu ayuda es útil cuando el otro logra tomar el control de su vida, pero, por mejores intenciones que tengas, no puedes remediarlo todo. Esto también tiene que entenderlo quien pide tu ayuda, sin enojarse.
5. Promete hacer su parte, pero terminas haciendo todo tú
Promete que la próxima vez no te pedirá ayuda, pero frente a la menor dificultad te llama y tú sales corriendo a socorrerlo. Este es un círculo vicioso que no te beneficia ni a ti ni a la otra persona. Deja que aprenda de sus errores, de lo contrario, seguirá fallando, y tú terminarás sintiendo rechazo cada vez que alguien solicite tu ayuda.
6. Estás comenzando a guardar resentimiento hacia el otro
El problema de dar demasiado es que tus amistades se deterioran. En lugar de esa sensación de bienestar que produce la generosidad comenzará a invadirte el resentimiento porque no hay un equilibrio entre lo que tú das y lo que recibes.
7. La situación comenzó a afectar tus relaciones personales, salud o finanzas
Para poder ayudar tienes que estar bien. Si das y das hasta que ya no cuentas con recursos económicos, emocionales o físicos para hacerlo, debes detenerte enseguida. Procura alejarte y ver la situación desde otro ángulo. Si te das cuenta de que brindar tu ayuda no está haciéndote feliz, sino todo lo contrario, e incluso afecta quienes te rodean, es hora de que pongas límites.
8. Te sientes manipulado
Te buscan con argumentos que te hacen sentir culpable si te niegas. Lejos de ayudar con satisfacción, lo haces por remordimiento o porque te sientes presionado. Eso quiere decir que están manipulando tu generosidad y solo quieren sacarte ventaja. Piénsalo con detenimiento. Si descubres que te incomoda prestar ayuda, evita hacerlo.
¿Alguna vez tuviste que ponerle límites a una persona que pedía demasiado de ti? ¿Cómo recuperaste el equilibrio entre dar y recibir? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
¿Cuáles son los alimentos buenos para los dientes?
Una de las cosas que más influyen en nuestra salud es la alimentación. Todo lo que comemos repercute de forma directa en nuestro bienestar, tanto para bien como para mal. Por lo que no es de extrañar, que si cuidamos la alimentación también cuidemos la salud de nuestra boca. Por eso, os traemos 5 alimentos buenos para los dientes con los que ayudaremos a nuestra salud dental.
Cuando comemos aportamos la energía y nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo funcione. Todo pasa por la boca y nuestros dientes son los primeros que reciben estos alimentos, que, si no son lo adecuados, pueden causarnos problemas como erosiones dentales o caries, entre otros.
Para prevenir problemas bucales es muy importante que mantengamos una alimentación equilibrada y que controlemos el consumo de dulces,golosinas, bebidas gaseosas y bebidas ácidas. Mediante esto, no solo conseguiremos beneficios para la salud de nuestra boca, sino también para la de nuestro cuerpo.
Los alimentos buenos para los dientes
Se ha demostrado que ciertos alimentos pueden ser buenos para la salud de nuestros dientes. Entre ellos están los productos lácteos, las frutas, las verduras con fibra y otros alimentos con alto contenido en vitaminas.
Lácteos
Los lácteos son imprescindibles para la formación de los dientes y su ausencia puede provocar un retraso bastante alto en la salida de los dientes en los niños. Además su consumo previene que aparezcan caries dentales.
Pescado
También es muy importante para el desarrollo de los dientes, el calcio, la vitamina D y el flúor, para que estos salgan fuertes y sanos. Las sardinas, por ejemplo, tienen alto contenido en calcio y vitamina D.
Verduras y frutas
Las verduras y frutas proporcionan una buena cantidad de vitaminas que ayudan a proteger los dientes. Estas son las vitaminas C y K, que son importantes para mantener unas encías saludables y la vitamina A, que es básica en la formación de los dientes, en su calcificación y en un desarrollo normal del esmalte.
Cereales, legumbres, huevos y carnes
Todos estos alimentos te proporcionan vitamina B12. Una vitamina muy importante, ya que su ausencia en la dieta puede provocar inflamación en la lengua y la aparición de labios agrietados y heridas en la boca.
La buena higiene dental junto con una buena alimentación es muy importante
Si a la correcta alimentación le unimos una buena higiene dental tenemos la combinación perfecta para mantener una salud bucal excelente. La higiene debe incluir tanto el cepillado después de cada comida como la utilización de hilo dental y el enjuague bucal.
Por supuesto, no debemos olvidar la visita al dentista de manera periódica, cada 6 meses.
Tu mala alimentación de hoy, serán tus problemas de salud de mañana.
