Visita Teruel

Entre minas, dinosaurios, castillos y pueblecitos, esta provincia lo tiene todo para el que busca una escapada familiar.

Teruel tiene todo lo que necesita un niño para pasar unas vacaciones a lo grande sin necesidad de pasar por el nada original binomio sol-playa: rutas de dinosaurios, castillos con enjundia, cielos impolutos para iniciarse desde pequeños en la observación de las estrellas y minas para ser exploradores por un día son algunas de las propuestas que esta  provincia ofrece a las familias. A todas estas actividades hay que sumarle la rica gastronomía local que tienen en el jamón (los chicos suelen ser de paladar fino y arrasan con un plato de este manjar turolense) uno de sus grandes abanderados.    

Dinópolis. Jurassic Park a lo maño
1 / 5 Jurassic Park a lo maño
Aparte de los cerdos de los que procede el exquisito jamón con Denominación de Origen Protegida, en Teruel hay varios animales emblemáticos. Uno de ellos es el simpático torico (que hacer honor a su diminutivo) de la ciudad de Teruel, que corona la fuente de la plaza del mismo nombre y que los más pequeños tienen siempre curiosidad por ver. Algunos de ellos se pasman por su reducido tamaño (tiene solo 45 centímetros de longitud) pero se sorprenden a su vez al saber que esta escultura de bronce, de unos 55 kilos, pesa más que ellos. Otros animales, esta vez extintos, que hacen de Teruel un destino muy atractivo para las familias son los dinosaurios. Y es que a muy pocos kilómetros de la capital se encuentra Dinópolis, el Jurassic Park maño, un espacio que rinde homenaje a las criaturas más extraordinarias que han existido sobre la faz de la Tierra. Además de este parque temático hay otras siete sedes por la provincia en la que se han hecho excavaciones y hallazgos paleontológicos de gran relevancia internacional.
Castillo de Mora de Rubielos. Plaza de Armas. Castillos y niños: maridaje pluscuamperfecto
2 / 5 Castillos y niños: maridaje pluscuamperfecto
A los más pequeños les flipan los castillos, construcciones en las que pueden desarrollar su imaginación de una forma sin igual. Y es que… ¿a qué niño o niña no le gusta encaramarse a una fortaleza, subir a las torres con decisión o blandir una espada como si de caballeros y caballeras se trataran? Una de las comarcas de Teruel que merece la pena visitar para conocer sus fortificaciones es la de Gúdar-Javalambre donde destaca el impresionante castillo de Mora de Rubielos, una construcción del siglo XIV que tiene una superficie que equivale a la mitad de un campo de fútbol. El patrimonio arquitectónico de la comarca de Gúdar-Javalambre se completa con otras fortalezas espectaculares como la de Alcalá de la Selva o la de Puertomingalvo.
Javalambre. Esquí Vs Senderismo
3 / 5 Esquí Vs Senderismo
Teruel también existe para los aficionados al esquí ya que cuenta con dos estaciones de esquí, Javalambre y Valdelinares, del grupo Aramón, y una de esquí de fondo en Griegos, en la Sierra de Albarracín, siendo esta última la gran desconocida de la provincia. En Javalambre y Valdelinares hay espacios y actividades pensadas para que los más pequeños se inicien en los deportes blancos y que tengan así un buen recuerdo de una jornada en la nieve.   Aparte de las estaciones de esquí, en este territorio se puede disfrutar de la naturaleza y practicar deporte al aire libre en primavera y en verano gracias a una red de senderos señalizados que coquetean con trazados pertenecientes a grandes itinerarios como el Camino del Cid, la Ruta de los Guerrilleros o el Camino del Santo Grial, entre otros.
iStock-1006610126. Embobados bajo las estrellas
4 / 5 Embobados bajo las estrellas
Teruel es una de las mejores zonas de Europa para observar las estrellas debido a la inexistencia de contaminación lumínica de sus cielos como consecuencia en parte a su baja densidad de población. El turismo de las estrellas ha ampliado las propuestas de muchos establecimientos con actividades relacionadas con este sector como la observación astronómica y sesiones de planetario. En este sentido, uno de los mejores lugares para disfrutar del astroturismo en familia es el albergue de Aliaga, situado en medio del Parque Geológico del mismo nombre, en la comarca de Cuencas Mineras.   En este alojamiento, que luce con orgullo un certificado de la Fundación Starlight (entidad creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias cuya principal finalidad es la difusión de la astronomía), los protagonistas de las actividades son sin duda los más pequeños. La pareja que regenta el albergue y sus hijos han creado una serie de manualidades y experimentos para que los niños que los visitan hagan una primera toma de contacto con las estrellas para después observar embelesados el cielo nocturno a simple vista o con un telescopio.
museo-minero-escucha-aula-improvisada. Con casco y frontal ¿qué puede salir mal?
5 / 5 Con casco y frontal ¿qué puede salir mal?  
Cuencas Mineras es una comarca turolense cuyo territorio se ha labrado a base de pico y pala, utensilios con los que se perforaron sus entrañas en busca de carbón y de azabache, motores de su economía tiempo atrás. Este pasado minero se puede conocer en la población de Escucha donde el año 2002 se abrió un espacio para mostrar cómo se trabajaba en una mina. El Museo de la Minería de Escucha es uno de los pocos que se ubican dentro de un yacimiento auténtico, que se ha restaurado y acondicionado para recibir visitantes.   Aquí las familias se lo pasan como enanos ya que, equipados como mineros auténticos (casco y frontal incluidos), bajan en unas vagonetas hasta llegar a un verdadero yacimiento real de carbón. A continuación recorren a pie las galerías donde se muestran tantos las herramientas que se usaban en diferentes épocas como los oficios que desempeñaban los mineros. La visita al Museo de la Minería se adereza con los comentarios del guía que explica las curiosidades del lugar. El recorrido es en algunos tramos muy realista, ya que se realiza totalmente a oscuras tan solo guiados por la luz de los frontales por lo que esta experiencia hace sentirse tanto a niños como a mayores mineros por unas horas.

Fuente: viajes.nationalgeographic.com.es

Beneficios de las ensaladas

Hora de comer y no tienes nada preparado, ¿qué hay más rápido, sano y saciante que una ensalada? En este articulo encontrarás recetas e información acerca de este plato frío compuesto por hortalizas cortadas, mezcladas y aderezadas.

ensaladas

1. Sacian como pocos platos

Las ensaladas son uno de los platos clave a la hora de necesitar perder unos cuantos kilos, y es que llenan sin aportar apenas calorías.

2. Mejoran tu digestión

Lo hacen gracias a la fibra que contienen sus vegetales. Por ello contribuyen a la prevención de diversos cánceres como el de colon.

3. Te hidratan

Suelen ser agua en un 80%, por lo que te hidratan y te hacen sentir fresco/a. Es por eso que suelen prepararse más en verano, la época del año más calurosa.

4. Protegen tu piel

¿Sabías que cada ensalada que comes te ayuda a mantener tu piel tersa y sin arrugas? Ingredientes como la zanahoria, el tomate o la remolacha la protegen y regeneran eficientemente, gracias a las vitaminas A y C que contienen.

5. También tu corazón

Dado que tienen un alto contenido en antioxidantes.

6. Evitan el estreñimiento

Las ensaladas previenen y curan el estreñimiento al ser laxantes, además, si se combinan con frutas como la piña o la papaya son ideales para eliminar los gases y la pesadez.

7. Son depurativas

Son perfectas para limpiar el organismo tras los excesos, pues no solo contienen mucha agua sino también aceites esenciales que dilatan los vasos renales, potasio, bajo aporte de sodio…

8. Reducen el colesterol

Ya que suelen estar dotadas de un alto contenido en vegetales.

9. Previenen la diabetes

Esta es otra de sus virtudes; previenen la diabetes (dado que un alto consumo de los anteriores favorece que el azúcar en sangre tras las comidas no aumente) y disminuyen la acumulación del exceso de calorías en forma de grasa.

10. También la anemia

Muchas se preparan con acelgas o espinacas, alimentos ricos en hierro que contribuyen en la prevención de la anemia.

Fuente: ensaladas.info

Covid-19, Como limpiar fruta y verdura

Cómo limpiar las frutas y verduras para no contagiarnos de coronavirus

La forma de limpiar las frutas y verduras es importante a la hora de eliminar los posibles contaminantes que puedan tener. Por eso, debemos conocer cuáles son los pasos adecuados, y así minimizar el riesgo de contraer alguna infección. 

Si bien estos días la preocupación ha aumentado a causa del coronavirus, estas pautas deberíamos adoptarlas siempre que vayamos a consumir frutas y verduras. También en el caso que vayamos a comerlas sin piel.

Al limpiar las frutas y verduras eliminamos los restos de tierra y suciedad que puedan tener. Además, también es necesario para eliminar los posibles restos de pesticidas, bacterias y otros patógenos que puedan causarnos intoxicaciones o problemas de salud.

¿El coronavirus se puede transmitir con los alimentos?

Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está haciendo un seguimiento exhaustivo de la situación. Según informa este organismo, “en la actualidad no hay pruebas de que los alimentos puedan ser una vía de transmisión probable del virus”. 

En palabras de la científica jefa de la EFSA, Marta Hugas, se ha llegado a esta conclusión después de la experiencia adquirida con brotes de coronavirus anteriores. Algunos similares al COVID-19, como el SARS-CoV o el MERS-CoV. Actualmente el virus COVID-19 se está propagando entre personas, al inhalar gotitas presentes en el aire de una persona que ha tosido o estornudado.

¿El coronavirus se puede transmitir con los alimentos?
Lo que dicen las investigaciones hasta el momento es que los alimentos no son una vía de contagio del coronavirus. No obstante, es importante lavarlos bien.

¿Cómo limpiar las frutas y verduras correctamente?

Si bien hemos visto que no es probable que el coronavirus se transmita a través de los alimentos, mantener unas normas generales de higiene diaria ayudará a minimizar cualquier riesgo. Así las cosas, es importante lavarnos las manos con agua tibia y jabón, durante al menos 20 segundos, antes de limpiar las frutas y verduras.

Por otro lado, no es necesario emplear jabones o detergentes para limpiar los alimentos, ya que podrían quedar restos sin aclarar. Entonces, ¿cómo limpiarlos de manera correcta? A continuación damos algunas recomendaciones.

Cómo limpiar los distintos tipos de verduras

  • Para los vegetales de hojas, como la lechuga o las acelgas, separaremos las hojas y las iremos limpiando una a una. Así, logramos eliminar la tierra y los posibles pesticidas y fertilizantes que puedan quedar en cualquiera de sus partes más internas.
  • Para aquellos vegetales de consistencia más dura (pepinos, calabacines, pimientos, etcétera) podemos usar un cepillo específico para lavar vegetales. Los frotaremos bajo un chorro de agua y rascaremos bien toda su superficie.
  • En el caso de la coliflor y el brócoli, aconsejamos cortar primero los ramilletes. Después, los colocamos en un colador y sumergimos en agua fría. De este modo, llegamos a las partes más internas a las que no llegaríamos sin cortarlos. 
  • Cuando vayamos a limpiar verduras de raíz, como patatas, remolacha, zanahorias o nabos; los podemos dejar previamente en remojo para ablandar un poco la suciedad. Después, los rascaremos con un cepillo o esponja (sin detergente) de forma enérgica y bajo un chorro de agua. Hay que realizar el lavado antes de pelarlos. 

Cómo limpiar las principales variedades de fruta

  • Las bayas, fresas, y frutas del bosque son muy delicadas. Las pondremos en un colador y las sumergimos un ratito en agua fría. Frotamos ligeramente con las manos y escurrimos. 
  • Las frutas que tienen una piel comestible, las lavaremos siempre antes de comer, tanto si las pelamos como si las comemos con  piel. Las pasamos un momento bajo el grifo y frotamos con cuidado. Un ejemplo de estas serían los  melocotones, las peras, las manzanas, las ciruelas o las  nectarinas. 
  • En el caso de limones, kiwis, papaya y otras frutas cuya piel no es comestible, las lavaremos de la misma forma antes de pelarlas. De lo contrario, podríamos contaminar el fruto a través del cuchillo.
  • Para una mejor conservación se aconseja secar las frutas y verduras limpias con un poco de papel de cocina.
Cómo limpiar las principales variedades de fruta
Algunas frutas las podemos poner en remojo por unos minutos para facilitar su limpieza.

¿Necesitamos usar productos desinfectantes para los alimentos?

Como hemos visto, es difícil contagiarse de coronavirus a través de los alimentos. Las autoridades sanitarias y de seguridad alimentaria no recomiendan, por lo tanto, el uso de productos desinfectantes para la limpieza de los alimentos.

Si vamos a usarlos, nos aseguraremos de que sean productos homologados y aptos para un uso alimentario. Y seguiremos las instrucciones de uso de los fabricantes. 

Lo que sí que aconsejan de forma encarecida todos los expertos es seguir las normas básicas de higiene y seguridad alimentaria de forma escrupulosa. A parte de lavar los alimentos, debemos contemplar las siguientes pautas: 

  • Lavarnos las manos antes y después de manejar alimentos, lavar bien utensilios y superficies de trabajo.
  • Mantener las frutas y verduras separadas de los alimentos cárnicos y del pescado crudo. Evitar  usar los mismos utensilios para manipularlos. 
  • Cocer y calentar muy bien las verduras antes de consumirlas. Si vamos a comer ensaladas asegurarnos que todos los ingredientes han sido previamente lavados, antes de cortarlos y servirlos. 
  • Conservar las frutas y verduras en los recipientes y la temperatura adecuados. 
  • Elegir los alimentos frescos que estén en las mejores condiciones. 
  • Sin olvidarnos de contemplar las medidas preventivas generales para evitar la propagación del coronavirus.

Limpiar las frutas y verduras es una medida de seguridad básica

Es una pauta que debemos seguir antes de comer y cocinar esta variedad de alimentos. Con ello nos protegemos del coronavirus, aunque no sea la alimentaria una vía de transmisión probable. También eliminamos todos los restos de suciedad, fertilizantes y otros patógenos que puedan hallarse en ellas. 

Fuente: mejorconsalud.com

Caer en el sueño

¿Por qué tenemos la sensación de caer en los sueños?

El sueño debería ser uno de los momentos más relajantes del día. Nos metemos en la cama, nos sentimos cada vez más cómodos y vamos perdiendo la conexión con lo que nos rodea para abandonarnos en los brazos de Morfeo. Sin embargo, a veces, justo antes de quedarnos completamente dormidos, tenemos la sensación de que nos caemos y nos recorre una especie de movimiento espasmódico.  Se trata de un pequeño sobresalto, como cuando caminamos y nos equivocamos al pisar porque hemos calculado mal la distancia. Aunque se trata de un fenómeno normal, muchas personas pueden asustarse o incluso experimentar pánico. De hecho, en los casos extremos, cuando la sacudida hípnica es muy violenta o rápida, la persona se despierta por completo y no logra conciliar el sueño.

La sacudida hípnica: ¿Un legado de nuestros antepasados?

La sensación de que nos caemos cuando estamos durmiendo se cataloga dentro de lo que se denomina “sacudida hípnica”, y en algunos casos incluso puede estar acompañada de una alucinación visual, lo cual la hace aún más desconcertantes. Se estima que el 70% de las personas experimenta esa sensación con relativa frecuencia cuando está a punto de dormirse, aunque muchos no lo recuerdan. Generalmente ese sobresalto ocurre cuando los músculos, casi siempre los de las piernas, se contraen muy rápido de manera involuntaria, algo similar a lo que ocurre cuando sufrimos un tirón o un espasmo muscular.  Una de las teorías que intenta explicar este fenómeno recurre al punto de vista evolutivo. Según esta perspectiva, los movimientos y sensaciones que provocan ese despertar brusco nos servirían para vigilar por última vez nuestro entorno, para cerciorarnos de que estamos en un sitio realmente seguro. Así nos ayudan a evitar que nos quedemos profundamente dormidos en un lugar peligroso, simplemente porque nos haya vencido el cansancio.  Por otra parte, según los evolucionistas, la sacudida hípnica también le servía a nuestros antepasados para que comprobasen la estabilidad de la posición que habían adquirido para dormir. En práctica, era un mecanismo ancestral para asegurarnos de que teníamos un punto de apoyo lo suficientemente sólido y estable antes de dormirnos por completo, para no hacernos daño. Sin embargo, en los últimos tiempos, con los avances en el campo de las Neurociencias, otra teoría ha cobrado relevancia y busca la explicación de la sacudida hípnica en el cerebro.

El cerebro no termina de desconectarse por completo

Los neurocientíficos, por su parte, consideran que esos movimientos son simplemente un signo de que nuestro sistema fisiológico está cediendo al sueño. De hecho, cuando dormimos, por precaución, se produce una parálisis corporal, denominada “parálisis del sueño”. Durante la fase de sueño REM, que es la más profunda, cuando soñamos el cerebro se “desconecta” de los principales grupos musculares, para que no podamos imitar los movimientos que realizamos en el sueño y no nos hagamos daño. De esta forma, la sensación de caer y esos movimientos espasmódicos serían una señal de que estamos pasando del control muscular activo a un estado de relajación total.

Sin embargo, también existen algunos factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer esas sacudidas hípnicas o sentirlas de forma más intensa.  – No tener un horario regular de sueño o irse a la cama excesivamente cansados.  – Consumo excesivo de sustancias estimulantes, como el café, sobre todo al terminar el día, así como realizar actividad física intensa durante la noche. – Interferencia de estímulos externos como las luces o un sonido cuando estamos a punto de entrar en la fase más profunda del sueño.  En todos estos casos, lo que sucede es que nuestro sueño se interrumpe, se desarrolla un patrón irregular que implica que el organismo entra en la fase REM antes de estar preparado, lo cual puede provocar esa sensación de sacudida o de que estamos cayendo. De hecho, se ha apreciado que la sacudida hípnica es más común cuando la persona se duerme rápidamente. En práctica, nuestro cuerpo se duerme tan rápido que el cerebro no es capaz de seguir su ritmo y pasar a través de las diferentes fases del sueño, de manera que se produce una especie de “cortocircuito”. Como colofón, se debe aclarar que si bien la sacudida hípnica es un fenómeno natural del sueño, que suele ir menguando con la edad, puede llegar a ser una molestia, ya sea para la persona que lo sufre o para quien duerme a su lado. En esos casos, es recomendable consultar a un especialista del sueño ya que podría tratarse de otro trastorno, como la apnea del sueño o el síndrome de las piernas inquietas.

Fuente: rinconpsicologia.com

Meditación para dormir

Estás muy cansado. Hace varios días que por culpa del estrés tardas mucho en poder conciliar el sueño. Cada vez estás de peor humor e incluso está empezando a rondarte una tristeza a la que no eres capaz de despistar. Llevas un día agotador. Te metes en la cama con la intención de dormir durante varias horas seguidas, no quieres mirar el reloj porque sabes que eso empeora las cosas pero no haces más que dar vueltas y vueltas. Cuanto más tiempo pasa, más nervioso te pones, porque piensas que cuando suene el despertador no habrás dormido las horas suficientes… ¿Te suena esta situación?

Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño. Lo podemos llamar insomnio cuando tardamos más de 30 minutos en conciliar el sueño. En la mayoría de los casos. estas dificultades se producen por el ritmo de vida tan ajetreado y a veces estresante que llevamos en nuestra vida diaria. También, pueden ocurrir porque vivimos preocupados, anticipándonos a hechos que no han ocurrido y que tal vez no lleguen a suceder, es decir, por no vivir centrados en el presente.

En ocasiones a la hora de acostarnos dejamos que nuestra mente cabalgue como un caballo desbocado, esta falta de control mental nos provoca estados de ansiedad. El uso de aparatos electrónicos antes de dormir puede producir una sobreestimulación del cerebro y hacer que este no sea capaz de relajarse en el momento de dormir. También, está demostrado que una alimentación desequilibrada y la falta de ejercicio físico pueden producirnos estados de nerviosismo cuando intentamos dormir.

¿Cuáles son las consecuencias de no dormir bien?

  • Somnolencia diurna. Sentimos que nos falta energía, nos dormimos por las esquinas y cualquier tarea, por simple que sea, nos cuesta mucho trabajo realizarla.
  • Cambios de humor. Podemos llegar a sentirnos tristes, decaídos pero también irritables. Cualquier imprevisto que surja nos desestabiliza y nos pone de mal humor.
  • Se reduce la capacidad para asimilar nuevos conceptos. Durante un sueño reparador el cerebro resetea la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos conocimientos. Por eso es imprescindible que las personas que están estudiando descansen bien.
  • Se elevan los niveles de azúcar en sangre y favorece la aparición de diabetes y la obesidad.
  • A largo plazo también se ha comprobado que el sistema inmunológico se puede llegar a ver afectado.

Las personas que sufren estas dificultades a menudo entran en un círculo vicioso en el que durante el día dependen de estimulantes, como la cafeína, para poder mantenerse despiertos y por la noche utilizan sedantes para poder dormir. Pero está demostrado que la práctica asidua de meditación mindfulness hace que podamos llegar a romper este bucle y conseguir un sueño de calidad. Esta técnica reduce el estrés, aumenta la concentración y nos aporta un sentido general de bienestar.

Tres ejercicios de meditación para dormir mejor

Te propongo tres ejercicios de meditación para conseguir la relajación que necesitas y poder dormir mucho mejor.

1) Meditación de atención plena a la respiración

Túmbate boca arriba en la cama, no demasiado tapado pero que tampoco tengas sensación de frío. Si puedes, deja la almohada a un lado. Estira la espalda todo lo posible, relaja los hombros y siente que tus escápulas están bien apoyadas, intenta que la coronilla tire hacia arriba y las puntas de los pies hacia abajo para conseguir un mayor espacio entre las vértebras. Intenta que la barbilla no se dispare hacia arriba, sino que repose un poco, como mirando hacia abajo. Con esta postura conseguirás que el pecho esté bien abierto y la entrada de aire a tus pulmones se pueda realizar de manera generosa. Puedes cerrar los ojos, o si lo deseas mantenerlos semiabiertos.

Realiza cinco respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca, intentando vaciar por completo los pulmones. Siente cómo, con cada respiración, tu cuerpo va relajándose y cómo tu mente va reduciendo el ritmo de pensamientos que llevaba hasta ahora.

Poco a poco, ve volviendo a tu ritmo de respiración. Cuando lo hayas conseguido, debes traer toda tu atención a la manera en que estás respirando, sintiendo cómo entra y sale el aire y observa cómo cada nueva respiración es diferente de las anteriores. Cada vez que percibas que tu mente te trae imágenes, pensamientos, recuerdos invítala amablemente a volver a centrarse en la respiración. Lo más importante es que no te enfades contigo mismo por notar que te distraes, es algo normal, y si nos enojamos le damos más fuerza a esa distracción. La base del mindfulness es la amabilidad hacia nosotros mismos, no juzgarnos. Verás como después de unos minutos realizando este ejercicio de control mental notarás cómo tu cuerpo y tu mente están mucho más relajados, en ocasiones es posible que incluso te llegues a dormir sin darte cuenta.

2) Meditación de escáner corporal

Para esta técnica, coloca el cuerpo igual que en el ejercicio anterior. Cierra suavemente los ojos y lleva toda tu atención a la respiración. Después intenta percibir el contacto de tu cuerpo sobre la superficie de tu cama. Comienza a recorrer cada parte de tu cuerpo con atención, puedes empezar por los dedos de los pies, intenta dirigir la respiración hacia ellos, siente cómo va toda la energía de tu cuerpo hacia tus dedos. Poco a poco ve subiendo, la planta del pie, los talones, el tobillo, para ir subiendo por las piernas y así hasta la cabeza. Si notas que tu atención se distrae, llévala con calma de nuevo hacia la zona del cuerpo donde te habías quedado.

No busques tener una sensación especial, con este ejercicio lo que se busca es centrar nuestra atención en el cuerpo, no dejando espacio a pensamientos que puedan perturbar nuestro sueño. Como en la práctica anterior, a lo mejor te sorprende despertarte y no recordar en qué parte del cuerpo te quedaste antes de que el sueño te llevara plácidamente a su dimensión.

3) Hacer una relajación guiada

Hoy en día, gracias a los dispositivos que casi todos tenemos, es muy cómodo acceder desde tu tablet o teléfono a un sitio de Internet donde ofrecen relajaciones guiadas. Intenta hacer una escucha previa antes de proceder a tumbarte en la cama y escucharlo. Es importante que tenga buena calidad de sonido, que la persona que habla tenga un tono de voz que te resulte agradable y que esté bien definido el inicio, el desarrollo y el desenlace de la relajación.

La práctica de la meditación para dormir evita que tengamos pesadillas y ayuda a que el sueño sea reparador. Cuanto más la practiquemos, más notaremos los beneficios que aporta. Día a día estaremos más llenos de energía, con más empuje y motivación para realizar nuestros quehaceres diarios y rebosaremos optimismo.

En conclusión, la base para gestionar el estrés está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método. Debemos ser conscientes de que para combatir el estrés no basta solo con aprender a relajarnos, sino que también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

Fuente: crearsalud.org

Beneficios de la lechuga

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La lechuga es uno de los vegetales más comunes en los hogares. Un bulto de hojas que es usado mucho en ensaladas gracias a su versatilidad para combinar con otros alimentos. Brinda muchos beneficios a quienes la consumen, ¿quieres conocer algunos? ¡Sigue leyendo!

1. La lechuga posee propiedades analgésicas, brindando beneficios como la conciliación del sueño – he aquí diez bebidas como la tila o la pasiflora, que también te ayudan a dormir, calmar los nervios y regular las palpitaciones del corazón.

2. Activa la circulación de la sangre, previniendo problemas cardiovasculares y regulando los niveles de colesterol.

3. Tienen un gran contenido de agua y poco sodio que favorece la eliminación de toxinas del organismo, la hidratación y la depuración de sustancias innecesarias.

4. Actúa como un perfecto aliado para las personas con problemas de glucosa o diabetes, ya que regula los niveles de azúcar presentes en la sangre.

5. Ayuda a mantener nuestro organismo más joven, gracias a sus antioxidantes naturales que combaten los radicales libres, responsables del envejecimiento de las células.

6. Favorece el fortalecimiento de los huesos gracias a las grandes cantidades de calcio y fosforo que poseen.

7. Es muy eficaz resolviendo problemas de inflamación abdominal, por lo que es muy recomendado para prevenir o controlar las flatulencias.

8. Sus propiedades de depuración de sustancias innecesarias, ayuda a mantener el cutis limpio. Belleza y salud en un solo alimento.

9. Evita problemas de retención de líquidos, como edemas, infecciones urinarias o cálculos renales, gracias a sus propiedades de depuración.

10. Previene problemas de anemia, fatiga o cansancio, gracias a la gran cantidad de hierro que ayuda a mantener la hemoglobina en niveles óptimos.

La lechuga es un vegetal por excelencia. Ofrece mucho de lo que nuestro cuerpo necesita y además es bastante fácil de combinar con casi cualquier alimento. Que se lo digan sino a las ensaladas, que por cierto tienen también diversos beneficios.

Fuente: salud.facilisimo.com

Aceptar las cosas

Aceptar las cosas por lo que son no equivale a resignarse, al contrario de lo que se suele pensar.

Aceptar las cosas tal y como son no es quedarse de brazos cruzados viendo pasar la vida como si nada pudiéramos hacer.

Para Jon Kabat Zinn, creador de una de las técnicas más influyentes tanto a nivel mental como físico, basada en el budismo y denominada Mindfulness, la aceptación es; “…ver las cosas como son en el momento presente”.

Por otro lado, desde la corriente filosófica estoica surgida en Grecia hace siglos, Epicteto ya apuntó que “el sabio, es aquel que acepta de buena gana todas las circunstancias de la vida sin desear otras”.

Así, la aceptación no significaría que la persona se aleja del mundo y de la realidad, sino al contrario. Más bien, poner en práctica aceptación implicaría prepararnos mentalmente para poder actuar hacia aquello que consideramos valioso, natural y bueno tanto física como mentalmente a pesar de las circunstancias.

La aceptación no es resignación

La resignación atenta contra los principios estoicos, ya que con ella, nos bloqueamos y aceptamos el hecho de no hacer nada. Y aceptar no es no hacer nada.

Además, cuando nos resignamos ante los hechos de la vida diaria, le estamos dando prácticamente el control de nuestro estado de ánimo y de nuestros actos derivados de él, a algo externo a nosotros.

Al caer presas de la resignación y el victimismo, el sufrimiento aumenta y nuestra tolerancia a la frustración se reduce, dificultando poder relacionarnos con la realidad de una manera con la que sintamos que lo que depende estrictamente de nosotros lo controlamos o lo ponemos en juego.

Es decir, si le echamos la culpa de nuestros enfados a nuestro hermano, porque nos molesta que haga comentarios delante de la familia sobre nuestro estado físico, es más difícil que podamos hacer algo para cambiar nuestra forma de relacionarnos con eso. Es más difícil porque podemos sentir la sensación de que no se puede hacer nada por resolver esa dificultad, y que tras algunos intentos las cosas siguen mas o menos igual.

En cambio, si aceptamos los pensamientos y las emociones que surgen de lo más profundo de nosotros, el hecho de aceptarlo nos otorga ya de por sí una disposición desde la que tomar una acción valiosa para nosotros.

Una actitud vital que nos prepara para el cambio

Volviendo al estado físico, imagina que no te gusta la imagen que tienes de ti mismo. Imagina que no te gusta tu cuerpo y que eso es algo que lleva tiempo generándote descontento y preocupación desde hace meses, incluso años.

Ahora, digamos que te propones entrenar y poner los medios adecuados para cambiar tu físico y que, tras dos semanas de duro entreno, te frustras porque no ves los resultados que esperabas o que te habías propuesto. Empezaste motivado, trazaste el plan, te ajustaste con gran disciplina a él pero por lo que sea, no bajaste dos kilos, bajaste medio kilo.

Por ello, decides tomarte una semana sabática porque total, si todo el esfuerzo realizado solo se ha traducido en eso, qué mas da.

Céntrate en el control, no en el resultado

El hecho de no aceptar que las cosas no salgan como esperamos, no implica que por ello tengamos que dejar de hacerlas. Aceptar que nos hemos esforzado y que no hemos obtenido los resultados deseados, nos prepara para perseverar, osease; actuar.

En cambio, si nuestra reacción a los resultados se sustenta en la resignación, con pensamientos del tipo “da igual lo que haga porque como mucho pierdo medio kilo en dos semanas”, estamos permitiéndonos perder el control de algo que realmente podemos controlar. Y lo que podríamos controlar en esta situación es la perseverancia, la disciplina y el compromiso. Pero si vemos las cosas desde la resignación, a nuestra mente le parecerá muy difícil actuar para sentirnos mejor, para perder peso o para mejorarnos en otros sentidos.

Lo que nos aporta aprender a aceptar las cosas

Resumiendo, aceptar implica aceptar la realidad tal como es. Y una de las cosas que aprendemos de la realidad es que nada permanece para siempre, ni lo que detestamos ni lo que amamos.

Aceptar los hechos sin horrorizarnos o perder los papeles por ellos, nos otorga la capacidad de poder responder mejor ante una situación que cuando nos dejamos llevar por lo que nos las impresiones y los pensamientos nos traen a la mente acerca de ese suceso.

En conclusión, y como los estoicos sugerían, en ocasiones puede ayudarnos el desconfiar de nuestras primeras impresiones, juicios y emociones primarias ante los eventos que vivimos día a día, ya que esto, precisamente, contribuye a no tomar distancia de las situaciones, perdiendo así el contacto con nosotros mismos y con lo que si depende de nuestro control, yacilitando que estemos más dispuestos a resignarnos y no a aceptar las cosas tal como son.

Fuente: psicologiaymente.com