Confesiones de Dj´s

Varios Dj´s y pinchadiscos nos cuentan lo que más les molesta en discotecas, bares o bodas

"Es tremendo cuando te reclaman una canción pero te piden que esperes, que la pongas cuando vuelvan de fumar", dice uno de los DJ
 

En discotecas y en muchos bares de España hay una persona que no sirve copas, aunque esté acostumbrada a que se las pidan. Es el disc jockey, mucho más conocido como DJ. Los encargados de la música también están habituados a que les llenen la cabina de abrigos, a que les acosen pidiendo canciones y a que infravaloren su trabajo.

En el grupo hay pinchadiscos de varias comunidades autónomas, de diferente sexo y especializados en distintos estilos musicales. Y no solo hay DJ de bares y discotecas, también hay algunos que sobre todo trabajan en bodas y otros eventos privados. Estas son sus confesiones, lo que más les molesta de sus clientes.

Cuando insistimos demasiado para que pongan una canción

Lo peor es cuando les dices que no tienes la canción que te piden y contestan «¿te la descargas?», «¿te dejo mi móvil y lo enchufas?» o «búscala en YouTube».

O el pesado o pesada de turno que no para de pedirte canciones y, cuando no le pones una en el acto, se queda pegado a la cabina dándote la brasa hasta que accedes.

Y los que después de pedirte una canción te van mandando uno a uno a todos sus amigos pidiéndote el mismo tema para que parezca que es una canción supersolicitada por el público.

Cuando no se saben el título de una canción y te la tararean para pedírtela. Una vez tuve esta conversación.
-Oye, me puedes poner tirolere tirolere.
-¿Cómo?
-Si, la de tirolere tirolere.
Al final entendí que quería la canción: ‘Living on my own‘ de Freddie Mercury. Somos adivinos.

Cuando te llegan con un pendrive para que lo conectes y pongas su música, que normalmente son canciones bajadas de vídeos musicales de YouTube que se oyen fatal.

Cuando ponemos estas excusas para pedir canciones

De lo peor del mundo es que te digan «es el cumpleaños de mi amiga» para hacerte chantaje emocional y que pongas la canción que quieren.

También se dice mucho «ponme esta que me voy ya».

Y lo de «pon esta canción, que estoy consumiendo mucho y si no me voy».

O cuando acabas de poner una canción y te la piden porque estaban en el baño. Al ver la cara que se te queda te contestan “¿me la vuelves a poner?» 😅

Es tremendo cuando te reclaman una canción pero te piden que esperes, que la pongas cuando vuelvan de fumar.

Cuando les volvemos locos con las peticiones

Una situación terrible es cuando en la sala hay gente con diferencia de edad importante. Los más jóvenes y adolescentes solo quieren reguetón. Los demás piden movida madrileña, cantaditas… Con cada canción son diferentes los que se acercan a decir «no pongas esa mierda de música».

O el que no para de pedirte una canción y cuando se la pones vuelve de nuevo a pedirla. Tú le dices: «¡¡¡Pero si es esta!!!». Y te contesta: «¡¡¡Noooo, esta no es!!!».

Me encanta cuando te piden una canción solo con el título y es un nombre que pueden tener 300 canciones de 300 artistas diferentes. Y no saben el nombre del artista y se ponen en plan “¡pero si es superconocida!”.

También aparecen cosas curiosas entre las peticiones escritas en papel. Números de teléfono, besos de pintalabios, declaraciones de amor…

Y ya ni hablemos de la jerga con la que te piden los temas: «¿Me pones a Brearnes Espearrrs? (Britney Spears)».

Cuando les confundimos con otros empleados de la discoteca

Lo que más rabia me da es cuando me hacen quitarme los cascos para decirme: «Perdona, ¿un ron con cola?». Te lo pongo al ritmo de Gloria Estefan, di que sí.

Ni hablemos de la gente maleducada, con los vasos siempre encima del equipo… Con una mano pinchas y con la otra, estilo ninja, apartas las copas.

Te confunden con el ropero. Una chica me pidió que le guardara el bolso.

Y cuando te lo llenan todo de abrigos, que no ves la gente detrás de todas las chaquetas que te dejan.

Cuando infravaloramos su trabajo

Lo peor es que tengas la pista llena de gente bailando y te venga el «listo» o la «lista» de turno y te diga: «Pon algo más bailable que no esto no lo baila nadie».

Una vez me dijeron: «Para qué te pones tan puesto, haciendo como que pinchas, si eso lo traes ya grabado y estás haciendo el paripé».

Cuando te vienen con lo de que «ahora lo petarías si pusieras…».

Y cuando te dicen que solo aprietas botones…

Me siguen preguntando si sé para qué sirven todos los botones de la mesa de mezclas. Yo les digo que no, que es mi primer día.

Cuando les decimos estas frases

¿Tienes una más cantadita?

¿Dejas pinchar a mi amigo?

Eres malísimo, me estás fastidiando la noche.

¿Qué canción viene luego?

¡¡¡Esto sí que es buena música!!! (Enseñando una lista de su móvil)

Yo también soy DJ.

¿Me cargas el móvil?

¿Dónde vamos ahora? (Cuando cierra la discoteca)

Cuando las DJ tienen que soportar a los pesados de las discotecas

Por el hecho de ser mujer, siempre he tenido que soportar que, mientras me piden canciones, intenten ligar conmigo. O comentarios como «y tú tan jovencita cómo conoces esta música…».

Molesta mucho que te den conversación mientras te ven loca seleccionando los discos.

He escuchado muchas veces esta frase: «Anda, eres chica, ¿eres DJ?».

Cuando nos liamos con los estilos musicales

Molesta mucho cuando estás dos horas pinchando techno y te vienen pidiendo Maluma. A ver, si desde que has entrado escuchas el mismo estilo de música, ¿para qué me pides reguetón y comercial?

Cuando me dicen pon una de house, pregunto… ¿Para ti qué es house? Para algunos es Juan Magán, así que te pueden salir por cualquier lado 😂😂

Define salsa. Y te dicen que Chayanne.

Una vez me pidieron una bachata de David Guetta.

Cuando les pedimos canciones que están hartos de pinchar

‘Cumpleaños feliz’, totalmente prohibido salvo que el jefe insista muchísimo.

‘Ai seu te pego’… Mi pegu un tiru en la cabeza si me la vuelven a pedir.

Nunca he puesto y nunca pondré nada de Kiko Rivera.

Recuerdo que a principios de los 2000 estaba de moda ‘Torero’ de Chayanne. A un compañero se la pusieron tanto que puso la canción repetida tres veces. Más de 11 minutos de ‘Torero’ y nadie subió a quejarse 😇

Cuando las bodas son bodas sin control

Una vez, la madre del novio me dijo que si no ponía la música que me decía no me pagaba. Yo estaba poniendo la música que me habían pasado los novios…

No me gusta nada cuando estás en un buen momento, con todo el mundo animado, y justo te piden el micrófono para decir algo. Cortan el rollo.

He visto de todo, desde una familia liándose a porrazos con la otra, a las primas de la novia desnudando a un amigo del novio.

Las caídas y tortazos son un clásico de las bodas. Algunos se hacen tanto daño que ha venido alguna ambulancia.

Una invitada contó con tanto detalle lo que habían hecho en la despedida de soltera que el novio se levantó y se fue.

He visto varios pasteles nupciales en el suelo.

La Post-depresión

Cosas que hacen las personas que han superado una depresión

Las personas que han superado una depresión saben que a veces el cuerpo no puede con el alma. Son además muy conscientes de que las recaídas son comunes. Esa sombra fría sigue acechando de forma sigilosa. Ahora bien, haber salido de ese túnel les habilita también en nuevos recursos que no dudan en aplicar a diario. Un buen enfoque, la resiliencia y la actitud son sus mejores salvavidas.

Hay quien considera a la depresión como la gripe de los trastornos mentales. La incidencia en la población no deja de aumentar, es como una “cepa” cada vez más resistente que causa estragos y que a menudo se vive en silencio y en aislamiento. Los datos nos dicen que menos de un 40% de personas dan el paso para pedir ayuda profesional, siendo los hombres el grupo poblacional más resistente a la hora de demandar apoyo experto.

Sin embargo, más allá de los datos y de el hecho de que la OMS considere ya la depresión como una epidemia, existe un factor casi igual de importante. Hablamos de las recaídas. Los estudios nos dicen que la recaída, tras una remisión completa, es del 50%. Es decir, el riesgo es evidente. Así, es prioritario que tanto profesionales como los propios pacientes establezcan un plan de prevención.

Este plan en realidad no es más que dar forma a un estilo de vida mental físico y emocional más saludable. Es aplicar a nuestra cotidianidad una serie de estrategias, enfoques y herramientas con las que minimizar el efecto de los factores estresantes, reconocer disparadores y generar un adecuado enfoque psicológico.

 

¿Qué suelen hacer las personas que han superado una depresión?

Las personas que han superado una depresión no están hechas de un material especial. No son súper mujeres o súper hombres. Son amigos, familiares, compañeros de trabajo, adolescentes e incluso niños que se han dejado ayudar, que han aprendido del proceso y encaran la vida de otro modo.

Ese aprendizaje obtenido no debe caer en el vacío. Asimismo, algo que comprenden es que la depresión es una enfermedad crónica. Como tal, requiere de inteligencia, compromiso y habilidad en la gestión, tanto de emociones como de pensamientos. Implica aprender a convivir con esa sombra, pero no dejar que ella nos defina en ningún momento. Veamos a continuación qué estrategias aplican las personas que han superado una depresión.

1. Lidian contra la apatía con nuevos intereses

Tristeza, pérdida de interés y apatía. Estas dimensiones configuran la triada oscura de gran parte de las depresiones. Dejarnos atrapar por ella nos llevará de nuevo a la deriva. Quedaremos de nuevo atrapados en la red del abatimiento para darle las llaves una vez más a la depresión. De este modo, aquellas personas que ya han transitado una vez por esta senda y han conseguido salir ya cuentan con algunas estrategias y herramientas que probablemente serán útiles para ellas de nuevo. Así, cuando aparece la apatía, el cansancio que apaga la mente y el cuerpo, hay que reaccionar.

  • Buscan intereses nuevos: se apuntan a cursos, incorporan nuevas actividades a su rutina.
  • Hacen cambios en sus hábitos cotidianos para hallar nuevos incentivos.
  • Comparten su tiempo con personas positivas, con buenos amigos.

2. Saben reconocer los disparadores: no al pensamiento rumiante

El pensamiento rumiante (repetitivo y negativo) es el ovillo que asienta el pilar de una depresión. Son esos momentos en los que empezamos a obsesionarnos con los errores, anticipando hechos, atrayendo fatalidades y nubes oscuras a días luminosos. No es lo adecuado.

Las personas que han superado una depresión saben que en estos casos la terapia cognitiva es de gran ayuda. Hay que cambiar el enfoque, romper el ciclo de la negatividad y establecer salidas para los círculos negativos de pensamientos y conductas.

 

3. Se levantan con un propósito

Levantarnos sin una meta es dar un día por perdido. Abrir los ojos a esa nueva mañana sin una motivación es iniciar esa jornada con el corazón apagado. Con la mente sin ganas…

Si queremos evitar recaídas hay que hacerlo: establecer propósitos, objetivos concretos. En ocasiones, pueden ser cosas tan simples como tener la tarde para mí, comprar un libro, reservar un viaje, quedar con alguien…

4. Han aprendido a decir “no”

Poner filtros en nuestros entornos más cercanos es clave de salud. Quien deja que todo pase y que todo le llegue queda colapsado. Es más, una de las causas más comunes de la depresión es precisamente el creer que podemos con todo. Pensar que quedar bien con todos es sinónimo de bondad es sin duda otro error que merma por completo nuestro equilibrio interno.

Las personas que han superado una depresión entienden que en su día a día deben establecer límites. Decir “no” cuando así lo sienten y “sí” cuando lo desean, es un ejercicio de bienestar absoluto.

5. Ejercicio moderado cada día

El cuerpo que se mueve con la vida deja a un lado sus tristezas. Quien camina, baila, nada, salta o ejercita sus músculos se regala buenas dosis de endorfinas, mejora su circulación y oxigena el cerebro. Todo ello se traduce en un nivel más alto de serotonina, esa hormona que nos protege de las tristezas…

Primer paso

 

6. Sí a una buena alimentación

Una buena alimentación no es el antídoto contra los trastornos depresivos. Sin embargo, puede actuar como un buen protector por varios motivos: ponemos interés en algo, nos preocupamos por comprar buenos alimentos, cocinar nuevas recetas…

Asimismo, incorporar a nuestra vida esas dietas balanceadas donde obtengamos un buen nivel de triptófano, magnesio y así como antioxidantes y ricas vitaminas, nos ayudará también a producir más serotonina.

7. El Mindfulness para evitar remisiones en la depresión

Un modo probado de prevenir remisiones en la depresión es practicar la atención plena. Es más, existen numerosos estudios que avalan los beneficios del Mindfulness como estrategia psicológica para reducir el impacto del estrés y la ansiedad en nuestro día a día.

  • Esta técnica de meditación nos ayuda a ser más conscientes de nuestras emociones.
  • Rompemos el círculo del pensamiento rumiante.
  • Se reducen las molestias físicas asociadas al estrés.
  • Nos permite reflexionar sobre las experiencias inmediatas para tomar mejor decisiones y priorizar.
  • Con el mindfulness exploramos otras opciones, despertamos nuestra creatividad, nuestra intuición para descubrirnos como personas.

 

Para concluir, incidir en un punto: cada persona debe hallar su estrategia, su música interna. Es necesario que encontremos nuestro propio motor y esas herramientas que más nos funcionen para dejar a un lado la apatía, el abatimiento y ese malestar del alma que convive en ese demonio llamado depresión.

 

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

El estrés y nuestra mandíbula

El estrés y nuestra mandíbula

Es una gran desconocida la enorme implicación que hay entre nuestra mandíbula y el componente emocional. Nuestra mandíbula, esa articulación tan importante que nos favorece nuestra comunicación oral, el poder alimentarnos, bostezar, soplar… esos movimientos tan típicos e importantes en el día a día, también es propensa a desequilibrarse en situaciones emocionalmente adversas.

Los músculos masticadores, aparte de tener esas funciones tan cotidianas, también son propensos a desequilibrarse ante situaciones vividas en el día a día que nos hayan provocado un estrés sea laboral, social, emocional o físico. Los músculos de la mandíbula tienen un comportamiento defensivo de forma automática y autómata.

Cuando vivimos situaciones en las cuales nuestro cuerpo, nuestra mandíbula interpreta esa información, esa situación de estrés, como una situación que está interfiriendo en nuestro equilibro general, los músculos masticadores entran en modo de defensa y se bloquean para proteger la estructura, siendo una respuesta natural y automática en nuestro organismo. Es una información que recogen de estímulos exteriores, de la información que reciben de nuestro sistema nervioso y actúan en consecuencia.

Esa información permanecerá en nuestros músculos a lo largo del tiempo hasta que sea liberada. El caso más común y conocido es el bruxismo. Es el resultado de que en momentos vividos emocionalmente adversos, los músculos maseteros, bloquearon la mandíbula para proteger la estructura. La no liberación de la información almacenada en los músculos maseteros nos provocará un bruxismo crónico.

Con la enorme relación que hay entre mandíbula y cuerpo, es cuestión de tiempo que personas que padecen bruxismo comiencen a sentir desequilibrios en otros sistemas musculares y estructurales de nuestro cuerpo, tales como: lumbalgias, cervicalgias, cansancio, insomnio y migrañas.

Nuestro cuerpo hay que entenderlo como una unidad entre sí. Lógicamente hay distancias entre grupos musculares, estructuras y otros sistemas, pero todos están relacionados entre sí. Hay una relación miofascial y continuidades musculares que hacen si cabe aún más, un buen funcionamiento de nuestro organismo, aunque también un intercambio de información, de tensiones musculares y miofasciales que, como consecuencia, van a colaborar en síntomas que se relacionan entre sí aún habiendo una distancia en concreto entre grupos musculares y/o estructuras de nuestro cuerpo.

En el caso de personas con bruxismo, es muy probable que padezcan dolores de cabeza, migrañas, dolores cervicales, lumbalgias y sensación de cansancio y, como no, dolor al masticar y problemas a nivel mandibular.

Hay una relación entre nuestra mandíbula y todo el cuerpo – músculos que tienen su inserción cerca de otros grupos musculares, relaciones musculares con huesos del cráneo que, a su vez, tienen conexión con el sistema nervioso central.

Es una obviedad que será cuestión de tiempo que cuando padecemos bruxismo, problemas articulares en la mandíbula y tensión en los músculos masticadores, acabemos con trastornos y síntomas de nuestro cuerpo en la distancia. Liberar la información retenida en los músculos masticadores, creará un feedback en nuestro cuerpo, en el cual nuestra mandíbula y cuerpo empezarán a equilibrarse. Síntomas que padecíamos en la mandíbula comenzarán a relajarse y los trastornos que sentíamos en nuestro cuerpo comenzarán a equilibrarse.

Bruxismo relacionado con situaciones emocionalmente adversas (estrés)

Casi un 80% de la población mundial padece de una u otra manera bruxismo, siendo el trastorno más común cuando hayamos vivido situaciones emocionalmente adversas. El estrés es un factor muy desequilibrante en nuestra mandíbula y por ende en nuestro cuerpo.

Contra más conciencia tengamos sobre la enorme relación global que hay en nuestro cuerpo, entenderemos aún más la implicación que puede haber en nuestro organismo por el componente emocional vivido en el día a día.

Fuente: saludterapia.com